Capítulo Tres
“Adaptación"
Habían transcurrido un par de día desde su llegada, poco a poco se ha adaptado a cada una de las costumbres que conlleva tener una "vida normal", aunque se es un tanto difícil ser común cuando las personas que viven con ella y le enseñan son hijos de la luna.
―¡No sé vale, eso es mío!―Exclamó Samuel, como si se tratase de un niño pequeño.
La dulce risa de la hija del mar resonó por todo el lugar, ella se encontraba corriendo alrededor del comedor trataba de huir del licántropo, puesto que le había quitado un par de galletas de chocolate que él se estaba comiendo.
Camila, Steven y Julián reían al observar la escena divertida entre ambos jóvenes.
―Lípos―respondió Aqua como defensa en griego antiguo, para sacar la lengua en un gesto infantil.
―¿Qué dijiste?―Pregunto Samuel, a la vez que se detuvo confundido al no entender lo que le ha dicho.
La castaña no comentó nada al respecto, simplemente se encogió de hombros con una sonrisa divertida en sus labios, y de esta manera, fue en dirección a la otro mujer presente en la cocina, la ojiazul se ocultó detrás de Cami justo igual que una hija con su madre.
Había pasado próximamente unas semanas desde la misteriosa llegada de Aqua al lugar, su adaptación no ha sido la mejor, dado que constantemente tiene que lidiar con los desplantes de cierto pelinegro, debido al asunto que llevaba por nombre.
Proteger a Madeleine de un tal Jhonny, algo absurdo porque ambos eran novios pero al ser humano y vampiro es prohibido.
No obstante, para su buena suerte los chicos de la manada se han portado de maravilla con ella, aunque la que ha tenido el papel principal es Camila, quien se ha encargado de enseñarle varias cosas fundamentales, tal cual como una madre.
―¡Basta, par de niños!―la imponente voz de Matthew se hizo presente.
AquaMarine se llevó una de las galletas de chocolate a la boca, bajando la mirada hacía sus pies, y de esta manera salir de su escondite mientras que mastica lentamente.
Matthew se acercó a su impronta y le planteó un beso en los labios.
―Ariel, se comió mis galletas―se excusó Samuel.
La hija del mar rodó los ojos, odiaba que Samuel la empezará a llamar igual que la protagonista de la sirenita, y todo a causa que Sami le enseñó a ambos, aquella singular película de "Disney" hacía un par de días atrás.
―Estas gordo, Sebastián―dijo la castaña en defensa, encogiéndose de hombros.
―¿Cómo me llamaste?―preguntó, con una sonrisa divertida, mientras se señalaba así mismo con su dedo índice.
La hija del mar subió ambas manos a la altura de su pecho para extenderla hacía adelante, ella sabía que cuando el pelinegro ponía esa expresión significaba que algo le iba hacer, sus orbes azules buscaron algún recipiente con agua, y justo allí sobre la mesa un vaso con agua. para con un leve movimiento de su mano junta a su muñeca provocó que el agua del vaso de vidrio, saliera disparada impactando en el rostro del hombrelobo.
Las sonoras carcajadas de Julián y Steven resonaron, mientras que Samuel solo se dedicaba a limpiar su rostro con su mano derecho.
―Eso es impresionante y no me cansaré de decirlo―Comentó entre risas Steven.
―¡Verdad que sí!―corroboró Julián en el mismo estado que su amigo.
―Me gustaría poder ayudar a cuidar la península de Pensilvania―la dulce voz de Aqua resonó como un pequeño susurró de tristeza.
―No―una voz interrumpió la pequeña conversación el a Winston estaba parado en el marco de la puerta con el ceño fruncido.
―Aléjate de ella―le advirtió, mientras señalaba a Samuel, que se encontraba a un par de pasos cerca de la hija del mar.
Un gruñido se escapó de los labios de Jace al ver que Samuel lo hace a propósito para provocarlo.
Él apretó los labios tratando de control aquél mal sabor de boca que le daba cada vez que observa la cercanía que hay entre ambos, aunque no lo pudiera aceptar ella es su mate.
Samuel levantó las manos en son de paz para alejarse de Aqua.
―Es hora de ir al entrenamiento―Intervino Matthew, captando la atención de los miembros de la manada.—Cada vez hay más chupasangres atacando a inocentes—añadió el alfa con seriedad.
―Yo quiero ir, aunque sea a ver― suplicó Marine juntó ambas palmas de sus manos justo abajo de su barbilla.
―No.—la voz de Winston resonó como una prohibición rotonda.
―Por primera vez, estoy de acuerdo con Jace, es mejor que te quedes aquí, hermosa―agregó, samuel con preocupación.
―Sas parakaloúme, prometo no meterme en problemas, ¿Sí?―dijo la castaña en un tono aún más tierno batiendo sus pestañas, ella sabía que tenía que usar todos sus encantos si quería lograr que el licántropo accediera a llevarla con ellos.
Estaba siendo una tarea muy difícil para Jace mantenerse a raya, cuando ella estaba haciendo aquellos gesto, y no solo eso sino que tampoco ayudaba el hecho que no podía negarse a su mate, de sus labios se le escapó un largo suspiró de resignación.
―Bien, pero no te alejes de mí―Accedió rendido Jace sin poder evitarlo.
El pelinegro llevó sus ojos marrones al Alfa, e hizo un pequeño asentimiento con la cabeza.
Una sonrisa triunfadora se formó en los labios de la castaña tras lograr poder ir con ellos, ella estaba ansiosa, dado que sería la primera vez viéndolos en acción y con la apariencia de hijos de la luna.
―Aqua, querida no olvides que debes colocarte zapatos―Le recordó Camila, para señalar los pies descalzos de la hija del mar.
El rostro de la castaña cambio dramáticamente a disgusto. Solo había una cosa que realmente detestaba Aqua y eran los zapatos.
[...]
AquaMarine, no borraba aquella hermosa sonrisa que cargaba en sus labios desde que salió de la casa de Matthew, era tan impresionante para ella ver a los chicos en fase, aquellos inmensos lobos preciosos antes sus ojos.
La ojiazul caminó al lado del lobo de pelaje blanco, tal cual como le había indicado el Winston, su mano acaricia su suave pelaje de manera inconsciente, esas eran una de las pocas veces donde Jace se dejaba llevar y olvidaba por completo a Madeleine, donde solo Aqua era lo único que le importante, aunque él se negará aceptarlo.
En ese momento ella era completamente feliz, ya no sentía ese rechazo sino todo lo contrario, de cierta manera amor algo que él se lo estaba negando sin tener derecho, puesto que ella es su mate.
AquaMarine solo deseaba que la vida le diera una oportunidad de estar a su lado por toda la eternidad.
Continuará...