Capítulo 18||

2948 Words
Emma Jackson Uno de los guardaespaldas que vi anteriormente con el padre de Aron es quien esta detrás, hace una leve inclinación con sus ojos puestos en Ewan que me parece ridícula, pues no estamos en ningún país de Asia, y generalmente es una costumbre de ese continente. —Buenas noches, Lee Junsu a sus servicios. —Saluda con una expresión neutra, y su apellido me deja claro el por que de la reverencia, no tiene carácter a******o alguno, lo más probable es que sea de doble nacionalidad. —El señor List los espera en la mansión, esta a mi cargo el llevarlos allí, así como traerlos de vuelta. —Nos dice y asiento. —Vamos. Dejo las puertas bajo llave, tomo la pequeña mano de Ewan quien se mantiene en silencio y bajamos siguiendo los pasos del guardaespaldas Lee hasta llegar a un coche n***o de vidrios negros polarizados, Lee nos abre la puerta trasera y ambos nos adentramos en silencio, el guardaespaldas no tarda en adentrarse, y tan pronto lo hace conduce moderadamente por largos minutos, Ewan apoya su cabeza en mi hombro y se mantiene observando hacia las ventanas todo el transcurso. No me sorprende lo enorme del residencial, como tampoco la amplia mansión de dos plantas, los alrededores están iluminados con una luz suave rojiza que es opaca con la oscuridad que reluce. El auto n***o se detiene frente a la puerta principal y el guardaespaldas se apresura en abrirnos la puerta. —¿Me permite su teléfono móvil? —Inquiere en cuanto salimos y niego de inmediato. —Solo voy a registrar mi contacto para que me marque en cuanto termine el evento. —Explica y le cedo mi teléfono dudosa, él registra su número en menos de nada y me lo devuelve de inmediato. —El señor List los espera dentro, con su permiso me retiro. —Dice para luego marcharse. Y ambos nos quedamos de pie frente a las puertas sin decir o hacer nada. —¿No quieres entrar, verdad? —Inquiere Ewan y llevo mis ojos a su tierno rostro. —¿Quieres entrar, tú? —Inquiero yo, tomando su mano. —En realidad no. —Murmura, y lo conozco lo suficiente para saber lo nervioso e incómodo que está de estar aquí. Observo a los oscuros alrededores y le sonrío con complicidad. —Entonces vámonos. —Le digo y sonríe con autenticidad. Empezamos a correr por los caminos florados y pocos alumbrados mientras reímos, y vuelvo a sentirme como una niña, como una niña inmadura y sin preocupaciones, ver la sonrisa de Ewan lo vale todo para mí, por ello no me detengo, tan solo continúo corriendo mientras sostengo su mano. —¡Oigan ustedes, deténganse! —Nos grita un hombre de casi unos dos metros en trajeado, que no se como rayos logra vernos a través de la oscuridad genuina. —¡No, zoquete!—Le suelta Ewan apresurando sus pasos y me detengo abruptamente en cuanto lo escucho. —¿Cómo dices que acabas de decir? —Pregunto anonada. —Nos va alcanzar mami, no te detengas. —Me dice tirando de mi mano pero no me muevo ni un centímetro. —¿Desde cuándo dices cosas así? —Cuestiono cruzándome de brazos, aún sin creer que haya soltado tal palabra. Cuando estoy enojada suelo soltar palabras ofensivas, ¿Pero zoquete? Ni siquiera Adam dice así. —¿Lo has escuchado en el colegio? —Inquiero y él se mantiene viendo a mi espalda, al hombre que cada vez se acerca más, pero que ahora no me importa. —Lo ha dicho Aron. —Escupe posando sus ojos en los míos. —Ha llamado así a tío Adam. Estúpido, animal... —¡Oigan ¿Quiénes son ustedes?! —Cuestiona el sujeto en cuanto llega a nosotros, y el rostro de Ewan se llena de terror en cuanto lo ve, lo cual me obliga a darme la vuelta entendiendo su reacción en cuanto lo hago. —¡Identifíquense! —Grita apuntándonos con un arma que me obliga a llevar a Ewan a mi espalda. —¡Les he dicho que se identifiquen! —Vuelve a gritar a la vez que quita el seguro del arma y... —Baja esa porquería hijo de puta. —Demanda la voz fría de Aron mientras se acerca en la oscuridad, antes de que pueda emitir palabra alguna. —Joven, joven List... —Titubea la voz del hombre de casi dos metros, guardando su arma. —Disculpe, ¿Los conoce? Estaban corriendo en los alrededores. —Comenta, y ruedo los ojos molesta, ¡chismoso de mierda! pienso mientras reprimo las ganas de gritárselo. —Lárgate, de ellos me hago cargo yo. —Se limita a responder y el sujeto en trajeado asiente marchándose en seguida. Los ojos verdosos de Aron no tardan en recorrerme, y me remuevo incómoda mientras Ewan continúa a mi espalda, ahora sujeto a mi pierna izquierda. —¿Qué cojones hacen aquí? —Pregunta bajando su mirada a Ewan. —Nos invitó tu padre, pero no tienes por que preocuparte ya nos íbamos. —Respondo volviendo a tomar la mano de Ewan e dándole la espalda. —¿Mi padre? —Repite en un susurro molesto deteniendo mis pasos. —¡Maldita sea, hijo de perra! —Grita y Ewan aprieta mi mano con nerviosismo exaltado. —¿Cómo los encontró? ¿Qué demonios te dijo? —Inquiere moderando su tono. —No lo sé, simplemente se apareció e invitó a Ewan a este evento. —Escupo encarandolo y él frunce el ceño en cuanto me escucha.—No estamos aquí por que así lo queramos, solo estoy tratando de ser razonable, de hacer una tregua entre nosotros. —Vuelvo a decir, y maldice entre dientes. —Vamos, los llevaré a casa. —Nos dice empezando a caminar, pero... —No pensarás llevarte a mis invitados, ¿O si? —La voz escalofriante de su padre hace que detenga nuestros pasos. —Eres el anfitrión de esta fiesta, los invitados están esperando por ti desde hace unos minutos tampoco te puedes ir. —Dice a la vez que se acerca con ambas manos en sus bolsillos, con Lean y el sujeto de hace poco detrás, el cual Aron acribilla con su mirada. —No te pedí que organizaras esta mierda, no tengo por que atender a tu porquería de invitados y mucho menos por que quedarme. —Espeta Aron irritado, sin un mínimo filtro en sus palabras. —¡Y no se que mierdas planeas pero sea lo que sea no te va a funcionar! —Exclama fastidiado, chasquea los dientes frustrado, para luego fijar su vista en el rostro de su padre. —¿Por qué cojones los has invitado? ¿Qué mierdas pretendes invitándolos? No los quiero aquí ni a ella ni a su bastardo, ¿Lo entiendes? —Suelta y sus palabras calan en lo más profundo de mi alma, no por mí, por Ewan, quien aunque no me ha admitido nada, lo se, se que si quiere conocer realmente a Aron, y el que vuelva a sujetarse de mi pierna con fuerza me deja claro, el peso que tienen las palabras de Aron sobre él. —¿¡Si no te interesa entonces para que diablos lo buscas!? —Le grito con las lágrimas al borde, esto de darle una oportunidad no ha sido más que una tremenda estupidez, una absurda perdida de tiempo. —Solo quería comprobar la verdad y ya lo hice, después de todo los análisis suelen tener sus fallas, ese mocoso no tiene relación alguna conmigo, de lo cual me alegro, no quiero piedras, ni cargas en mi camino. —Espeta con dureza, afectando todo mi sistema, acabando con todo lo que he reconstruido a lo largo de los años en cuestión de segundos. —Si quieres puedes quedarte con el apartamento, tómalo como un regalo de viejos conocidos, y ahora lárguense de mi casa. —Nos echa, y no espero a escuchar una mínima cosa más, me largo cargando a Ewan en mis brazos, y todo liquido en mi cuerpo se vuelve ácido, todo me quema por dentro en cuanto siento mis hombros humedecerse con las lágrimas que Ewan derrama. Tomo el ascensor en cuanto llegamos, aún con Ewan en mis brazos, está dormido, lloro silenciosamente todo el camino, y no pude decirle nada, lloro mientras el corazón se me hacía añicos hasta quedarse dormido y lo dejo sobre la cama en cuanto entro a la alcoba. Recojo las pertenencias de Ewan en su maleta con rapidez, y luego procedo con las mías. Me desahogo de los tacones, optando por unas zapatillas bajas y cómodas. No le texteo a Adam ya que no quiero molestarlo, tampoco le escribo a mi padre ya que eso solo lo preocuparía. Me aseguro de tener mi tarjeta de crédito en el bolso, ya que la voy a necesitar para pagar el hotel, en el cual voy a alojarme con Ewan esta noche. Una media hora después tengo todo listo, le pido al chico de recepción que me llame un taxi, y entro al baño para lavarme el rostro y recogerme el pelo mientras espero. El taxi empieza a tardarse, causando que me desespere y me torne más nerviosa de lo que ya estoy. Tomo ambas maletas y las llevo a la sala, el taxi sigue tardando por lo que termino tomando mi móvil del bolso, busco el número de Adam entre mis contactos, pero el móvil se me va al suelo en cuanto veo a Aron entrar como si nada en el apartamento. —¿A dónde vas? —Inquiere el maldito con descaro a la vez que observa las maletas con burla. —Oye, no hablaba en serio. —Suelta y en menos de nada estoy frente a él propinándole una fuerte cachetada, que voltea su rostro y que recibe sin borrar su sonrisa burlesca. —¡No te vuelves acercar nunca en tu miserable vida, ni a mi ni a mi hijo! —Le grito con rabia, conteniendo las lágrimas que se afanan por salir de mis ojos. —Eres un imbécil, ni si quiera mereces mi desprecio. —Espeto con mis manos echas puño, mientras él me observa relajado, como si todo le valiese una jodida mierda, lo cual no hace más que aumentar toda la rabia que me consume. —Él en verdad quería darte una oportunidad, quería conocerte, saber lo que es tener un padre y tú... tú hiciste mierda todo eso. —Las lágrimas terminan traicionándome, terminan rodando por mi rostro, y el que Aron continúe sin tener ninguna reacción, por un momento me hacen creer que no es humano, pero aún así no detengo las palabras que brotan de mi garganta. —Desde que aprendió a hablar, él, él... —El recuerdo hace que me duela el pecho, y que las lágrimas broten con fluidez. —No dejó de preguntarme sobre quien era su padre, y siempre le contestaba la misma respuesta... que cuando madurara le hablaría de él, todo estaba bien, todo iba bien, a pesar del vacío que Ewan sentía por no tener un padre, todo estaba mejor, el creer que mejoraría ahora, que tenía la oportunidad de conocerte fue un estúpido error. —Mis palabras solo logran endurecer su gesto. —No lo entiendes... —Murmura pasando la mano por su cabello. —Emma, mi padre es peligroso, el que sepa de Ewan, que es mi hijo, es un alto riesgo que no puedo correr, nada de lo que dije fue cierto, solo, solo estoy tratando de protegerlos. —La mirada en su rostro me deja claro que no miente, pero eso no quita el hecho de que sus palabras hayan sido dolorosas para Ewan. El lejano recuerdo del miedo de los policías al reconocer a Aron, el temor al tan solo escuchar su nombre, la presencia imponente de su padre, el que siempre este rodeado de guardaespaldas, su sonrisa llena de perversidad y maldad, me dejan mas que claro que no es alguien normal. —Conozco de sus alcances y no lo quiero cerca de Ewan, no es de fiar, ni siquiera conoce el significado de familia, el que yo tenga su sangre no le ha importado para utilizarme en sus negocios sucios, no puede volver a acercarse a ustedes, ¿Lo entiendes? —Espeta y el corazón me bombardea con una fuerza animal, que me hace doler el pecho. —¿De qué tanto es capaz? —Susurro posando mis ojos en los suyos. —No tiene limites, Emma. —Responde con seriedad. —Ha secuestrado a Daisy dos veces, la ha intentado asesinar en innumerables ocasiones, he tenido que fingir que no me importa, con tal de que la deje en paz, sus amenazas vienen y van pero siempre me han valido mierda, pero ahora, ahora... —Detiene sus palabras abruptamente, como si estuviera a punto de soltar una tontería. —Simplemente manténganse lejos de él. —Sabe de este lugar, puede volver en cualquier momento. —Espeto con los nervios y la preocupación asfixiantes. —No va a molestar por ahora, mis palabras lo han despistado, pero de todas formas mañana los cambiaré de apartamento. —Me dice y asiento, siendo consiente de los grandes problemas que esto puede ocasionar. —Tengo que irme ahora, Lean se encargará de todo mañana. —Dice alejándose a la puerta. —Tienes que hablar con Ewan. —Suelto deteniendo sus pasos. —¿Hablar con él? —Replica volteándose con una de sus cejas arqueada. —Habla tú con él. —Vuelve a decir volviendo a caminar pero lo detengo, interponiendome en su frente. —Fueron tus palabras las que lo lastimaron, es tu deber hacerlo. —Espeto cortante a la vez que ruedo mis ojos. —¿Y qué se supone que le vaya a decir? —Pregunta molesto, y contengo las ganas de golpearlo. —La verdad, es un niño inteligente, él va a entender, así como entendió perfectamente la palabra zoquete con la cual te referiste a Adam. —Suelto provocando que se ría, llevando su mano al puente de su nariz. —¿Te fue con el chisme? —Inquiere arqueando nuevamente su ceja. —No. Le ha llamado así al guardaespaldas de tu padre. —Tan pronto digo a aquello, suelta a reír provocando que yo también termine riendo. Su risa cesa con la mía y en cuanto vuelvo mis ojos a su rostro, encuentro los suyos ya observándome. —Iré a hablar con él, entonces. —Dice, alejándose a la alcoba. Y aprovecho para preparar la cena, voy a la cocina y saco una pechuga del congelador, mientras esta se descongela, preparo unos tostones fritos, en cuanto termino procedo a sazonar la pechuga, la dejo el hervir por unos minutos, dejando que tome bien el sazón, Aron continúa en la alcoba y la curiosidad de lo que está conversándole a Ewan me obliga a terminar todo rápido, acomodo la mesa con la misma rapidez y me marcho a la alcoba sigilosamente. Abro la puerta con sumo cuidado y ¡Oh sorpresa! Están extrañamente jugando video juego como si nada hubiese pasado hace unas pocas horas atrás. Me quedo observándolos sin decir nada y... —¡Eres un perdedor! —Le dice Ewan en cuanto terminan el juego. —Incluso mami juega mejor que tú. —Le vuelve a decir y Aron rueda sus ojos. —Te deje ganar mocoso. —Escupe y Ewan lo observa con enojo. —¿Ya estamos a mano, no? —Inquiere cambiado su tono serio a su tono burlesco, y Ewan asiente. —Pero tienes que cumplir tu promesa y mejorar en el juego por que así no me sirves de nada. —Responde y tengo que llevar mi mano a mi boca para contener la carcajada que amenaza con emerger de mi garganta en cuanto Aron vuelve a tornarse serio. —Bájale a los humos, ya te dije que te dejé ganar. —Replica y es Ewan quien termina riendo esta vez. —Eres un mal perdedor, sabes que no es cierto. —Se burla y Aron vuelve a rodar sus ojos. Los latidos de mi corazón se tornan regulares, mis ojos se llenan de lágrimas nuevamente, y me deshago de ellas, para luego entrar. —La cena esta lista, cariño. —Le digo y se pone de pie observando a Aron, para luego llevar sus ojos a mi rostro. —¿Nos puede acompañar, mami? —Inquiere con un brillo que jamás había visto en sus ojos. —Luego, tengo que irme. —Responde él antes, viendo la pantalla de su móvil, y la decepción vuelve a pintarse en el rostro de Ewan. —Acompáñanos y luego te marchas. —Le digo entre dientes, y vuelve a observar la pantalla de su celular. —Esta bien. —Asiente al instante sorprendiéndome y, sin decir una palabra más pasamos al comedor. La incomodidad de comer en la misma mesa con el se hace palpable en cuanto duro más de cinco minutos masticando un mínimo pedazo de carne, mientras Ewan habla de los vídeo juegos que le gustan y que quiere jugar con él, a pesar de que es muy malo, y sonrío inevitablemente, tan solo les hacía falta una conversación sincera para romper el hielo entre ambos y entenderse. La felicidad de Ewan siempre será la mía, y aunque me hace sentir sumamente bien el verlo así, la preocupación no se aleja de mi cabeza, así como el miedo a lo que pueda hacer el padre de Aron contra nosotros.
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