Capitulo 5. Skyler Smith

1551 Words
Chiara fue a Primark en el centro de Londres pues quería comprarse ropa más urbana. Iba camuflada con gorra y anteojos ya que no quería que nadie la reconociera pero necesitaba ropa más de calle ya que todo lo que tenía era de alta costura y no tenía cosas más básicas de prendas para vestir, como para todos los días. Llamaría un poco la atención si iba al mercado luciendo un Prada. Estaba en la gran tienda de ropa viendo unas cosas cuando de repente le pareció ver una figura conocida. Era una mujer más o menos de su estatura, curvy, pero aún así le veía cara conocida. Se acercó disimuladamente un poco más a la mujer que estaba viendo la ropa de tallas más grandes y la reconoció luego de un momento a otro. —¡Skyler Smith!— le dijo. Ahora que la tenía cerca, a pesar de los kilos extras que la distanciaban de su época de top model, la muchacha era inconfundible, se trataba sin duda de la modelo Skyler. Aunque hacía rato que estaba desaparecida, un par de años o algo así. Ellas tenían su propia historia. La mujer se hizo la distraída cuando ella la confrontó, miró para otro lado y dijo —No no disculpe me debe estar confundiendo con alguien más— y se dio media vuelta para irse. —Ay querida tu perfume vainillado es inconfundible, todavía lo recuerdo impregnado en las sábanas de tu novio cuando nos acostábamos.— susurró Chiara. Skyler se dio vuelta furiosa y se acercó a la mujer, luego siseo: —¡Maldita seas Chiara! ¡Acaso no lo podías dejar pasar! ¡No puedes dejarme en paz! Si te estoy diciendo que no soy tenías que insistir e insistir...— y sus ojos se llenaron de lágrimas. Ella no quería que nadie la viera así en ese estado, se sentía avergonzada, había engordado tantos kilos aunque tenía una causa justa. De hecho no estaba trabajando y se estaba ocultado del mundo, la habían recibido unos amigos en su apartamento en Londres y la estaban ayudando. Chiara se quedó un poco impactada por la reacción de Skyler. Si bien ellas no habían terminado en buenos términos no tenía nada contra la muchacha. La tomo del brazo y le dijo —querida ¿estás bien? ¿que te pasa? No quise incomodarte...— —¡Pues lo hiciste maldita sea!— exclamó la rubia. —Perdóname, no quise molestarte de verdad... Pero te veo mal, no sé...¿Te puedo ayudar con algo?— —¡Ya hiciste suficiente cuando te acostaste con Robert!— la acusó Skyler. Ella había llegado un día más temprano a la casa que prácticamente compartían con su novio, porque estaba la mayoría del tiempo allí, y los había encontrado en su propia cama... la cama en la que dormía con él cuando aún era modelo de alta costura. Skyler media 1.78 , pero desde que había engordado estaba pesando aproximadamente 90 kilos, unos 40 kilos más de lo que solía pesar en ese momento. Luego de la tragedia en la cual murieron sus padres aumentó de peso o mejor dicho ya no pudo contener más el hambre. La comida de alguna forma, llenaba un gran vacío en su vida. Siempre había sido así, hasta su etapa como modelo. Era algo muy común para todas las modelos estar con bajo peso y de hecho tomaba pastillas para no comer o directamente no comía o vomitaba, o tomaba laxantes. Para los diseñadores ellas nunca iban a ser lo suficientemente flacas. La mayoría de las modelos lo hacían aunque por supuesto estaba mal, y todas en el fondo lo sabían. Había algunas excepciones como su amiga Calixta, que tenían una genética privilegiada, y comieran lo que comieran ni un gramo engordaban. Otras como ella y Chiara en cambio se cuidaban extremadamente con la comida. La realidad era que luego de todo lo de sus padres no pudo continuar. La casa se había incendiado por un accidente tonto, su padre había muerto y su madre había quedado muy mal herida...estuvo mucho tiempo en terapia y finalmente murió. Ella gastó mucho dinero y quedó con un montón de deudas. Que apenas si saldó. Luego de eso le costó mucho seguir. Claro que podría haber modelado como modelo plus size pero sentía mucha vergüenza de cómo se encontraba físicamente y no quería que el mundo la viera así, por ende se había apartado de todo y estaba sobreviviendo a duras penas con algunos ahorros que todavía le quedaban. Chiara era una perra que podía coger con el novio de cualquiera sin ningún tipo de culpa. Pero no era tan hija de puta como para no ver cuando una mujer estaba mal. Y evidentemente Skyler no estaba pasando un buen momento. —Sé que no hemos terminado bien querida pero yo no tengo nada contra ti, aunque no lo creas... si quieres podemos ir a tomar un café y hablamos tranquilas... puedes confiar en mí. Para mí lo de Robert ya pasó. Quiero que sepas que yo no quise lastimarte.— de repente Chiara sintió culpa, una emoción con la cual no estaba muy familiarizada. En realidad no le estaba mintiendo a la muchacha. A ella siempre le había gustado Robert, así que simplemente se le insinuó y él había accedido con mucha rapidez. Según lo que ella sabía no era la primera vez que él lo hacía. O sea que la había engañado previamente con otras mujeres. Lo que no sabía, era si ella había sido consciente. —Robert no era la primera vez que lo hacía...con otras mujeres digo, ¿lo sabes no?— Skyler siempre había tenido alguna sospecha pero más nunca la confirmación, al menos no la tuvo hasta el momento en que encontró a su novio y Chiara cogiendo en su propia cama. Ahora había pasado mucho tiempo, mucha agua había corrido debajo del puente y le parecía algo tan insignificante que ni siquiera ya le importaba. —¡Dale, ven! Tomemos un café.. o un té— Chiara le guiñó el ojo y tomo su brazo —Ven, vamos a tomar algo... te hará bien. Charlemos de cosas de chicas, cuéntame qué te pasa...— Al final Skyler accedió. Sabía que fuera del problema que tenía Chiara de cogerse a cada hombre que le gustara no era mala, aunque algunos podían opinar lo contrario pues era una cuestión de perspectiva. Se dejó conducir a un café cercano y medio apartado, lo cual por dentro agradeció porque no quería que nadie la reconociera y por lo que creía Chiara estaba un una situación parecida. Allí cuando estaban tomando algo le contó más o menos lo que le había pasado en el último período: lo de sus padres, lo de las deudas y bueno lo de su peso. —Sigues siendo una mujer bella— le dijo Chiara para consolarla pero era cierto. Skyler era una rubia muy bonita de ojos claros celestes que era tan alta como Chiara, solo que en ese momento tenía unas curvas que la hacían muy exuberante. Tranquilamente podría estar modelando como modelo plus size si lo quisiera. Esta negó con la cabeza , se la notaba apenada. —Es que me da mucha vergüenza el estado en el que me encuentro— dijo bajando la mirada. Chiara le respondió —No deberías avergonzarte, tuviste problemas. A todos a veces nos pasa— cavilo la italiana. Eso le dio pie a preguntarle sobre lo que quería saber la rubia desde que estaban allí —¿Y tú qué haces aquí? pensé que habías tenido un problema con la mujer de un futbolista o algo así.— —Sí— contestó Chiara de mala manera. —Se cansó de ensuciarme por las r************* . Y tuve que esconderme en Texas, en la casa de Calixta por un tiempo.— Chiara no tenía ningún motivo para mentirle a Skyler. —La verdad es que ahí conocí a un hombre y quede completamente prendada de él, así que cómo él es un inglés aquí me tienes.— Chiara levantó su taza de café para dar por concluida su explicación. —¿Te has puesto de novia?— le dijo skyler asombrada. Chiara sonrió de oreja a oreja. —No, verás, el hombre no para de rechazarme...— Skyler frunció el ceño confundida —no entiendo— le dijo. —Yo tampoco— le contestó sonriente — y es por eso que aquí me tienes.— —Pero si tú, con tu belleza y tú poder de seducción podrías tener a cualquiera hombre ¿porqué este?— Chiara pensó para sus adentros que era la pregunta del millón, ni siquiera ella tenía respuesta para eso. Encogió sus hombros —no sé...hay algo en él, no sé si es por su rechazo pero hay algo que me atrae profundamente y no sabría decirte bien que es. — hizo una pausa mientras reflexionaba —necesito tenerlo a como dé lugar.... por supuesto tiene novia— le aclaró. Poniéndole cara. Skyler no pudo evitar sonreír abiertamente. Chiara no tenía cura. —Ni necesitabas aclarármelo, faltaba más— le respondió y las dos jóvenes largaron una carcajada pues ambas conocían muy bien el talón de Aquiles de Chiara.
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