Mundos diferentes

1372 Words
Fue una semana muy dura, y el fin de semana aún más, me cargaron de trabajo doméstico en ambos días de descanso, incluso me enviaron a la cocina a apoyar a las cocineras con los preparativos de las comidas de la siguiente semana. Lo único bueno de mi primer domingo en la escuela de medicina es que salí de compras al mercado de la ciudad con la amable cocinera, que estaba deseosa de enseñarme infinidad de cosas. Compramos verduras y frutas en gran variedad, carnes, pescados, pastas, panes y muchas cosas más, incluso mientras caminábamos por las calles del mercado en algunos de los puestos me tocaba probar infinidad de alimentos que desconocía. Más que un castigo parecía el mejor día de todos desde que estaba recluida en esas paredes en dónde la mayoría sólo me miraban y juzgaban. Al regreso a la escuela la señorita Grabeel me esperaba impaciente, tenía aún más responsabilidades para mí, pero estas no eran nada fastidiosas, jardinería, lo que más disfrutaba de ese lugar, pasar mi tiempo con la naturaleza. Terminaba ese día, y me restaban 3 semanas igual, o quizá peor, sin permiso de salir de esta cárcel de enseñanza, y sin poder recibir alguna visita, no es que tuviera quien visitarme, pero ver al doctor Postlethwaite me resultaría confortable, después de todo, los últimos años había sido como un padre para mí, y le debía mucho. Seguro estaba al tanto de mi castigo, porque no hizo por venir a verme. Una nueva semana comenzaba, me había bastado el resto de la semana para ponerme al corriente con cada una de mis clases y había anunciado a mis profesores que estaba lista para el examen que me quitaría por fin a Konrad de encima, por lo menos en las clases. El resto del día hice examen, tras examen, y mañana sabría si estaba al corriente o no para continuar con las clases normales con el resto de mis compañeros. -Bombón, parece que tendrás que resistirte a tus deseos de estar conmigo en las clases, resulta que eres incluso mejor que yo. Pero no te creas tanto, si pronto te deslindas de mi ayuda es porque he hecho un trabajo excelente como tutor. De otro modo, no estuvieras ahora presentado cada examen con tanta facilidad. Resulta que he sido un excelente profesor. -Sí, Konrad, claro. Gracias por eso, pero no deja de ser mi mérito el que me ha logrado preparar para esto. Ahora bien desearía tomar el almuerzo con alguien más. -¡Pero qué dices! Que mejor compañía que yo. -No quiero ser grosera, pero eres muy fastidioso, y quisiera que me des mi espacio -Me miró enfurecido y sin darle importancia caminé hacia Duncan, que almorzaba sólo en una de las mesas. -¿A dónde cree que va señorita Kress? -dijo la señora molesta -Tomaré el almuerzo con Dunca. -respondí desafiante -El joven Slidebottom no debe ser molestado, le pediré que tome su lugar en otro asiento y no lo moleste. -No entiendo por qué, si él es mi amigo. -Señorita Grabeel le agradecería que le permita a la señorita tomar el almuerzo conmigo. -Claro, lo siento joven Slidebottom, es sólo que pensé que no deseaba ser molestado -La señorita Grabeel me fulminó con la mirada tras permitirme el paso hacia mi destino. -¿Qué fue eso? -Cosas de la señorita Grabeel, no tiene importancia. -¡Que no tiene importancia! Si te cuida como mercancía de gran valor. Disculpa la por la palabra. -Supongo que es por mi padre que lo hace. -¿Tu padre? -Es una persona que da grandes beneficios económicos a la escuela. -Entiendo, entonces eres como dueño de este lugar. -No, por supuesto que no Angie, soy sólo un estudiante como tú. -Oh, vamos. Con tanto cuidado y favoritismo de la señorita Grabeel, no eres como yo. Vamos no te han castigado como a mí. -Tienes razón, quizá merezco el castigo tanto como tú. Después de todo yo fui quien te encontró esa mañana, y el culpable de tu castigo. -Está bien, desde que llegué aquí no he sido bien recibida por esa bruja -Duncan comenzó a reír -¿Qué te ha causado tanta gracia? -Le has llamado bruja, aquí donde está lleno de personas que pueden acusarte por decirlo. -Bueno, no me retracto, es lo que es, una bruja, una mujer amargada y malvada, quizá por eso no se ha casado. -Bueno no conozco su vida personal, pero parece que es madre soltera y eso no es muy bien visto en la sociedad, quizá es por eso que tiene ese fuerte carácter. -Bueno, que la hayan tratado mal antes no le da el derecho de tratar mal a los demás. Ni siquiera le he hecho algo malo para que este siempre contra mí. -Supongo que el maltrato la ha llenado de amargura, y como tú eres una chica llena de alegría y energía debe sentirse algo así como, celosa. -¿Qué culpa tengo yo? Si ella decidió ser madre soltera fue sólo su decisión, yo no la obligué a nada. -No hagas caso a sus palabras, no resiste que exista alguien que sí disfrute de la vida. -¿Cómo lo haces? -¿Hacer qué? -Vivir en este sitio y no volverte loco. -Estoy acostumbrado a esto, así ha sido mi vida desde que recuerdo. -¿Una cárcel?, ¿bromeas?, ¿qué hay de la vida allá afuera? -No conozco otra vida más que esta. -Es una lástima, te has perdido de mucho. Libertad, naturaleza, paisajes inolvidables, no sabes cuantas cosas hay allá afuera. -Quizá alguna vez las conozca. -Deberías, sabes que la vida de un médico es trabajo-casa-trabajo, lo sé por el doctor que me ha traído a este sitio. -¿Y por qué decidiste recluirte aquí? -Bueno, él ha hecho mucho por mí, deseo hacer algo para recompensar todo ese tiempo y esa paciencia que me ha tenido. -¿Tu padre? -No, es sólo mi tutor, un hombre que conocí una vez en alguno de mis viajes. -¿Qué clase de viajes? -He vivido por todo el mundo, de aquí para allá, escalando montañas, caminando por prados, conociendo el mundo natural que nos rodea, he conocido muchas especies de animales y plantas, y me he enfrentado con feroces criaturas, pero nada se compara con este sitio, con estás personas que dicen ser educadas, muchas veces los animales son más compresivos que los propios humanos. -¿Y vale la pena recluirte aquí teniendo esa libertad que presumes? -Intento hacer algo de mi vida. -Ya eres alguien, una persona llena de valores, de conocimiento y de grandes actitudes, ¿qué deseas probar? -Qué puedo ayudar a las personas, que puedo convertirme en el mejor médico y ayudar a las personas de bajos recursos en los pequeños campos lejos de las grandes ciudades. -Tienes tus metas muy claras. -¿Acaso tú no? -Si estoy en este lugar es por darle gusto a mi padre. -¿Y qué es lo que tú quieres? -Que él este orgulloso de mí. Quiero demostrarle que puedo ser alguien importante. Alguien con el vale la pena hablar. -Lo siento. El sonido de la campana anunciaba el fin del descanso, pero ahora mismo no quería que terminara, había algo en ese chico, algo que llamaba mi atención, que me tenía hipnotizada. Quería conocer su historia, ¿porque sus ojos estaban llenos de tristeza y decepción? Duncan se levantó de su asiento, inclinó su cabeza y caminó por los pasillos de la escuela. Fue cuando noté el silencio de la sala, estaba retrasada, me había perdido en mis pensamientos y la hora de las clases había comenzado. Las horas pasaron lento, sólo quería que llegara la hora de mi castigo para ir de nuevo a la biblioteca y encontrarme con él. Llegó la hora por fin, pero me decepcionó no encontrarlo en el sitio de siempre, ni siquiera había señales de que él hubiera estado ahí esa tarde. Salí decepcionada de la biblioteca y emprendí mi camino al cuarto de limpieza, dejé las cosas en su sitio y tras cerrar la puerta me giré para caminar a mi dormitorio.
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