Náufragos

En aquel sobre de papel que se encuentra sobre la mesa ubicada en centro del comedor de esta enorme casa que una vez él y yo diseñamos juntos cuando nuestros sueños eran los mismos, se encuentra la solución a todos nuestros problemas. Aquel sobre contiene un documento donde inicia el fin, pero que ahora pareciera no tener sentido cuando su mirada y la mía se encuentran como preguntándose que es lo que haremos.  —Los árabes han llamado— Anuncia y no puedo creer que después de meses de estar esperando esta noticia, finalmente se nos haya dado.  Él y yo hace meses que no nos podemos ni ver y que lo único que nos mantiene “unidos” por llamarlo de alguna manera es esto que de alguna manera hemos creado juntos —No me digas que…— Intento decir, pero las palabras ni siquiera salen de mi boca.  Kiran asiente como tantas otras veces lo ha hecho cuando anunciaba que habíamos ganado una licitación y éramos los más felices del mundo, pero todo eso pareciera haber quedado tan lejos… —Si, nos han dado el proyecto de Dubái… nuestro sueño— Me dice y es la primera vez que algo vuelve a emocionarlo después de lo que ocurrió.  Camino hacia la mesa agarro el sobre, y me acerco a él —¿Y nuestra libertad? Estamos divorciándonos, esto no da para más, yo no puedo estar más contigo, me duele verte cada maldito día de mi vida ¿no te das cuenta?— Le pregunto sintiendo que las lagrimas vuelven a acumularse en mis ojos—  —¿Crees que a mi no? Me culpo cada día por lo que paso, tengo pesadillas constantes, no puedo mirarte a la cara y firmar esa demanda de divorcio es lo mejor que puedo hacer por ti, pero… ¿sabes que Dubái sin estar casados no es posible? ¿no?— Me recuerda y asiento sin poder mirarlo a la cara. —Lo sé…— —Aixa… eres la mejor arquitecta paisajista especialista es sustentabilidad de todas, tenemos la mejor empresa del país, hacemos un equipo invatible y todos lo saben. Es un año nada más, un año en Dubái trabajando en el proyecto de nuestras vidas ¿tienes idea de cuantos arquitectos quisieran tener esta oportunidad?— Me recuerda.  Me siento entre la espada y la pared, por una parte, sé que lo que él me dice es real, que este es el proyecto que siempre hemos estado esperando, que antes de que todo nuestro matrimonio se jodiera y de que nos falláramos el uno al otros habíamos deseado esto con todo lo que somos, pero ahora no sé que hacer… todo eso parece demasiado lejano —No puedo, es que no queda nada de todo lo que fuimos— Murmuro dejándome caer al suelo y siento como él se arrodilla frente a mi. —Ixa… lo sé, sé que falle mil veces que te prometí mil cosas cuando nos casamos hace cinco años atrás y que te cumplí muchas, pero que tal vez en las más importantes no estuve ahí, pero ¿no crees que aunque sea nos merecemos cumplir uno de los tanto sueños que teníamos? ¿recuerdas cuando nos conocimos en la universidad? Esto era lo que queríamos…—  —Lo sé, y por eso me duele tanto— Admito y rompo en llanto. —Saldemos, aunque sea esta deuda por favor— Me pide.  —Esta bien, saldemos esta deuda, se la debo a la chica que se enamoro de ti en aquel salón de clase— —Y yo se la debo a esa chica que me robo el corazón y a la que no le pude cumplir, no lo hago por mi, ni por el dinero, te juro que lo hago por ti y por lo que te debo… no sé como pedirte perdón, no encuentro la manera… desde aquella noche siento que naufrago sin un mar y pensaba que ese papel que esta ahí era la solución, pero ahora me doy cuenta de que ayudarte a cumplir este sueño es al menos una manera pequeñita de hacerlo—  —Cállate, no digas nada más porque te juro que me voy a arrepentir de todo esto, no tienes ni idea del miedo que tengo de hacer esto— Admito.  —¿Al proyecto?— Me pregunta confundido y niego. —No, a permanecer un año más contigo. Tenia otros planes para mi vida, iba a vender las acciones de la empresa, iba a irme lejos sola, e iba a intentar olvidarme de toda la mierda que paso en este ultimo tiempo…— Admito y su mirada oscura se fija en mi.  —Llevas soportándome ocho años, uno más no te hará daño— Dice tratando de restarle importancia y niego. —Kiran, no te equivoques, no estamos haciendo las pases, esto es solo un proyecto como socios ¿entendido?— Le advierto. —Completamente— —Llama a los árabes y pregúntales cuando tenemos que estar ahí, yo voy a llamar a Jorge para decirle que tenemos que reunirnos con él, alguien tiene que quedarse a cargo de la oficina y los proyectos de aquí ¿no?— Explico una vez que trato de superar mi crisis y es que no puedo darle el gusto de verme débil, no si vamos a tener que pasar un año más juntos. No sé exactamente cuales son sus intenciones, pero a mi no se me olvida nada de ocurrido y el dolor mucho menos, esto tan solo es un paréntesis en nuestro divorcio, nada más que eso.