El tacón de mi sandalia, golpeaba incesante, el piso metálico del ascensor, sentía que ascendimos muy lento, pero en realidad, iba a velocidad normal, ya quería llegar al departamento, quería pasar todo el tiempo posible con Jayden, nos lo debíamos por el par de semanas que nos descuidamos por estar sumergidos en el trabajo. Miré el rostro de mi novio, quién estaba a mi lado, sin apartar sus ojos miel de mi rostro, sus labios están curvados en una sonrisa casi inexistente y sus manos estaban guardadas en los bolsillos de su pantalón, mientras su cuerpo reposaba en una de las paredes metálicas. No hacía falta decir una sola palabra, nos entendíamos muy bien con solo mirarnos con complicidad, ambos sabíamos lo que nos esperaba al llegar al departamento y no podía estar más nerviosa por el

