Capítulo 5

1358 Words
Al llegar a casa, Marisol abrazó a su hermana y ella le dijo en voz baja —Te vi por la ventana bajar de un carro ¿Quién te trajo? Marisol le contó que era un chico que trabajaba en el restaurante que estaba como hecho a mano, y su hermana le respondió que al parecer pagaban bien, por el auto que manejaba, Marisol le contó que el auto era del chef y que él debía pasar a recoger algo y cuando la vio se ofreció a traerla. Cecilia, su hermana no pudo más con la curiosidad y dijo —Hermanita siéntate aquí y cuéntamelo todo. —La entrevista fue sencilla recuerda que no tengo experiencia. Cecilia la interrumpió —Eso ya lo sé, me dijiste que te contrataron, estoy hablando de quien te trajo, ¿cómo se llama? —Antonio —le respondió Marisol muy tranquila. —¿Tiene hermanos, familia, primos, hijos? —No que yo sepa, pero si su mejor amigo Eduardo, él es muy simpático y la verdad está bastante guapo también, claro que Antonio esta como hecho por los dioses, es lo que el doctor me recomendó y mira que si alguien sabe de medicamentos esa soy yo. Se rieron, en esos momentos su madre entró a la habitación y les dijo —OK, señoritas vamos a almorzar que ya es tarde y en la mesa me cuentas todo sobre la entrevista. —¿Todo? —respondió Marisol casi asustada, abriendo los ojos como si estuviera en problemas. A Cecilia le dio risa y su madre las vio de una forma muy especial como si supiera que había algo más. Su madre había preparado un exquisito risotto con pollo y una ensalada, ella era genial en la cocina Marisol creía haber heredado ese talento de ella. Marisol les habló de Cheryl, Eduardo y de don Gonzalo, de la decoración y de lo lindo del lugar, que ellos daban todos los beneficios y que el sueldo sería bastante bueno para comenzar, les dijo que estaba muy emocionada que al fin tendría un trabajo. Aunque su mamá veía la emoción Marisol, ella estaba segura de que su madre notaba el brillo en sus ojos y que ese brillo al parecer era algo más que el trabajo. Esa tarde Marisol pensó en la ropa que usaría al día siguiente, su hermana revisó su peinado y la tubo toda la tarde con mascarillas, incluso arregló sus pestañas para que siempre estuvieran perfectas. Por la noche estaba muy nerviosa no entendía el por qué Antonio le daba vueltas en la cabeza, recordaba su figura y se imaginaba en sus brazos, de la mano caminando, de hecho, en un momento imaginó que la besaba, y pensó «debo estar loca mejor saco de mi mente esos pensamientos» pero ni su mente o su corazón la escuchaban. Esa noche volvió a soñar con ella, le pedía por favor que cuidara mucho su corazón, y ella le preguntó —¿Quién eres? —Soy parte de ti —me respondió la voz de esa mujer. En esos momentos Marisol despertó de un salto, puso la mano en su pecho, necesitaba buscar información, tal vez alguien sabía quién había sido su donante. Llamó a su doctor, claro que a esa hora no había nadie en la oficina, pero dejó un mensaje necesitaba hablar con él, quería saber la historia debía haber algún récord del nombre de la persona que fue su donante, la verdad nunca había necesitado saber eso tanto como ahora, despertó a su hermana y le dijo —¿Qué pasa?, es pasado media noche debes dormir. Marisol le respondió que no podía y le preguntó si tenían alguna información de quien había sido su donante. Ella le contó que el día en que trasladaron su corazón fue todo muy rápido. Al parecer fue de una chica joven casi de su misma edad y fue algo muy trágico[y1] pero sus padres y ella sólo pensaban en que había una esperanza, al parecer en la familia de la chica estaban destrozados y también su novio y sus padres prefirieron darles su espacio además su recuperación fue muy lenta, con los meses trataron de buscar información, pero su médico se había tomado unos meses ya que su esposa estaba a punto de dar a luz y su embarazo había sido de alto riesgo. El tiempo y los meses pasaron y nunca hicieron nada más, su madre ha hablado muchas veces que quería buscar a esa familia para darles las gracias ya que por su bondad y amor Marisol podía seguir viviendo. Marisol le contó a su hermana sobre ese nuevo sueño, lo diferente es que estas últimas veces había visto su cara y era una chica muy hermosa con unos ojos verdes muy lindos. Esa mañana se levanté más temprano que de costumbre no eran ni las seis de la mañana y Marisol ya estaba en la ducha secó su cabello y estaba lista para que su hermana hiciera el milagro según decía ella. Cecilia la peinó, revisó sus manos y el maquillaje, su madre ya tenía preparado el desayuno para todos, mi padre buscaba unos papeles mientras Marisol también terminada de arreglar su bolso. La verdad estaba muy emocionada por fin tendría un trabajo fuera de casa, sería un poco más independiente, hablaría con más personas y tenía también la esperanza de que Antonio estuviera ahí, claro que dentro de ella sabía que no debía hacerse ilusiones, pero de sólo recordarlo podía sentir los latidos fuertes de su corazón. Su padre le dijo que la llevaría al trabajo ya que estaba de camino, como esta semana estaban solo con el entrenamiento su horario era más temprano. Se subió al auto de su padre y el le preguntó si llevaba todo los papeles. —Sí mi celular está cargado —le respondió ella mostrándole su teléfono al cien por ciento —llevo mi bolso, mis documentos y los papeles que anoche llenamos, ya vamos papi que no quiero llegar tarde a mi primer día de trabajo. Durante el trayecto su corazón latía fuerte era como si supiera que algo especial estaba a punto de ocurrir era como si le avisaba que su vida iba a dar un cambio de ciento ochenta grados. No podía dejar de pensar en la imagen de la chica en sus sueños y al mismo tiempo el rostro de Antonio estaba en su mente a cada instante. Sin quererlo se imaginaba en sus brazos, ¿cómo sería estar con él?, ¿cómo serían sus besos?, ¿será tan apasionado como lo imagino?, se preguntaba. Su experiencia en el amor es prácticamente cero y elevado al cuadrado por pasar prácticamente la mayor parte de mi tiempo en hospitales en especial su juventud, jamás ha tenido una cita, tiene veintitrés años y nunca la han besado y menos aún le han hecho el amor. Ser virgen en estos días es como extraño, pero por otro lado siempre ha creído que quiere que su primera vez sea muy especial y sólo de pensar en Antonio se imaginaba sin poder evitarlo en una cama con él, aunque no entendía el por qué. El sólo la trajo a casa de amable en un carro que no es ni suyo, pero su corazón salta cuando lo recuerda y su mente no hace más que pensar en esos brazos y se imaginaba que la abrazaban muy fuerte. De pronto su papá estacionó el carro y ella seguía en las nubes cuando escuchó —¡Hey! ¿Hay alguien ahí? Ella estaba tan envuelta en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta de que ya habían llegado y por supuesto vino la pregunta —¿Hija estas segura que quieres hacer esto? Marisol le respondió que estuviera tranquilo que ella estaba muy emocionada y estaba segura de que todo estaría bien que no se preocupara, aunque lo entendía una de sus princesas estaba comenzando a volar. Bajó del carro respiró profundo, vio como llegaban también algunos de los chicos que había visto el día anterior, sólo quería dentro de ella saber que Antonio estuviera también ahí.
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