Juliette llegó al auto con el cabello un poco alborotado, dejando claro que la reunión había sido todo menos tranquila. Saúl, al verla, soltó una carcajada y comentó con tono burlón: —Vaya, parece que vienes cargada de mucha energía, ¿o es que te atacaron las maestras? Juliette suspiró, dejando caer su bolso en el asiento. —Me atacaron, literalmente. Fue una lluvia de reclamos interminable. Entre las tareas atrasadas, los comportamientos disruptivos y hasta las peleas de Samantha y Asher, creo que no dejaron un solo detalle sin mencionar. —Se masajeó las sienes con cansancio—. Va a ser un desafío enorme conseguir que los niños se pongan al día. Saúl volvió a reír mientras encendía el motor. —Te lo dije desde el principio, esos pequeños no son un paseo por el parque. Pero, mira, necesi

