Capítulo 8||

1616 Words
Emma Jackson Sus pisadas continúan moviéndose bajo mis puños y gritos, los invitados aún no dejan de observarnos, cada vez los veo más lejos y cuando creo que va a salir se desvía a un pasillo con varias puertas a los lados, en total son cuatros, tres de ellas tienen una "H" impregnada en el centro, lo cual de seguro significa huésped o bueno eso quiero pensar, sus manos tocan la manilla de la cuarta puerta, la cual no tiene ninguna letra sobre ella, abre dicha puerta y nos adentra en la habitación que resulta ser un baño. La picazón y el ardor en mi mano son cada vez más fuertes, Aron me deja sobre el extenso y largo lavamanos, mis gritos y pataletas se detienen, pero mi furia permanece intacta. Lo observo, encontrándolo ya observándome a mí, con igual o más furia, su camisa blanca de mangas largas tiene sangre por doquier, parece como si hubiera matado a alguien, cuando es obvio de que yo lo ensucie. El silencio y las miradas irradiadas de rabia continúan mutuamente por unos segundos, soy la primera en romper dicho contacto incómodo, apoyo mis manos sobre el lavado para bajarme, olvidándome por completo de mi mano lastimada, un pequeño gruñido sale de mis labios involuntariamente, sus ojos van a mi mano de inmediato, suspira con ostia, desabotona su camisa y la saca de cuerpo, haciéndome abrir mis ojos con exageración, ¡Maldita sea! realmente se ha ejercitado. No j***r, es decir... —¡¿Qué mierdas haces?! —Disparo una vez que recobro mis sentidos. No responde, rompe una de las mangas de su camisa con tan solo una de sus manos, va a un pequeño almario que se encuentra frente al lavado, saca una botella de alcohol y algodón como si fuese su casa. Se acerca hasta mí, intenta tomar mi mano, pero yo la arrebato antes. —Te he dicho que no quiero que me toques. —Suelto con calma, conteniendo mi furia y sin gritar. Gira sus ojos en cuanto escucha mis palabras, vuelve hacer caso omiso a lo que le digo, toma mi mano a la fuerza, sujetándola por mi muñeca, ejerce fuerza sobre esta cuando intento arrebatarla, sacándome un gruñido, vierte alcohol sobre esta sin ningún tipo de cuidado, yo vuelvo a gruñir, él continua sin mirarme, pasa alcohol sobre mi palma, eliminando los pequeños rastros de sangre que continúan sobre mi palma, toma la manga de su camisa y la envuelve en mi mano con fuerza deteniendo el sangrado. Coloca el alcohol sobre el lavamanos y cuando creo que se va a alejar hace todo lo contrario, coloca ambas manos sobre el lavamanos, acorralándome e acelerando más los latidos de mi agitado corazón, su rostro esta a solo centímetros, sus ojos verdes continúan irradiando rabia, sin poder evitarlo paso mis ojos por todo su torso bajo su mirada, su abdomen luce bastante, sumamente duro y los tatuajes en el lo hacen ver increíblemente irresistible, ¡Dios!. —Escucha, —Su voz ronca y masculina me hace volver a sus ojos, sin ningún tipo de vergüenza o culpa, puedo mirar cuanto quiera, después de todo mis ojos son míos, el torso es de él, pero yo no lo mande a exhibirlo. —No sé de donde mierdas conozcas a Fred, tampoco me interesa, pero aléjate. —Espeta con frialdad. La confusión abarca todo mi rostro al instante, ¿Esto es en serio? ¿De verdad me ha dicho eso? —No me voy a alejar de nadie, solo por que tu lo digas, no eres nadie para ordenarme. —Respondo con la misma frialdad, ¿Piensa qué puede venir y ordenarme como antes? en serio que equivocado esta. —No te estoy ordenando nada. —Responde alejándose y cruzando sus brazos. —Esto no se trata de ningún juego Emma, me da igual a quien te folles o con quien ligues, pero con él no, ¿Entiendes? —Vuelve a soltar con seriedad. —¿Por qué no? ¿Por qué con él no? —Inquiero ganándome una mirada llena de dagas listas para disparse hacia mí. —Tú solo has lo que digo, no te olvides de que tienes un hijo, no puedes ir por la vida de puta, metiéndote con todo tipos de hombre sin importarte tu hijo y supuesto esposo. —Escupe su muy común veneno, veneno el cual no me afecta en lo absoluto. —No, te equivocas, si puedo, puedo hacer lo que me de la gana y meterme con quien quiera cuando quiera, ¿Entiendes? Cosas como esas no las decides tú, cabrón de mierda. —Replico utilizando su misma palabra, molesta. Su mandíbula se tensa, abre su boca para responder, pero el tono de llamada de su celular lo interrumpe, lo saca de su bolsillo y contesta sin mirarme. —¿Qué sucede nena? —Responde relajando su tono, dándome la espalda, mis tripas se remueven y por un momento siento unas estúpidas ganas de vomitar. Me impulso hasta tocar el suelo, pero grave error, mi pie adolorido se dobla al instante, esta vez si jadeo con fuerza por el dolor, estúpida, no podría ser más estúpida, ¿Quién se baja así de un lavamanos con calzados altos y además pies a doloridos? El cuerpo de Aron se gira para verme, me dedica una mala mirada y continua hablando por el celular como si nada. —Sí, ya casi voy para allá. —Es lo último que lo escucho decir, seguido cuelga la llamada. —¿Qué coños haces? —Pregunta levantando una de sus cejas y observándome con enojo. Ignoro su maldita pregunta e intento pararme nuevamente pero mi tobillo estúpidamente lastimado no me lo permite. Él lo nota, pasa la mano por su cabello, rueda sus ojos y se agacha hasta tomar mi pie lastimado, no lo muevo, me duele demasiado como para alejarlo. Él lo revisa y mueve sin ningún tipo de cuidado haciendo que salgan varios quejidos de mis labios. —No esta roto, pero si muy lastimado no creo que puedas caminar ahora. —Dice y soy yo quien rueda sus ojos esta vez, que gran información doctor. —Me imagino que tu esposo vendrá por ti, deberías llamarlo, tengo muchas cosas que hacer y debo irme ahora. —Termina de decir para ponerse de pie y claro, muchas cosas que implican una cama y a ella. No le respondo, él se queda de pie, teclea un mensaje y se apoya contra la pared con ambas manos en sus bolsillos. —¿No vas a llamarlo? —Inquiere devolviendo su vista hacia mí. —Ocúpate de tus asuntos. —Bramo cortante, este tipo en serio no me cae nada bien. No es que no quiera llamar a Adam es que no traje mi celular, ags, j***r. Debo ir por Hash, pero ni siquiera puedo moverme. Lo observo y continua apoyado contra la pared solo que ya no mirándome. —Oye, —Le llamo, rueda sus ojos y me mira. —¿Antes de irte podrías decirle a Hash qué estoy aquí? —Inquiero y él se ríe. —¿Hash es quien va a llevarte a tu casa? —Inquiere con burla. —Que hijo de puta te salió tu esposito, ahora entiendo por que estás buscando ligar con alguien más. —Termina de decir sin dejar de utilizar su tono burlesco. —¿Puedes decirle o no? —Cuestiono nuevamente, ignorando todo lo demás. —No, tengo prisa y no voy a perder mi tiempo buscando a esa mimada. —Responde encogiendo sus hombros. Bajo mi rostro hasta mis manos, el hijo de puta es él, tendré que liarmelas como pueda. —Daisy me dijo que vives cerca de nuestro apartamento, quizás pueda darte un empujón. —Vuelve a decir al cabo de unos segundos y las náuseas vuelven a recorrerme, maldita simplona, ¿Por qué mierdas le dijo eso? ¿Cuándo le dije algo así yo a ella? —No realmente, y olvídalo puedo apañarmelas sola. —Me limito a responder. —Como quieras. —Responde volviendo a sacar su celular. —j***r. —Murmura por lo bajo. La puerta del baño se abre y un rostro ligeramente conocido se adentra en el baño, Lean. —¿Por qué mierdas tardaste tanto? —Inquiere Aron arrebatando lo que parece ser una camisa de sus manos. —No hay un jodido día en el que no te quejes de mi puntualidad. —Responde el chico cruzando sus brazos, para luego desviar sus ojos hasta mí. —Oh, hola Emma, cuanto tiempo. —Me saluda sonriendo. —Emm si, hola. —Le respondo con una sonrisa igual. Aron se coloca la camisa en su torso en cuestión de segundos. —Vamos. —Le dice al chico, caminando a la salida, Lean lo sigue luego de susurrarme un hasta luego, Aron se detiene cuando toca la manilla, Lean choca inevitablemente contra su espalda. —Ags maldición, tráela. —Dice y Lean se devuelve para ayudarme a ponerme de pie en seguida. —No es necesario, te dije que solo necesito que busques a Hash. —Replico apoyada en el hombro de Lean. —Y yo te dije que no voy a perder mi tiempo en ello. —Responde para luego salir, dejándonos atrás. Lean le sigue el paso, mis pies no me permiten caminar con rapidez, por lo que Lean termina cargándome en su espalda. Mierdas, no puedo dejar que me lleve, si lo hace sabrá donde vivo, de mi bebe, y si mi padre lo ve, se va a volver loco, pero maldita sea, no es como si tenga de otras, joder...
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD