Capítulo 1

3342 Words
Años después —Princesa Levana, es hora de sus clases de canto — escucho la voz de Claudia mi nana — recuerde que debes aprender a vocalizar, sin sabes lo que puede ocurrir. Como no saberlo, si todavía no puedo entrar a la biblioteca pública por eso, pero ¿Quién le manda a mi primo Saúl decirle a los pez payaso que me persigan? —Ya lo sé, pero no fue mi culpa, fue culpa de Saúl— dije mientras me sentaba frente de ella Saúl, el nieto de Claudia, el más carismático, extrovertido e infantil chico que he conocido y el cual es mi único amigo. Lo amo, pero a veces quisiera estrangularlo y mandarlo al mundo de las pirañas (A las cuales él les tiene pánico) —Pero ¿Quien fue?, ¿Que sabiendo que no puede alterarse se puso a gritar como loca?— dijo mientras empezaba a sacar notas de su libreta— Bueno dejando todo de lado comencemos. ¿Qué tienes preparado para hoy? —No se nana— dije suspirando— hace días que tengo una canción en la cabeza que no me deja tranquila. Y es verdad, desde hace una semana tengo una canción que no sé dónde la he escuchado, es muy diferente, como si fuera de otro lugar. —Bueno puede que o la allá escuchado— dijo con una sonrisa— ¿Qué te parece si me la cantas y luego seguimos con las demás notas? —Está bien, pero te advierto que no la he cantado a voz alta, solo en mi mente y no es igual a las canciones de nosotros— dije seria— bueno aquí voy. Me puse frente al piano y empecé a tocar. Hoy no es 14 de febrero, Pero te quiero regalar, Las estrellas que hay en el cielo, Tal vez te las pueda bajar… Y es que tú, Me elevas hasta el cielo amor, Con cada palpitar, De tu dulce corazón… Y es que yo, No puedo ocultarlo amor, Me encantas y es verdad, Y hoy vengo con la intensión… No sé lo que paso en ese momento, pero sentí como si algo se apoderara de mí, me sentía con unas ganas inmensas de cantar más alto, como si mi vida dependiera de eso. De decirte te quiero Me gustas si quiero Intentarlo contigo Una y otra vez… Y es que tú me fascinas Hay mira mi niña, No hay en el mundo Ninguna mujer… Que se asemeje un poco A tus ojos divinos, Con esa sonrisa Me hace enloquecer… A tu belleza interna Tú forma perfecta, De decir te quiero Me enchina la piel… Por eso me enamore, Qué bonito es querer. No sé porque, pero no pude retenerme más, así que no lo retuve más y empecé a cantar como nunca pensé que lo haría, fue como si todo desapareciera y solo estuviera yo, me olvide de todo y cante con más fuerza. Cuando termine sentí como si de un trance saliese y pude ver a mi nana viéndome con la cara sorprendida y con los ojos llorosos. —Mi niña, es hermoso lo que has cantado— dijo mientras se recuperaba— y por lo que puedo notar tienes un sentimiento muy fuerte en tu interior. ¿Dime la verdad, estas enamorada de alguien? Porque eso es lo que das a demostrar por el modo en que cantas. Yo me quedé sorprendida, pues en verdad no había pensado eso. —No lo sé nana, sinceramente no creo estar enamorada, es decir, no hablo mucho con chicos y los de aquí me tratan con demasiada formalidad y eso es agobiante, el único que me trata diferente es Saúl pero sabes que es como el hermano que nunca tuve— dije sincera— además todos le tienen miedo a mi padre. —Mi niña, nuestras vidas es complicada lo sé y sé también que tu padre es sobre protector— dijo mientras se acercaba a mi lado— pero debes entenderlo, tus padres sufrieron mucho antes de que tu nacieras, es por eso que tu padre te cuida tanto. —Lo se nana, me han contado la misma historia desde que tengo memoria— dije mientras veía mis manos, viendo así que mis uñas cambiaran de color rosa a un gris claro— pero quisiera ser normal, no pido mucho, solo poder ir a fiestas, tener amigos, ir al instituto, tener un novio, sufrir por amor, pero también sentirme feliz por enamorarme. Mi nana me levanto y me abrazo, sinceramente es lo único que pido, ser como las demás sirenas, poder ir a los arrecifes, ver a los humanos, aunque sé que es peligroso si ven nuestras colas, pero por algo nos enseñan a cambiarlas por piernas desde temprana edad. —Ya hemos hablado de esto mi niña, pero si te hace sentir mejor que tal si hablo con tu papá para que así puedas ir al arrecife en tu cumpleaños— dijo mirándome con una mirada tierna— quien sabe si luego te deje ir a una universidad pública. — ¿Enserio? ¿Harías eso por mí?— dije feliz, ya que mi cumpleaños es en una semana y sería fantástico poder salir al arrecife. —Claro que si mi niña, pero me deberás prometer cuídate, ¿Vale?— yo solo asentí repetidas veces ya que no podía hablar de a emoción— bueno pues basta de hablar y continuamos con las prácticas o el tiburón de tu padre nos comerá. Sin más que decir pasamos alrededor de dos horas ensayando, cuando de repente se escucha a mi madre llamarme: —Levanta cariño, me has dejado esperando para la prueba de tu vestido— dijo mi madre nada más entrar— las modistas tienen una hora esperándote. —Lo siento mucho madre— dije mientras nos levantábamos mi nana y yo y hacíamos una reverencia— me he entretenido en la clase de hoy. Espero y me disculpes. Sinceramente el hecho de perder la cita de hoy me tiene sin cuidado, pero mi madre está muy emocionada con mi cumpleaños y no quiero desilusionarla, aunque eso implique durar tres horas midiéndome vestido para que el primero de todos sea el definitivo. —Que haré contigo Levana?— dijo mientras negaba— es mejor darnos prisa, tal vez aun tengamos tiempo para llegar a que te decidas cual será tu pastel. Así sin más me arrastro hasta el salón, donde nada más entrar un grupo de sirenas clase 3 u Ondinas, que son por decirlo de alguna manera, unas sirenas con dones especiales los cuales dependen de su color de cola, se pusieron a sacar ropas y ropas. —Buenos días princesa Levana— dijo una voz muy melodiosa la cual venia de atrás de mi— mi nombre es Azula y hoy seremos las encargadas de vestirle. Al mirarla bien puedo distinguir que como su nombre lo indica, su cola es azul, pero no cualquier azul, es un color intenso y con ese brillo tan peculiar de las Ondinas. Atrás de ella hay dos chicas más, solo que una tiene la cola Roja y otra verde. —Ellas son mis ayudantes, Aurora— dijo mientras la ya mencionada se acercaba con un vestido rosado— y Flora – esta chica venía con un vestido azul. Luego de dichas presentaciones, no se dijo nada más y empezaron a mandarme a vestir con diferentes vestidos, cuando ya estábamos por el número 20 ya no aguantaba más y es que a mi madre, ningún vestido le llamaba la atención. —No sé, pero ningún vestido me convence— dijo mi madre suspirando— chicas creo que hoy no podremos decidir cuál elegir. Las chicas solo suspiraron cansadas y empezaron a guardar todo, cuando a Aurora y Flora chocan haciendo que las telas que tenían se mezclaran. —Chicas esperen— dije ya que se me ocurrió una idea y por lo que veo no solo fue a mí, ya que Azula también me vio y sonrió— ¿Creen que podamos hacer algo de magia? Sin más Azula y yo tomamos cada una tela diferente y empezamos a trabajar, al cabo de un tiempo ya tenía lo que sería mi nuevo vestido. No sé pero creo que le falta algo— dijo mientras me miraba. —Creo que sé lo que necesitas— dijo mi madre mientras salía del salón y al cabo de 10 minutos regresaba con una caja, que al verla pude observar una hermosa tiara con diseño en forma de hojas y unas piedras azules— tu padre me la regalo el día en que me pidió ser su reina y creo que sería un gran orgullo que nuestra princesa la use el día de su cumpleaños y de su coronación. Yo no pude aguantar más la emoción y sin esperar nada la abrace, ella me devolvió el abrazo y al cabo de un rato nos separamos. —Muchas gracias madre, enserio es el mejor regalo que me pueden dar— dije mientras la observaba. —Bueno chicas creo que ya estamos lista para la fiesta— dije muy feliz, ellas también lo estaban, pero creo que era más porque así no tenían que aguantar más a mi madre. Luego de guardar todo, salimos mi madre y yo para ver lo que sería el pastel y lo que faltara para la fiesta. Sinceramente puedo asegurar que mi madre estaba más emocionada que yo en todo el sentido de la palabra, entraba en todas las tiendas que tenían relación con fiestas y todo fue muy cansado. Llegamos ya a la hora de la cena a casa y todo era un caos. —O no— dijo mi madre muy nerviosa— creo que se me olvido decirle a tu padre que saldríamos. No puede ser, mi madre nos ha metido en un gran problema, mi padre tiene un solo problema y es que es muy celoso y sobre—protector. Todo era un gran caos, guardias de un lado para otro, las chicas que atienden la casa muy nerviosa, algunas hasta lloraban, mi padre dando órdenes. Sinceramente no tenía ganas de entrar, pero era muy tarde, ya nos habían visto. —O gracias a Zeus— dijo mi padre nada más llegar hacia nosotras— ¿cómo se les ocurre salir sin protección? —Tranquilo cariño— dijo mi madre intentando calmarlo— solo fuimos a comprar lo que falta para el cumpleaños de Levana. Yo los deje que terminaran de hablar y me dirigí a mi habitación, luego de quitarme todo los accesorios y el estúpido vestido pomposo, me di un baño y me puse mi pijama de Batman que consistía en un Short, una camiseta y unas botas de casa. No sé cómo es que mi madre aguanta tanto tiempo con esos grandes accesorios, tacones y vestido pomposos, yo no puedo aguantar tanto y eso es lo que hace que tenga problemas con mis padres, principalmente con mi papá. Luego de leer un poco y de desahogarme en mi diario, me recosté pensando en lo poco que falta por mi cumple y mi coronación. —Solo espero que mi nana pueda convencer a papá para que me deje ir al arrecife— dije mientras abrazaba mi almohada y me dormía. Elián —Vamos Elián!— dijo Claudia, la presidenta estudiantil— Sino te inscribes en algún grupo estudiantil, no podrás graduarte. Por Zeus, porque es tan difícil decirle que ya se cual elegir, pero no se calla — ¡Claudia! Ya se ha cual grupo pertenecer— dije interrumpiéndola— quiero estar en el grupo de música. — ¿Enserio? ¡Eso es fantástico!— dijo mientras apuntaba algo en su cuaderno— Ahora mismo preparare tu inscripción y empiezas el lunes, recuerda que los grupos estudiantiles son dos horas después de las clases ¿Algún instrumento especifico? Bueno ¿Cómo decirle que no tienes uno en específico? —Bueno no se cual decirte pero me gusta más el piano— dije seguro— pero me adapto a cualquiera. Está bien, estarás en el grupo de Ashley y practicaras canto ¿Por qué cantas cierto?— dijo mientras se detenía y me apuntaba con su bolígrafo— si me dices que tienes una voz horrible te romperé esa cara bonita que tienes. No aguante más y solté una gran carcajada — ¿De qué te ríes?— dijo incrédula— hablo enserio. Todos los niños bonitos o tienen pésima voz pero cantan o simplemente cantan fantástico pero son tímidos. —Bueno me gusta cantar y creo que lo hago medianamente bien— dije mientras me rascaba un brazo— pero tranquila, no me da miedo cantar en público. — ¡Genial!— dijo feliz y en ese momento suena su celular— Oh no, tengo que irme, se me hace tarde para la reunión del consejo. —Tranquila, como quiera es hora de que valla a casa antes de que mis padres se pongan histéricos— dije tranquilo Ella solo asintió y se fue corriendo, así que me dirigí a la salida y pude ver que me esperaba el chófer de papa y por lo que puedo imaginar él también se encuentra ahí. No dije nada, ya que vi a mi padre trabajando en su laptop y si algo el odia es que lo interrumpan cuando trabaja. Pero aunque muchos crean que solo vive para su trabajo están equivocados, si puede ser cierto que no le guste que le hablen si trabaja y si lo hacen debe ser algo de mucha importancia, pero lo que pocos saben es que así como es responsable y estricto con su trabajo, lo es con su familia. El siempre comparte el desayuno con nosotros y si por motivos muy importantes no lo puede hacer nos recompensa en la comida y en la cena. Los fines de semanas y días feriados son sagrados para él, esos días no permite que ningún trabajo por importante que sea le quite la oportunidad de pasar tiempo con su familia. Sinceramente es el mejor padre que me ha podido tocar, un hombre que ama a su familia, que no se pierde ningún logro de sus hijos por pequeño que sea, un hombre que dejo una reunión con los mejores inversionistas solo para ir junto a mi madre a llevarme a mi primer día de secundaria al verme tan nervioso, pero sobre todo un hombre que a pesar de las dificultades que ha tenido para formar una familia no se dio por vencido y cuando al fin pudo tenerla la protege hasta con su vida. Ese es mi padre, el hombre que espero yo, algún día llegar a ser la mitad de bueno que él. —Bueno, demasiado trabajo por hoy— dijo mi padre mientras guardaba su laptop y se volteaba a verme— ¿Cómo te fue hoy hijo? —Muy bien papa— dije feliz— me inscribí al grupo de música hoy y estoy en el grupo de piano y canto. —Qué bueno hijo, ya era hora que hicieras algo de lo que tanto te gusta y que lo comparta con los demás— dijo mientras me abrazaba y me daba algunas palmadas. — estoy muy orgulloso de ti. —Gracias papa, por siempre estar para mí— dije mientras lo veía a los ojos. — Pero tengo una duda ¿Nunca has querido que en vez de la música me gustase algo como un deporte o simplemente los negocios? Él se lo pensó un momento y al cabo de un rato su respuesta me sorprendió. —No hijo— dijo serio— ¿Qué clase de padre seria si yo decidiera el destino de mi hijo? Sinceramente a mí no me importa para nada que no quieras hacer deporte o que no te gusten los negocios, ¿Sabes por qué? Yo negué con la cabeza. —Porque si a ti te gusta la música y con ella te sientes libre y feliz, yo también lo soy al igual que tu madre y los más importante es que tu sea feliz, no importa si te dicen que con eso no vivirás, lo importante es que si te sientes a gusto expresándote con ella lograras que en un futuro no solo vivirás de lo que amas, sino que todos aquellos que creían lo contrario verán que con esfuerzo y pasión todo se puede y créeme que en ese momento tu madre y yo estaremos muy orgullosos de ti como lo somos ahora.— dijo mi padre muy seguro. No aguante más y lo abrace con todas mis fuerzas. —Gracias papa, por estar siempre a mi lado. — dije mientras lo soltaba. —No debes agradecer campeón— dijo mientras veíamos que ya llegamos a casa— pero ahora el de la duda soy yo. ¿Para cuándo me presentaras a tu novia? —Pues cuando aparezca papa— dije mientras salíamos del auto y pude ver a mi madre en el jardín leyendo— Todavía no ha aparecido la persona correcta. —Sabes hijo, no hay persona correcta o perfecta— dijo mirando a mi madre con ojos de enamorado— Solo existen las personas, solo que tú mismo la convierte en tu persona correcta, pero ojo, que nunca se te olvide que debes saber a cuál elegir, ya que, si sales con suerte, esa persona que al principio solo era un débil "Te quiero" o un simple "Me importas" se vuelve en el más fuerte "Te amo". Sin decir más nada me dejo solo para ir a ayudar a mi madre que se estaba levantando con esfuerzo y luego besarle. Sinceramente mi padre tiene razón, no soy de lo que buscan pasar una noche con una chica ni nada por el estilo, solo busco a una chica que este para mí como yo lo estaré para ella y que en los momentos difíciles no desaparezca al igual lo ha hecho mi padre al enterarse de la enfermedad de mi madre. Aunque actualmente no pienso en tener un noviazgo, mi primera y última novia no termino muy bien, creía que todo estaba bien, pero de la peor manera posible me di cuenta que lo que sentía por ella no era amor, era más como un convenio y lo peor de todos es que los dos lo sabíamos pero hacíamos como si no pasaba nada y eso hizo que todo, al pasar el tiempo, se destruyera, no es fácil encontrar a tu novia con el que era tu único amigo, pero lo más raro de todo es que no me importo, no hubo gritos, ni reclamaciones, solo un "Sabias que esto pasaría" Por parte de ella y un "Lo siento amigo" Por parte de él. Luego de eso a mi padre lo cambiaron de trabajo y pude tomar todo eso como un nuevo comienzo, nueva secundaria, nueva casa, nuevas amistades, nuevo país y nueva vida. Pero no todo es malo, aquí hay buenos médicos que están ayudando a mama, papa tiene un mejor horario, y yo al fin estoy en una secundaria donde puedo practicar con otras personas, ya no más clases particulares, ni más cantos a solas. Luego de ver a mis padres muy amorosos me dirigí a mi habitación y al tiempo escucho a mi padre llamarme para cenar. La cena paso en contar lo que todos hicimos en el día y mi madre nos contó que hoy en el medico le dijeron que su tratamiento funcionaba muy bien y que en poco tiempo podrá tener una vida normal sin tener esos horribles dolores. La cena termino muy bien, felices por mi madre, luego fuimos a la sala a ver una película todos juntos como una familia. Al tiempo me despido de ellos y me dirijo a mi habitación, luego de darme un baño me tiro en la cama y sin mucho que pensar me quedo dormido, solo escuchando el viendo chocar contra mi ventana.
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