Los días siguientes regresé al centro de entrenamientos, tenía que concentrarme en recuperar mis habilidades después del incidente, tenía que seguir siendo de las mejores agentes y eso requería mucho esfuerzo físico y mental. -No deberías exigirte tanto –comentó Konrad, parecía preocupado -Estoy bien –respondí agitada y bañada en sudor -¿Algo te molesta? –preguntó curioso -¿Debería? -Parece que te esfuerzas para evitar pensar -Sólo pienso que soy una buena persona, y que merezco ser feliz -Lo eres y es cierto que mereces ser feliz ¿qué te lo prohíbe? -Quiero estar al lado de la persona que amo -¿Es por si padre? –asentí enfada y continué golpeando saco de box –él debería darse cuenta de que no hay nadie mejor que tú para él -No puedo obligarlo a que le agrade –suspiré desalentada

