Capítulo 11||

1570 Words
Aron List Recargo mi espalda contra el asiento de madera acolchonado, cruzado de brazos, en tanto reparo el niño que no para de lloriquear como nena frente a mí, j***r, me estresa. Lean se acerca tomando una malteada y con una bandeja con hamburguesa, papas, refresco y helado de chocolate, la cual deja frente al niño, el cual ni se inmuta en mirarla. —Deja de llorar, maldita sea.—Espeto cabreado viéndole, lo cual solo acelera sus lágrimas. —No seas tan agresivo con el niño, no te conoce es comprensible que actúe así. —Vocifera Lean acariciando su cabello lo cual me lleva a rodar los ojos. —Es muy probable que sea mi sobrino, ¿Puedes dejar de ser tan cabrón? por dios.—Continua, exasperándome más de lo que ya estoy. —Por favor, llévame con mi mami. —Pide observando el rostro de Lean, el cual le sonríe, para luego agacharse a su distancia. —Te prometo que si dejas de llorar y te comes todo lo que compro tu posible papi, lo haré. —Le dice en un tono suave. El niño cuyo nombre no tengo idea, remueve sus lágrimas con mala cara. —Él no es mi papi. —Refuta cruzándose de brazos, tomando mi misma postura lo cual me hace respirar hastiado. —¿En serio lo prometes? ¿Si me como todo me llevarás con mi mami? — Inquiere con un atisbo de ilusión. Conseguir su dirección, fue tan fácil y simple como un chasquido de dedos, llevármelo de aquel colegio fue lo más dificultoso ya que empezó a gritar como niño rebelde, pero a diferencia de ahora no se permitió llorar cuando estábamos con su maestra, a la cual tuve que endulzarle el oído para poder sacarlo de allí sin problemas. —Si, te lo prometo. —Asegura Lean con una sonrisa, que casi me provoca vomitar. Tan pronto salimos del colegio, me encargué de cortarle un riso de su cabello el cual envíe a una clínica hace unos 20 minutos, análisis del cual estamos esperando los resultados. El mocoso empieza a degustar la comida, lo cual me lleva a volver a rodar los ojos. —¿Cuál es tu nombre? —Pregunto apoyando mis brazos sobre la mesa. —Es Ewan Jackson. —Responde Lean ya que el niño me ignora totalmente, lo cual juega con mi muy poca paciencia. —¿Cuál es el nombre de tu supuesto padre? —Cuestiono esperando que esta vez si responda, pero el muy bastardo no lo hace. —Escucha niño, —Me inclino captando la atención de sus ojos los cuales son muy parecidos a los míos, ver su rostro me reitera que es proveniente de mí sin duda y que no necesito ningun puto análisis, pero... ¿Y ahora qué j***r? —En cuanto yo hago las preguntas, tu las respondes, a no ser que no quieras volver a ver a tu mami. —Aclaro provocando que sus ojos se vuelvan a llenar de lágrimas. —Así que dime, ¿Cuál es el nombre de tu supuesto padre? —Vuelvo a preguntar. —¿Del abuelo? —Inquiere él con su voz con miedo. —De tu padre. —Replico entre dientes, realmente me estresa. —No lo sé... —Responde encogiéndose de hombros. —¡Bingo! —Exclama Lean tomando al niño y tirándolo a arriba. —¡Si es mi sobrino, no tengo dudas, nunca las tuve y no necesito esos análisis! —Continúa gritando llamando la atención de todos. —Ya bájalo maldita sea. —Articulo molesto. El mocoso frunce su ceño observando a Lean como si estuviera loco y realmente lo está. Los análisis solo eran para asegurar lo que ya tenía y tengo claro, que me hayan mentido con una mamada como esa lo deja en evidencia. —¿Entonces quién es ese zoquete con el que andaban tú y tu madre? —Indago tomando mi celular del bolsillo. —Aron esto no tiene nada que... —Intenta decir Lean, pero lo corto. —Puedes largarte a la mierda ya. —Espeto observándolo cabreado. —No digas esas cosas delante del niño, ya no es simplemente un mocoso como dices, es tu hijo. —Suelta tocando el hombro del niño, el cual sigue frunciendo sus cejas en tanto sus expresiones dejan claro que esta confundido. —Sigue siendo un mocoso. —Me encojo de hombros mirándolo. —Responde lo que te pregunté. —Replico, marcando el número de Michael, el cual se está haciendo cargo de los análisis. —No se quien es zoquete. —Responde mirándome. —El idiota que los.... —La voz de Michael a través de la llamada corta mis palabras. —Los resultados ya están listo y evidentemente es tu... —Lo corto. —Ya lo sé, asegúrate de mantener tu boca cerrada y que mi padre no se entere. —Demando para seguido cortar la llamada. —¿Y bien? —Vuelvo a articular. —No entiendo lo que dices. —Responde tocándome los cojones. —¿Qué no entiendes dices? ¿¡Qué clase de anormal eres!? —Termino molestándome, provocando que lleve sus manos a sus oídos. —Aron, ¿Qué parte de qué es un niño, no entiendes? —Cuestiona Lean dándome una mala mirada. —A este paso va a preferir a ese zoquete que dices como padre antes que a ti. —Escupe, revoloteando la sangre que se siente como lava en mis venas. —Toma al niño y vámonos. —Demando, colocándome de pie. —Deja que termine de comer al menos. —Replica Lean observando al bastardo que no quería comer, comiendo el helado. —¡Nos vamos dije! —Grito encaminándome a mi auto tan pronto me acerco desactivo las alarmas, entro y poco segundos después Lean lo hace con el niño, con el helado en manos. Arranco el motor, tomando dirección al apartamento donde vivo con Daisy. —Oye, ¿A dónde vas? —Indaga Lean. —Prometimos llevar al niño con su madre, debe estar muy preocupada. —Prometiste tú, no yo. —Aclaro. —Y se lo merece por ocultarlo. Estaciono frente al enorme apartamento, el mocoso patalea y se niega totalmente a bajar por lo que tengo que obligarlo llevándolo a mi hombro ya que el idiota de Lean no hace nada. Tomamos el ascensor y en cuanto llego a mi piso coloco la clave en la puerta automática. Mi paciencia de un 1% desaparece por arte de magia. —¿Qué demonios haces aquí? ¿Y por qué cojones está este idiota dentro de mi casa? —Inquiero con rabia sujetando al niño que no deja de patalear. —¡Eres un maldito imbécil! —La mano de Emma voltea mi rostro con una cachetada que no me molesto en evitar. —¡Suelta a mi hijo, desgraciado! —Me grita, arrebatándome al niño de las manos. —¡Mami! —El mocoso envuelve sus brazos en su cuello. —¿En verdad él es mi papá? —Inquiere el niño asombrando a todos en la habitación con la excepción mía y de Lean. —Dime que no por favor, no quiero que lo sea. —Vuelve a decir con los ojos acuosos, llenándome de más molestia. —Bebé yo... —Intenta decirle, pero su voz se rompe en medio de las lágrimas. El idiota intenta acercarse para abrazarlos, lo cual claramente no permito. —No te le acerques. —Advierto posándome frente a él. —De hecho te prohíbo que lo toques. —Su rostro se desencaja en enojo, mientras que los ojos de Daisy también se llenan de lágrimas. —¿Quién carajos te crees? —Cuestiona el imbécil. —¡Son mi familia puedo acercarmeles cuando quiera! —Truena y mi estado furioso, no va con las discusiones, va con los golpes y Lean lo tiene claro ya que se interpone entre ambos tomando mi brazo. —Es una pena que tu jueguito haya durado tan poco. —Menciono con burla. —Nos encargamos de colocar una denuncia, la policía de New york no sé anda con juegos, asi que ve preparando tu declaración. —Me suelta y realmente admiro su valentía. —¿Mi declaración? Disculpa pero... No necesito una estúpida declaración para llevarme a mi hijo. —Aclaro adentrando mis manos en los bolsillos delanteros. —¡Ya para con eso maldita sea! —Me grita Emma. —No es tu hijo, no lo es... —Murmura tratando de convencerse a a sí misma. —Ya la escuchaste, así que mantén tu distancia de ambos. —Juro que voy a matarlo. —Ewan es fruto de ambos, no sé que averiguaste o intentaste averiguar, pero te aseguro que nada de eso va a cambiar ese hecho. —Suelta y tan pronto lo hace lo envio al suelo de un puñetazo que le pone a sangrar la nariz. —Tienes ideas muy erróneas amigo. —Sonrío con burla, llevando mi mano derecha a mi bolsillo. —Es mi hijo así como ella sigue siendo mi mujer. —Escupo llenando el rostro de Daisy de lágrimas en segundos, y por más que me cuestiono el por que de haber soltado aquello, no me arrepiento, no lo hago, no cuando la mirada de Emma llena de dolor me deja claro que no estoy equivocado.
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