Las vacaciones de verano estaban a la vuelta de la esquina, la mayoría de los ejecutivos dejaban sus gabinetes en orden para no dejar trabajos atrasados, pero ese no era mi caso, antes de conocer a Jean, no acostumbraba a dejar a un lado mi trabajo para irme a la playa, o para darme mis gustos, para eso estaba la noche, ¿no? Mi jefe al conocer mis costumbres, sin consultarme nada, dejó bajo mi responsabilidad el control de las oficinas y se fue a Haití. Antes de que recibiera esa noticia, Jean se encargaba de cuidar las gemelas, las llevábamos al hospital para un examen general, a pesar del descuido que habían sufrido los doctores las encontraron sanas. Faltaba poco para que empiecen las clases de arte. Una tarde cuando dormían la sienta, sonó su teléfono. Era su madre, Jean no deseaba con

