Capítulo 17||

1976 Words
Emma Jackson El semblante del señor frente a mí se endurece en cuanto sus ojos verdosos dan con los míos, me repara de pies a cabeza con excesiva molestia, es tanta la que desprende que cualquiera podría percibirlo a kilómetros, le desagrado. Su mirada fría, dura y cortante continúa acribillándome por minutos sin decir una palabra, y me remuevo incómoda apoyándome en el marco de la puerta. No lo conozco, tan solo lo he visto de lejos con Handers y Aron, pero el que no deje de observarme de tal manera me deja claro que él si me conoce a mí, o tal vez solo me esté confundiendo... No, no lo esta, su mirada es exactamente la misma que me dedicó la última vez que lo vi hablando con Aron. —Disculpe, ¿Necesita algo? —Termino preguntando incómoda, rompiendo con el extraño silencio. —Invítame a pasar, quiero aclarar algunas cosas contigo. —Expulsa con su voz gruesa, igual de cortante que su mirada y automáticamente mis cejas se fruncen. —¿Nos conocemos? —Inquiero en su lugar. Esto cada vez me resulta más extraño, y la presión de su mirada junto con la presencia de sus guardaespaldas hace que me sienta intimidada. —No hemos tenido el placer. —Especula con arrogancia. —Pero tampoco voy a decir que es un gusto por que no lo es. Soy el padre de Aron, señor List para ti, y abuelo de esa pequeña criatura. —Menciona posando su mirada, la cual suaviza a mi espalda. —¿Abu...elo? —Balbucea Ewan parado unos pasos atrás observándolo con un gesto confundido, camina hasta mí y toma mi mano, mientras sostiene una manzana a medio masticar en su otra mano. —¿Es cierto mami? —Inquiere en un susurro. —¿Es mi abuelo igual al abuelo Henry? —¿Parezco una persona que miente?—Pregunta el extraño señor antes de que pueda responder, acercándose con una media sonrisa a él que me inquieta. —Mañana estaré celebrando una fiesta en casa, en honor a los triunfos de tu padre. —Comenta colocándose a su altura. —Y obviamente estás invitado. —Le dice removiendo sus cabellos risos. —¿Mi padre? No tengo papá.—Repite Ewan arrugando sus cejas, apretando mi mano con nerviosismo. —Si, tu padre. —Responde el señor levantando su mentón, llevando los ojos de Ewan a su rostro. —Aron List es tu padre, te has enterado tarde por culpa de tu madre, él es un buen hombre, solo tienes que darte la oportunidad de conocerlo. —Expulsa cabreándome. —¡Se equivoca señor, si Aron no lo conoció antes ha sido por su irresponsabilidad! —Exclamo alejando a mi hijo de él. ¿Quién demonios se cree para opinar de tal manera? —Quiero que se largue de mi casa. —Escupo controlando mi tono. —Mañana pequeño, mañana a las 7 pm, me encargaré personalmente de pasar por ti. —Le dice guiñando uno de sus ojos, ignorando mis palabras, para luego llevar su mirada fría a mi rostro. —Espero que este listo en cuanto llegue, no hay necesidad de que vengas yo cuidaré de él. —Suelta cortante. —Él no va a ir a tal fiesta, mucho menos sin mí, así que olvídelo. —Aclaro cruzándome de brazos, él suelta a reír con burla. —No me conoces Emma, lo tengo claro, pero desde ya te aseguro que no soy una persona la cual te convenga desafiar. —Espeta negando con una sonrisa que hela completamente mis huesos. —A las 7 pm paso por ambos. —Reitera para luego largarse seguido de sus guardaespaldas. Tan pronto lo hacen me apresuro a cerrar la puerta con seguro, Ewan continúa con la expresión confundida plantada en su rostro, la cual me exclama, la cual me grita que es hora de aclararle las cosas, todavía es un niño, pero entiende las cosas con bastante claridad y merece saber la verdad, el que haya aparecido Aron en su vida, me obliga a hacerlo antes. —Mami... —Susurra y tomo su mano llevándolo al sofá. —Toma asiento cariño, es hora de contarte las cosas ya. —Expulso tocando su mejilla y él hace lo que digo. —Tu padre... Tu padre y yo nos conocimos hace unos 5 o quizás más años atrás en la universidad de Boston. —Empiezo y él asiente con interés. —Me enamoré de él tan pronto lo vi, pero él no sintió igual, para él no era más que una simple acosadora. —Escupo con una sonrisa llena de melancolía y él vuelve a asentir captando todo. —¿Y luego, qué sucedió, mami? —Inquiere ya que me quedo en silencio. —Luego... —Murmuro recordando el amargo momento, y trago saliva ante el fruncido de su ceño. —Tuvimos la oportunidad de conocernos. Pasamos por muchos problemas, problemas los cuales me obligaron a alejarme. —Explico descartando los malos ratos, los pésimos momentos que obviamente no les puedo contar. —Vine hasta aquí con papá, y, solo tiempo después descubrí que estaba esperando un hermoso bebé. —Susurro acariciando su mejilla, mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas y me apresuro a limpiarlas antes de que salga alguna. —Lo llamé, lo llamé durante meses, pero nunca contestó, él piensa que no, pero si lo hice... —Expulso y esta vez son sus ojos los cuales se llenan de lágrimas. —No me quiso... —Concluye en un susurro entrecortado, con un sollozo que me lleva a envolverlo entre mis brazos con fuerza. —Nunca supo de ti, por que no tuve la oportunidad de contárselo, quizás las llamadas no les llegaron, quizás tuvieron algunas interferencias. —Susurro para ambos. —¿Quién no te querría mi amor? —Inquiero con las lágrimas bajando por mis mejillas. —Eres lo mejor que me ha pasado, eres una bendición para mi padre, Amelia te ama y tío Adam también. —Aseguro con una sonrisa. —Tu padre quiere recuperar el tiempo perdido, después de tanto pensarlo... —Suspiro con pesadez, siento que esta decisión va a terminar acabando conmigo. —Creo que si debes darle una oportunidad. —Suelto y él niega con su cabeza de inmediato. —Él es malo mami. —Expulsa alejándose de mis brazos. —Quizás con el tiempo cambie, quizás luego él... —Carraspeo viendo sus ojitos verdes. —Pueda contarte lo que yo no he podido explicarte. —Termino de decir, y su expresión cambia a una pensativa, que me hace reír. —Ven vamos a llamar a Adam y al abuelo. —Sonríe y se pone de pie corriendo a la habitación. En cuanto Ewan habla con papá, Amelia y Adam su estado de animo sube como cohete. Le explico las cosas a Adam lo más resumido que puedo, casi todo, evitando algunos detalles que son innecesarios y que no son de su interés. A papá tan solo le cuento que ya me he mudado, omitiendo la aparición de Aron, y bueno la mayoría de los detalles, por suerte Ewan tampoco lo menciona. Unas horas después acabo con las llamadas y nos pasamos el resto de la tarde viendo películas infantiles y de comedias en la enorme pantalla que abarca casi toda la pared frente a la cama. Ewan se queda dormido en la quinta película, y yo me voy a la cocina en cuanto la noche se asoma, para preparar la cena. El olor de la salsa de tomate tiene un olor exquisito, me aseguro de preparar todos los condimentos a la perfección, y invierto la pasta en el salten con una sonrisa en mi rostro, a Ewan le encanta la pasta, por ello me he especializado en ello. Una vez todo listo y servido, voy por él a la habitación, está sentado, apoyado contra el espaldar de la cama, cambiando los canales, buscando no se que en la tv. Me quedo parada junto a la puerta por largos minutos observándolo, tiene un parecido increíble con Aron, los ojos, la pequeña nariz, el cabello rizado, con la diferencia de que el de él es castaño como el mío. —Cariño, la cena está lista. —Digo finalmente, él deja el control de lado para mirarme. —Prepare pasta. —Suelto las palabras claves que terminan sacándole una sonrisa. Cenamos en silencio, mientras el gesto sonriente de Ewan cambia a cada nada por uno pensativo que me hace preguntarme que puede estar pensando, pero no comento nada, lo dejo disfrutar de su comida tranquilo. Él no deja nada en plato y termina bajando todo con jugo de naranja. Vamos a la habitación donde están sus cosas y nos ponemos a jugar con el vídeo juego que le regalo Adam, está aquí por que el imbécil de Aron no tiene idea de que se lo regalo Adam, de ser lo contrario estoy segura de que se hubiese atrevido a quemarlo, es un idiota y de él no se sabe que esperar. Dejo a Ewan dormido, lo cubro bien con las sabanas y me voy al balcón. La fuerte presión en mi pecho me obliga a respirar por la boca hasta tranquilizar mi respiración. Soy una mujer, ya no soy una adolescente, tengo un hijo que depende de mí, las decisiones que tomo ya no solo cambian mi vida, le afectarían también a él. Por ello lo mejor que puedo hacer como madre es, dejar que Ewan conozca a su padre, desde que aprendió hablar no ha dejado de preguntarme por él, y aunque no ha sido buena la impresión que ha tenido, creo que las cosas pueden mejorar entre ellos. Yo, solo espero que todo esto no termine acabando con mi poca estabilidad emocional. La simple idea de ir a su fiesta, me tiene al borde de los nervios, con pánico, decepción y rabia, lo cual me hace sentir tan estúpida como inmadura. Él no nos invitó, de seguro no quiere que las personas se enteren que tiene un hijo, ira acompañado de su novia y por ello de seguro no quiere intromisiones. Al día siguiente todo transcurre con normalidad, le envío la dirección del apartamento a Adam y se encarga de llevar a Ewan al colegio y traerlo a casa de vuelta, pasa la tarde con nosotros, juega video juego con Ewan y se marcha disgustado en cuanto le comento que Aron vendrá más tarde. La noche está apunto de asomarse nuevamente, y me voy a la ducha luego de preparar a Ewan con una camisa azulada y pantalón de tela n***o. Me visto con un vestido suelto, algo ajustado arriba y medianamente o bueno corto azul oscuro con un escote que deja a la evidencia más de lo que normalmente permito, ha sido un regalo de Amelia y creo que es momento de aprovecharlo, la idea de no exagerar está tachada por esta noche, no quiero sentirme opacada, y aunque no me guste la atención, estoy dispuesta a soportarla esta noche. Termino de planchar mi cabello, me agrego algo de maquillaje, en especial en las zonas de las ojeras, no fue mucho lo que pude dormir anoche y no quiero que se haga obvio. Finalizo con unos tacones negros. Tomo mi celular y reviso como cada hora la llegada de los mensajes, y nuevamente me decepciono al no encontrar nada sobre el trabajo. Ewan está en su habitación y voy por él en cuanto escucho la llegada del timbre. Aron no se apareció en todo el día como dijo supuestamente iba a hacer, y en vez de decepcionarme, me ha aliviado por completo, el ir a esta fiesta ya es suficiente presión para mí. Me replanteo mi único objetivo, el cual es cuidar de mi hijo y abro las puertas.
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