La gran celebración

1048 Words
Bajé del vehículo y me asombró tanto la puerta de entrada que quise salir corriendo, pero el anfitrión ya me esperaba en la puerta -No creo que sea oportuno que me presente vestida así –por primera vez me sentía avergonzada, más aun viendo el atuendo que él llevaba -Descuide señorita Kress he preparado todo, por eso la esperaba ansioso Las puertas se abrieron de par en par y crucé un gran camino de grava rodeado de pasto, árboles y naturaleza viva, era un lugar encantador. Cerré mis ojos por un instante para sentir la pureza del aire entrar por mi nariz y me sentí libre. Nos detuvimos en la puerta de la residencia y una señorita muy amable me recibió y me llevó hasta una habitación enorme. Me sentí nerviosa, esta no era mi casa, y no conocía a estas personas, debía ser cuidadosa y mantenerme alerta todo el tiempo. La señorita que me acompañaba pareció notar mi nerviosismo, me sonrió amable y me indicó entrar tras una puerta más pequeña dentro de esa habitación. Había un hermoso vestido justo en el centro de esa elegante habitación, y no solo eso, unos zapatos elegantes y de tacón alto -Le daré tiempo suficiente para vestirse cuando esté lista puede salir para ayudarla a terminar de arreglarse No comprendí lo que quería decir con eso pero torpemente comencé a vestirme con esa ropa que jamás en mi vida habría imaginado que llegaría a usar. Cuando salí la señorita me hizo sentarme en un taburete frete a un tocador, tomó muchas cosas con sus manos y puso muchas cosas en mi cara, hacía extraños movimientos y esos pinceles me hacían cosquillas en el rostro. Sentí como cepillaba mi cabello y algunas veces me daba tirones en él, me sentía cansada y aburrida, pero todas las cosas que utilizaba tenían un olor magnífico. Al final roció un poco de perfume sobre mí y me hizo girar para mirarme en el espejo. pensé y me miré más detenidamente, no se parecía en nada a mí, era una extraña, era hermosa y parecía sofisticada, no sabía si debía agradecer o molestarme por hacerme parecer algo que yo detestaba. A pesar de mi debate interior sonreía la señorita que me había convertido en esto que era ahora. Me levanté torpemente en los zapatos altos y a pesar de la incomodidad y tras muchos intentos logré caminar casi a la perfección. -La esperan en el salón, es la segunda puerta a su izquierda después de las escaleras, cuando esté lista puede caminar hasta allá Asentí y la señorita entró por una puerta a una habitación diferente y me dejó sola. Había silencio en toda la casa, todo era elegante, brillante y muy espacioso. No podía que creer que ese lugar era la casa de alguien. Caminé por largo pasillo, el piso era deslumbrante, mientras caminaba observaba los detalles del lugar, la escalera estaba muy cerca, la primera puerta a mi izquierda estaba después de un corto pasillo, pero seguí adelante y llegué a la segunda puerta. No sabía lo que me esperaba en aquel lugar, era la casa de un desconocido y debía prepararme para lo que sea que estuviera detrás de la puerta, tomé una bocanada de aire y abrí la puerta. Había pocas personas en el salón, parecía un lugar para fiestas, había mucha comida, bebidas y fuentes de agua elegantes. Había mucho espacio para sentarse y una gran pista en el centro de la sala. Recorrí toda la habitación con la mirada lentamente y me encontré con la mirada de Duncan. -Aquí está mi invitada de honor –anunció el señor Slidebottom al notar mi presencia. Caminó rápidamente hasta mí y me invito a unirme al evento. -No deja de hablar de la gran hazaña que hiciste aquel día, por eso todos te están tan agradecidos –dijo Duncan cuando tuvimos la oportunidad de hablar solos -Sólo actué como se debía hacer, no es la gran cosa -Para todos nosotros lo fue, pero más para él –sonrió gentilmente -¿Qué hiciste con mi Angie? “Mi Angie”, se había referido a mí como algo suyo, notó mi reacción y él mismo se dio cuenta de que no habían sido las palabras adecuadas y agachó la mirada, se sentía avergonzado. -Esa señorita de la entrada quiso convertirme el alguien más –me apresuré a decir para evadir la incomodidad de ambos -Me alegra que sólo sea tu ropa y demás, sigues siendo tú -¿Y quién más sería? –bromee -Eres muy hermosa y no necesitas de todo eso para presumirlo –dijo mientras le colocaba su dedo en mi barbilla para concentrarse en mis ojos. Sentí como mis latidos se hacían más rápido, tenía una sensación que me invadía todo el cuerpo como un hormigueo y sentía que temblaba -No estés tan nerviosa –me dijo para intentar calmarme, así que así se sentían los nervios. Suspiré intentando recobrarme pero tenerlo tan cerca me inquietaba aún más. Y no pude resistirme a sus encantos, desde la primera vez él me había parecido un joven atractivo, pero además de eso el me veía y me aceptaba como era, así que en cuanto el quitó su dedo de mi barbilla me acerqué lo suficiente para besarlo. Me quedé inmóvil con mis labios sobre los suyos, mientras sus manos se posaban en mi cintura, sus labios eran cálidos y hacían recorrer por todo mi cuerpo una sensación inexplicable. -Tenía que hacerlo –dije cuando recuperé el aliento -Esperaba que lo hicieras –admitió sonriendo -¿Por qué lo harías? -Tenía miedo de dar el primero paso y alejarte -¿Alejarme? -Mantienes lejos a todas aquellas personas que te incomodan -Si hiciera eso no estaría en esa escuela -Me refiero a que mantienes tu distancia sentimental hacia las personas que te causan incomodidad, y no quería ser una de ellas. -¿Cómo lo serías?, eres la única persona que me ve por lo que soy -Y es mejor así, prefiero que los demás sean ciegos para que no vean lo impresionante que eres -No voy a caer en tu juego -No estoy jugando, doy pasos pequeños pero seguros hacia ti, tengo que merecerte.
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