Inesperada conversación

1550 Words

Un mayordomo con guantes blancos lo recibió con una sonrisa discreta, como si fuese un invitado y no un prisionero. —Por aquí, señor Montenegro. El amo lo está esperando. Luciano no respondió. Sus pasos sonaban huecos sobre la alfombra persa que cubría el suelo del pasillo. En las paredes, pinturas de marinas, retratos de hombres que parecían juzgarlo desde sus marcos dorados. El aire olía a cera, a madera pulida y a poder mal disimulado. Finalmente, las puertas dobles de un despacho se abrieron. El interior era elegante y sobrio: estanterías repletas de libros antiguos, un escritorio de caoba pulida, una lámpara verde que proyectaba una luz suave. Y allí, sentado como un emperador moderno, estaba Ricardo Salinas. Luciano lo reconoció al instante. Esa sonrisa arrogante, esos ojos oscur

Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD