Creo que los gritos de felicidad de mi hermana se escucharon por todo el país, creo que estaba emocionada por lo que era normal gritar.
—¿Sabes quien soy?—pregunto mi hermana y la mire.
—¿Por qué me preguntas eso?—le pregunté sorprendido.
Mi hermana me miró algo asustada.
—Hasley, se que eres mi hermana, y se que soy Shawn, tranquila—le dije.
Mi hermana me abrazó con fuerza mientras seguía gritando con gran fuerza y emoción, no se como no vino alguien de seguridad a revisar que no estuviera solo con una loca, mire a la habitación con gran atención y una cosa es clara, esto no es un hospital de Australia, esta situación me recordaba al mago de oz, no estamos en casa Dorothy, no estaba en casa estaba lejos de mi casa.
—¿Dónde estamos?—le pregunté y mi hermana me miró.
—Vale, eso no lo recuerdas—me dijo y la mire.
—Halsey, me acabo de despertar de no se que, da gracias que te estoy hablando—le deje claro a mi hermana.
Ella me miro en silencio.
Lo último que recordaba era a mi madre madre y una conversación al salir de fútbol, mi entrenador no creía que tuviera mucho futuro en ese mundo y era verdad que era mucho mejor con la guitarra que con los pies, pero no sentía que ese pudiera ser mi futuro, no a largo plazo al menos, pero estaba claro que eso no era lo último que he vivido por lo que las dudas son bastantes pero no puedo dejarme llevar por el dolor y los nervios, debo parecer fuerte y entero aunque por dentro me quiero morir, no me gustaba para nada el dolor que me hacía sentir todo esto, impotente e idiota por no poder recordar que soy.
—Londres—me dijo mi hermana y la mire—Estamos en Londres—añadió.
La mire, inglaterra no es un lugar que me desanime, siempre me ha parecido hermoso y bellos pero no se como hacer las cosas ahora que no recuerdo porque estoy aquí.
—Necesito descansar—dije.
Mi hermana me abrazó con fuerza mientras gritaba de emoción, creo que lo de descansar no era algo que ella entendiera.
—Me alegro tanto de que estes bien—comentó mi hermana abrazándome con fuerza.
Con su grito varias personas entraron a la habitación, la primera que pude reconocer fue Nicole, esa rubia que estaba tan perfecta como siempre, con unas heridas en la cara pero tan perfecta como siempre, a su lado estaba mi mejor amigo Guillem que estaba tan genial como siempre, y sonriente, se que estaba demasiado emocionado y dolorido pero estaba dándome todo su apoyo, a su lado había un chico de pelo n***o, me sonaba demasiado pero no era capaz de recordar su nombre, cerré mis ojos, seguramente era Stefan, el chico de mi clase demasiado misterioso y que la dulce voz mencionó, quizás nos hicimos amigos, y estaba en el coche conmigo.
Pero no solo eran ellos, por otro lado habían varias personas.
La primera en la que me fije era una chica rubia, era demasiado alta, destacaba pero no me llamaba la atención de una forma intensa, por otro lado a su lado habían dos chicos, uno que parecía latino y otro demasiado inglés como para negar su procedencia, así que seguramente sería una de las personas que conocimos aquí, aún seguía sin entender bien porque estábamos aquì pero seguro que habría una fuerte razón pero de todas esas personas, quien me llamó la atención de una forma demasiado intensa, fue una chica de pelo castaño, lo tenía demasiado largo y sus ojos aún oscuros eran muy luminosos, tenía un extraño deseo por besarla, pero había una cosa, una sensación que me impedía con todas mis fuerzas, levantarme y besarla.
—¿Que tal amigo?—me preguntó Guillem.
Le mire sonriendo.
—Bien, aunque estaría mejor sin tanto cable—comente.
Todos me miraron riendo.
—Pareces un robot—comentó Nicole.
Reí, aunque no lo pude hacer por mucho porque me dolía la cabeza al hacer ese esfuerzo.
—Tienes mala cara—comentó Stefan y le mire.
Le di una risa sencilla, no recordaba si éramos amigos o que nos hacía estar juntos pero no quería que nadie lo supiera por lo que reír era lo mejor y la forma más sencilla para salir del problema y del conflicto en el que me estaba metiendo.
—Yo tengo excusa ¿Cuál es la tuya?—le pregunté.
Todos rieron.
Se hizo el silencio, todos me miraban demasiado preocupados, como si algo malo hubiera pasado con mil dudas en sus cabezas pero no recordaba nada, no sabía como hacer las cosas o que decir, se quien era y a las personas que amaba, pero mi cuerpo por mucho que recordaba cosas sobre otras personas, mi mente no me daba las piezas para saber qué hacer con las sensaciones.
—Dejémonos de tonterías— dijo la chica de pelo castaño, la que tanto me había llamado la atención y la que tantas ganas me dieron ganas de besarla.
Todos se apartaron y me dejaron bien completamente bien, para verla bien y ver que era mucho más hermosa de lo que esperaba.
—Shawn—dijo la chica castaña sin dudarlo y sin darme tiempo a nada, me abrazo, no me molestaban los abrazos, era demasiado sorprendente que alguien saltara de esa forma a abrazarme, no me molestaba, es más, me gustaba demasiado los abrazos y los abrazos de esta mujer eran demasiado hermoso, me daba la sensación de que en sus brazos, todo estaría bien pero por otro lado, no era la chica de la voz, no era la voz que tanto me gustaba y me tenía demasiado emocionado.
—Gracias por el abrazo—le dije.
La chica se separo de mi y me miró sin entender nada, creo que esperaba algo de mi pero no sabía él qué o cómo dárselo.
—¿Sabéis quién es la chica me ha estado visitando y hablando?—pregunté mientras todos me miraban demasiado impresionados—Creo que me he enamorado de su voz—dije.
Todos se quedaron pálidos como si no esperaran nada de esto.