Capitulo 2 “La cría humana” 2/2

1526 Words
7 Primaveras más habían caído, desde la última vez que estuve afuera, y 14 años desde aquella noche, donde nuestros caminos se cruzaron. Allí estaba en la espera habitual, la comida y con suerte una pequeña charla con Elisabeth de 3 a 4 minutos, la idea de salir se había esfumado desde ese día, solo era un vago recuerdo en mi mente, no podía sacarme de mi mente su mirada enfurecida y sus palabras, cargada de desprecio y odio, si de algo estaba segura, era de que no quería verle de nuevo le temía y aunque Elizabeth decía que debía ser paciente y de que todo pasaría y sería diferente, que estaba destinada para alejar la oscuridad de su alma, yo solo… le quería lejos de mí, él era alguien cruel y malo. Soy sacada de mis pensamientos por el sonido de la puerta que se abre, para mi sorpresa no era Elisabeth, sino tres hombres lobos que me miraba con todas las intensiones menos buenas, todos mis sentidos se pusiera en alerta, me incorporó enseguida, para luchar, pero los cuatro se abalanza sobre mí, intento defenderme (no es mucho lo que se puede hacer, cuando luchas con cuatro hombres lobos, con superfuerza y eres una humana). Recibo dos bofetadas y un golpe en el abdomen, que me hizo perder todo sentido de orientación, lucho con fuerza para recuperarme, lo golpeo en su zona baja a uno, el otro sin previo aviso se abalanza contra mí estampando mi cuerpo en la pared, mientras me oprimía con su cuerpo a la pared, grito fuerte por el dolor que se produce en mi cabeza y espalda, siento la humedad de algo que se desliza por mi espalda, lo cual me confirma que estoy sangrado, intento defenderme, pero estoy colgada de la pared, por mis dos manos dejando me imposibilitaba, le golpeo con la cabeza, admito que creo que me dolió más a mí, Pero fue lo suficiente para que me soltara, me empujo con fuerza el otro, haciendo que caiga contra el suelo. - Maldijo- maldita humana. Utilizando mi misma maniobra, me tomaron de sorpresa y me empujo con fuerza chocando con los barrotes de la celda, caigo por el dolor, mi respiración era escasa y mi cuerpo amenazaba con ceder en cualquier momento, aquel conocido dolor llega a mí extinguiendo con el todo posibilidad de salir con vida de este combate, gimo ante el dolor que empezaba a invadir mi cuerpo, las lágrimas caen por mis ojos y aquel ardor consume mi cuerpo. - Maldición- maldigo. No pudo esperar otro momento, en cuestiones de segundos están sujetas mis manos y piernas, por los hombres y es que, no era capaz, ni siquiera de estar de pie mientras, uno está sobre mí, siento su lengua, recorrerme el cuello, besa mi cara y rompe mi ropa, dejándome expuesta, ante ellos, yo no consigo recuperarme del dolor, todos mis sentidos estaban ciegos, sordos y mudo, las lágrimas no paraban de correr por mi mejilla. -por favor- suplico con voz apenas audible, él contesta-, te haré el favor, por supuesto- todos rieron al compás. Mi pecho dolía y ardía, el miedo se apoderaba de mí por cada segundo que pasaba, no podía respirar bien, era demasiado miedo, dolor, ira, impotencia al llegar al límite colapse, todo se volvió borroso, para luego volverse oscuro. Alpha Neita Estoy teniendo sexo con unas de mis chicas, pero no consigo concentrarme, hay algo una opresión en mi pecho, seguido por sentimientos y emociones de miedo, dolor, impotencia, me detengo al no poder procesar lo que me estaba pasando, todo era tan confuso, mi lobo se agitaba con fuerza intentando tomar el control de la situación, salgo de la habitación no sin antes colocarme algo encima, para dirigirme al calabozo, solo podía ser ella, que estará haciendo ahora esta, cría, me la pagaría bien caro esta vez, sin duda algo me está inquietando y no sabía qué, pero Bruno tenía que ver y si él lo estaba ella también. -¿Elisabeth? - demando mientras camino, al calabozo. - No, Alpha, no ha venido hoy. - informo uno de mis hombres, abriendo la puerta de prisa. - ¿Cómo está todo?, ¿alguna novedad? ¿Anomalía? - digo intentando saciar mi inquietud. - Todo bien, normal. - concluye, afirmando. La opresión aumentaba, pretendía ignorarla como siempre, pero algo me detenía esta vez. - ve echa un vistazo- le digo, acto seguido, va a echar un vistazo. Abro enlace con mi lobo “¿Bruno, que está pasando? -cuestiono molesto, acaba de arruinar mi mañana, no era momento para escena, lo sentía inquieto, ansioso, molesto, pero aun así no me lo decía, como si tampoco supiera. - algo está mal Neita, lo siento, me duele.- contesta agitado y preocupado. - pero que es…? - no entendía nada, era la primera vez que lo sentía así. -ella está en peligro …… mi luna, Nuestra mate .. Necesito ayudarla. - luchaba conmigo, para tomar el control, estaba más que agitado y furiosos. Fin de la comunicación con mi lobo. - creo que tememos un problema, entre reos - me introduzco en el lugar, enseguida empiezo abrir todos los pasillos hasta llegar al final. Su aroma me recibe, siento ese exquisito aroma que hace años no sentía, mi lobo enloquece, instintivamente ante su mate, y no soy capaz de controlarle, la reclama, la necesita, intento calmarlo, pero todos los intentos se fueron a la nada, cuando Bruno, reconoce a su mate, siendo atacada por cuatro hombres, la rabia se apodera de mí , recorriendo cada poro de mi piel, mi lobo estalla en furia, cuando el aroma es confirmado, la imagen de sus manos tocando su cuerpo, su boca, me hacía enloquecer de rabia, ataco a los Malnacidos junto con mi guardián, des m*****o a uno arrancándoles la cabeza en una maniobra, el otro mutilado, los gritos y gruñidos se escuchaba por todo el lugar. Una vez terminado con la mayoría, uno de ello, grita piedad suplicado por su con vida, me encargaría personalmente de torturarlo, Volví a mi forma humana, y me acerco de prisa a ella, levantó con cuidado su cabeza, pego su cuerpo al mío y una sensación desconocida recorre mi cuerpo, me dispongo a salir de ahí con ella en brazos, la llevo a la habitación principal la que debería ocupar. - Señor, me mando a llamar, Perdone siento lo ocurrido- se disculpa Elizabeth, haciendo una especie de reverencia, mientras entraba a la habitación. Con tono serio, distante, ordené. - bañarla, cúrala, déjela descansar y dale algo de comer - sin más salió, de la habitación. (…….) Paula Me despierto con un dolor terrible de cabeza, siseo ante la opresión en mi cabeza, lo primero que veo es una bandeja de comida, que se ven riquísimas, con cosas de las cuales la mayoría no había probado, comienzo a comer hasta más no poder, una vez saciada, soy consciente de que no podré comerlo todo, mi barriga parecía estallar, me levanté suavemente y con paso lento, sosteniéndome de todo a mi paso, me dirijo al baño. No puedo evitar, quedarme pasmada ante mi reflejo, había pasado tanto, pero a la vez todo había parecía haber transcurrido tan rápido, en qué momento había crecido tanto, cuando cambie, según Elizabeth pronto cumpliría 17, yo solo me había enfocado en mantenerme alejada de él, me mantuve unos minutos contemplándome ante el espejo, sabía que las cosas serían distintas, sabía que todo cambiaria algún día. Mi tono de piel era dorado, Elizabeth siempre decía que era bronceado natural, aunque no podía pasar desapercibida, mi palidez por la falta de sol, aquellos ojos azules que me recordaba el azul del mar, que tanto Elizabeth mencionaba en sus historias, cabellera ondulada rubia dorada que llegaba más abajo de mi cintura, sonrió al ver una chica con bubis en serio era yo. Recuerdo el día en que ese líquido salió de mí por primera vez, Elisabeth dijo que, ya era una mujer, sonrió ante los recuerdos, había sido todo lo que he tenido en mi vida, camine de regreso a la habitación, muero de ganas por explorar un poco, pero lo recuerdo de aquella vez, me invaden y abandono la idea, solo vuelvo a la cama, estaba cansada. Alpha Neita Entro a la habitación el aroma es lo primero que me recibe, mi mirada se fija en la cama donde apenas era detectable su figura, entre la enorme cama y las sabanas que la cubrían, me acerco despacio a donde se encuentra y la observo, detenidamente me asombro al notar, que ya no era una niña, había crecido, era una linda cría humana había cambiado mucho, me acerca un poco más y su aroma como estasis me invade, haciéndome sentir vivo y como nunca, inconscientemente paso mi pulga por su mejilla siento mis sentidos descontrolarse, su cuerpo tensarse ante mi cercanía y su respiración se vuelve irregular, ante mi cercanía, quito las sabanas que la cubre y maldigo, porque la han cubierto, ella era mía, la retiro suave y delicadamente y pude apreciar lo que era MÍO, era hermosa la cría humana.
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