Capítulo I

2566 Words
Capítulo I “su mate” Los pensamientos del hombre eran como un huracán llevándose todo a su paso, dejando consigo ese malhumor petulante que emerge desde lo profundo su ser, odiaba el hecho de que Madeleine siempre prefiera a Jhonny por encima de él, pese a que han sido mejores amigos desde los cinco años. Él estaba tan absorto en lo suyo que ni siquiera escuchaba lo que pasaba a su alrededor. Hasta que un olor peculiar olor inundó sus fosas nasales era... Maresía. La inconfundible esencia del mar. Sus ojos marrones se enfocaron en el suelo de madera bajo de los pies, cuando de repente justo encima de este a un metro más alejados de sus zapatos, detallo unos delgados pies descalzos de mujer que se acercaban lentamente a la posición de su ser. Jace frunció el ceño molesto, mientras que a su vez desde lo profundo de su garganta se le escapó un gruñido de manera inconsciente, se estaba poniendo a la defensiva por la presencia desconocida al frente de él. AquaMarine ladeó la cabeza tratando de entender lo que estaba pasando, decidida empezó a ascender su mano hasta la altura del rostro ajeno, a pesar de escuchar el sonido emitido por él, eso no le impidió tocar con las puntas de sus dedos la mejilla contraria, aún oyendo las advertencias de los demás. Ella está más que decidida en hacerlo a fin de cuenta algo en su interior la incitaba a realizar aquella acción. Una leve corriente eléctrica recorrió su delgado cuerpo, se ha quedado completamente estupefacta a esa reacción de su nuevo cuerpo. AquaMarina quedó tan confundida y a la vez cautivada, como una pequeña niña experimentando una sensación desconocida. —¿Qué se supone que haces?—masculla el pelinegro entre dientes con molestia. El licántropo sintió como la cólera subía hasta su cabeza queriendo explotar, de un movimiento brusco levanto el rostro, estaba furioso dispuesto a****r a la persona que lo acababa de tocar, pero todo se vino abajo cuando sus oscuros ojos marrones se conectaron con los zafiros de ella. Su respiración se detuvo por un momento, todo ese enojo que sentía al principio lo abandonó, dejándolo paralizado mientras todo desaparecía a su alrededor, donde solo existía ella en su ahora. El pelinegro se perdió en esos profundos orbes azules con destellos verdes como el mismo mar, vio como eran cortados todas las cuerdas que lo ataban a la existencia, tal cual como si fueran hilos de globos volando hacia el espacio, solo fue cuestión de segundos para que millones de nuevos hilos aparecieran y lo ataran a ella. Jace en ese momentos entendió que ahora no era la gravedad de la tierra la que lo tenía sujeto al suelo sino ella, la misteriosa castaña que tenía frente a sus ojos. Él ha encontrado su mate y eso lo asustaba de sobremanera, ya no podía seguir enamorada de su vecina ahora todo cambio tal vez para bien o mal aún no estaba muy seguro, pero estaba luchando por no caer en esa tensión. AquaMarina descendió lentamente su mano, mientras que sus mejillas se tornaron carmesí de forma automática, no pudo ocultar que estaba nerviosa por lo que percibió a través de él, solo con el simple hecho de mirarlo fijamente a los ojos hasta perderse en ellos, logro ver cada rincón del ser tanto humano como lobo del chico. El mar la envío por un propósito, y era su deber encontrarlo, ahora ella entendió el motivo por el que vino a este lugar, por fin se ha creado un vínculo sagrado. Todos los presentes se habían quedado en un silencio sepulcral, observando la escena sin creer lo que acaba de pasar, por eso ninguno se atrevió a decir algo, hasta que Matthew se aclaró la garganta, al ser el líder de la manada no tenía miedo de que Jace lo atacará por interrumpir la escena. —Jace—lo llamó Matthew con tono de seriedad, sabiendo lo que podía ocurrir. —No—Él mencionado levanto una mano, sin dejar de ver a la castaña.—Necesito pensar las cosas—añadió como un susurro que si no fuera por las habilidades de los hombres lobos nadie lo hubiera escuchado. Él estaba completamente confundido sin saber que debía pensar o sentir. El pelinegro no mencionó nada más, simplemente salió a pasos acelerados por la puerta principal de la casa, estaba huyendo de la situación. Primero le sucede lo del amor de toda su vida y ahora aparece su mate, tomándolo por sorpresa a la vez que lo envuelve en un caos emocional en su interior a tal punto de un choque sentimental. Él nunca pensó estar en esa tormenta que lo hace naufragar en una infinita marea en su ser, como un pirata perdido en mitad del océano. [...] —Lo siento—la dulce voz de AquaMarine resonó como un pequeño susurro apagado. Ella solo lo dejo marcharse sin atreverse a decir ni una sola palabra por temor a la reacción del hombre lobo, en ese momento se sentía mal y lo peor de todo es que su inocencia de las cosas no la deja entender por completo la situación o los sentimientos desenvolvente de la escena. AquaMarina simplemente se quedó allí quieta en su lugar con una terrible sensación en su pecho que la agobia con intensidad su corazón. —No te preocupes, hermosa—comentó Samuel, acercándose a la castaña para pasar su brazo sobre los hombros de ella. El grupo de hombres lobos noto la tristeza y confusión en la voz de la castaña, era como si toda esa situación le hubiera afectado de sobremanera y de verdad estaban en lo cierto. —Esta pasando por una situación difícil—agregó Julián en defensa de Jace. Ella simplemente asintió con un suave movimiento de su cabeza a lo mejor y tengan razón, él necesite pensar correctamente para aclarar sus sentimientos. —Yo diría que es un estúpido por estar detrás de la amante de la sanguijuela, cuando la vida le acaba de dar a su preciosa mate—ironizó Samuel sin importarle las consecuencias. —Samuel...—le regañó el alfa. —Si, lo sé..—respondió el mencionado, a la vez que rodó los ojos con fastidio. La castaña escuchaba aquella conversación pérdida en sus propios pensamientos, todo se le estaba volviendo tan confuso, más al sentir que algo en su interior se rompió al escuchar que él estaba interesado en alguien más, pero aún así percibía un calor diferente en su pecho. Tal vez una ligera esperanza de poder estar a su lado... Apretó sus labios tratando de calmar esa mala sensación en su corazón, era ilógico que el mar la mandará a este lugar sin un propósito específico, eso le quedó claro cuando a través de los ojos marrones de él, vio el inmenso dolor que vive Jace sin ni siquiera aceptar lo que es ser un hijo de la luna, ella lo vio y sabía que era un lobo cuando el astro se posaba en lo más alto del cielo cada noche. Ella comprende perfecto lo que es ser alguien diferente o en su caso que ni siquiera conoce su propio pasado y lo que es. Sami fue el que notó el cambio radical de la castaña, se le acercó dando pequeños brincos para tomarle la mano y así sacarla de ese h********o en su interior, al ser el más jovial de la manada es el juguetón de todos, por lo cual trataría de ayudarla a ser feliz o divertirse siempre esas es su nueva meta. —¿Te gustaría dar un paseo?—le preguntó Sami, con una pequeña sonrisa. Ella asintió dejando de lado toda esa laguna mental. Sus ojos azules volvieron a tomar ese brillo de curiosidad, a su vez que una sonrisa se formó en sus labios, mientras estrecha la mano del chico de vuelta, por lo menos ahora sabe que hacer en esas situaciones y ya no se queda en blanco o pérdida. —¡Te encantará Pensilvania!—exclamó el más joven con entusiasmo, para jalar suavemente su mano y llevarla fuera de la casa de Matthew. —¡Yo también quiero ir!—gritó Samuel, saliendo lo más rápido de la viviendo para que no se fueran sin él. Samuel se le poso al otro costado de la castaña, pasando su brazo sobre los hombros de ella, mientras que Sami le sujetaba la mano con suavidad al menos podría sentirse un poco tranquila después de todo, esos dos chicos están haciendo lo posible por ayudarla. [...] AquaMarine estaba sentada en la arena de la playa, sus ojos contemplaba el mar que se perdía en el infinito horizonte. Era unos de esos pocos días donde el sol hace su aparición en el cielo de la península, a su espalda podía escuchar las risas y los juegos de ambos chicos que la habían traído a ese lugar. AquaMarina no separó ni un segundo la mirada del frente al mar, buscando una respuesta a su situación o el saber el motivo de su llegada a esa zona en específico. —Hermoso, ¿No lo crees?—habló Sami sacándole de sus pensamientos, mientras que se sentó sobre la arena a un costado de ella. —Mi hogar, es precioso— respondió AquaMarine con simpleza de manera inconsciente, sin despegar su mirada del mar. —¿Qué acabas de decir?—le preguntó confundido el otro chico, a su vez que se sentó al otro costado de ella. La castaña despegó sus ojos azul del agua marina para fijarla en el chico más joven, por su cabeza pasó un pequeño juego, tal cual como los que ellos estaban haciendo hace rato al salpicarse agua, por lo que extendió su mano derecha en dirección al mar, con un leve movimento de su mano junta a su muñeca provocó que un mágico chorro de agua, le impactará en el rostro de Sami. Ella soltó una suave carcajada al ver el rostro de sus acompañantes, esa situación le parecía lo más graciosa. Aquella acción provocó que ambos chicos se quedaron atónitos por tal hecho ocurrido, sus ojos estaban demasiado abiertos a causa de la impresión, al no esperaban que ella de un movimiento hiciera que el agua saliera disparada de esa manera. ¿Eso era imposible de hacer un humano? o ¿No? No obstante, la risa cantarina de Aqua los trajo de regresó a la realidad, Sami se limpió el rostro con la mano para mirarla sin poder creer lo que acababa de pasar, parecía más un truco de magia que real... O a lo mejor para engañarlos... ¿No? —¿Eres una Sirena?—formulo Sami al ser el primero en salir del confusión. Ella negó varias veces confundida, no sabiendo lo que era una Sirena, mientras en su cabeza se formulaba una mejor manera de llamar lo que es en realidad. —Soy la hija del mar—mencionó la castaña, como si fuera lo más normal del mundo. Para ella esa fue la mejor manera de llamarse, aunque teóricamente nació de él o eso es lo que recuerda de la noche que la encontraron. Samuel abrió la boca listo para decir algo pero se calló de golpe al no saber que decir al respecto, aunque principalmente fue al notar la presencia de alguien más detrás de ellos. —¿Hija de qué?...—una voz masculina resonó demando. La hija del mar llevo su mirada hacía aquella persona para darse cuenta de que es Jace, su mate. Una sonrisa inconsciente apareció en su rostro junto a unas inmensas ganas de abrazarlo y jamás soltarlo. No obstante, la situación era todo lo opuesto, puesto que en la mirada que le dedica el chico era de completa soberbia y un lascivo desprecio hacia su ser. Ella por un momento se sintió tan pequeña y destrozada, por no entender lo que realmente estaba haciendo mal o el motivo de su desprecio a la final ni la castaña entendía ¿Porque está allí?. AquaMarina saco un poco de valor en su interior para poder responder aquella pregunta. —Soy la hija del mar—habló la mujer casi como un susurro que se apaga. AquaMarine apretó con fuerza sus labios al escuchar como respuesta una carcajada de burla por parte de él. ¿Acaso se está burlando de ella? —¿Creo qué no escuche bien?—cuestionó el pelinegro, limpiándose el rostro por las lágrimas causadas por la risa. —Soy la hija del mar—volvió a afirmar sus palabras la castaña, sin dudarlo. Jace no dudo ni un segundo en ponerse en frente de los tres chicos, con la mirada busco respuesta en los otros dos miembros de la manada, pero estos simplemente levantaron las manos en son de rendición ante la situación. Ellos sabían que AquaMarine no tenía una razón para mentirles en algo tan serio aunque Jace se burlará de ella. —Yo no sé, Samuel, Julián y Matthew la encontraron anoche en la playa desnuda, ella se llama AquaMarine—explicó Sami, moviendo sus manos de manera exagerado—Luego estando aquí, movió su mano y un chorro de agua me mojo la cara y también habla otro idioma cool y yo no sé nada mas, verdad ¿Samuel?—añadió el menor, tratando de buscar apoyo en su compañero de manada. —Sí, pero como tú estás más pendiente de otras cosas, y no de lo que realmente importa—destaco el otro hombre lobo, pasando su brazo por encima de los hombros de la castaña. Samuel se iba a encargar de hacer sentir a la castaña como si estuviera en casa, él sabía que podría ser mejor guardián, amigo o pareja para ella que Jace, que ni siquiera podía solucionar sus enredos amorosos, aunque Samuel estaba consciente que las posibilidades de perder eran muy altas, más al saber que Aqua es la mate de Jace. —¿Qué se supone que estás haciendo?—un gruñido animal se le escapó desde lo más profundo de la garganta del pelinegro.—No la toques.—agregó, apretando los dientes. Jace está que explota de la furia, en su interior no deseaba que nadie la tocará o se le acercaba, la deseaba solo para él. Los ojos azules de la castaña se desviaron del mar hacía el pelinegro, confundida por el extraño comportamiento de él ante la acción del chico parecido al gruñido de advertencia que le dió a ella cuando se conocieron. AquaMarine no lograba comprender la situación tan extraña con el chico, de cierta manera estaba intrigada de su forma en tratarla cuando alguien más la tocaba, pero también por la manera en que se expresa hacia ella o la hace sentir mal por no ser lo suficientemente buena para él. Porque la manera tan burlona en que le respondió cuando por fin le dijo lo que es, le dió ha entender eso. Si no eres libre eres un prisionero, un ser que no tiene la facultad de imponer su voluntad, de enaltecer su espíritu a su manera. El amor no es una cárcel, es la unión de dos amantes que miran hacia la misma dirección y, por tanto, pueden saciar sus deseos mutuamente. Ella sólo tenía que ser fuerte. Continuará...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD