Simón.
Mis ojos empiezan a abrirse, y por la luz en la habitación, puedo decir que el sol está apenas saliendo.
Eso es lo que me dejó la vida en el campo.
Automáticamente a las 6am mis ojos se abren.
Pero esta vez, hay algo que me alegra el día desde temprano.
Y eso es, una adorable Sofía, acurrucada en mi pecho.
Su mano abraza mi cintura, sus piernas enredadas con las mías. Sus largas pestañas besadas por la suave iluminación exterior. Es tan hermosa, y por fin, aceptó intentar algo conmigo.
Mi brazo se siente dormido, pero no pienso moverme. Quizás esta sea una de las pocas veces en las que pueda amanecer de esta manera, y lo voy a aprovechar a más no poder.
Miro su cabello, y juego con un mechón antes de dejarlo detrás de su oreja.
Acaricio su rostro con cuidado para no de
