Los mejores momentos son los que ocurren, sin esperarlos.
P.C
Nathanael
Despierto por el sonido del despertador, me remuevo incómodo y siento un movimiento a mi lado, la chica que siempre me divierte se remueve a mi lado y al abrir los ojos curva una sonrisa coqueta.
Ay no, aquí vamos.
Me pongo mi ropa rápidamente y salgo de la habitación escuchando su llamado.
-¡Espera!-me detengo un segundo y me giro indiferente-¿Repetiremos?
-Como siempre-digo antes de salir de la casa de ella.
Me monto en mi auto apresurada y manejo hasta mi casa, donde mi madre me da una mirada de desaprobación antes de señalarme el desayuno.
-Duchate y ven a comer, que se te hace tarde para ir
al instituto-ordena mamá oso.
Asiento sin rechistar ya que no me apetece lidiar con los regaños de mamá gallina tan temprano.
(...)
Entro al Instituto como todos los días, todos posan sus miradas en mi, yo solo me abstengo de rodar los ojos.
Por eso eres un asocial.
¡Oye! Pero si yo tengo amigos.
¿Y eso que? No hablas con nadie más.
Todos los demás no me conocen.
Respondo a Nate, mi lobo.
Emprendo mi camino hasta mi primera clase hasta que alguien se topa en mi camino.
¿Como se llamaba?
Tasha, su loba intento comunicarse conmigo, pero ni loco la dejo, ella no es nuestra mate.
Menos mal.
Pero esperen...¿como llegó aquí tan rápido?
-¡Nathanael!
-Tasha, voy tarde, nos acabamos de ver, ¡adios!
Digo esquivándola, esa chica me ponía de los nervios la mayoría de las veces.
Soy un chico bastante sociable, estoy en el Instituto porque mi padre quería que mantuviera el orden, sólo este año estaría aqui, dado que hace dos años me había graduado, pero me necesitaban, así que mientras no me nombren Alpha, estaré encerrado aquí.
-¿Huyendo tan
temprano?-pregunta con burla Yaenis, mi hermana menor.
Tiene sólo un año menos que yo.
-Y que lo digas-ruedo los ojos.
-¿Donde está Javi?-pregunta refiriéndose a uno de mis mejores amigos.
-No ha llegado-me encojo de hombros entrando en el salón.
Que bonito día.
Nótese el sarcasmo.
(...)
Llego al salón donde empezaré a dar clases de esgrima, este deporte sin duda es mi favorito, aunque también el fútbol, pero prefiero enseñar esto.
Las chicas empiezan a llegar y yo solo me recuesto a la pared y saco mi teléfono al escucharlo.
Papa:
Ven luego de que salgas de clases.
Hago una mueca y me preparo para responder pero el aroma a lluvia y café me golpea fuertemente haciendo que guarde el teléfono y busque con la mirada a la persona.
¡Mate!
Dice un muy emocionado Nate.
Mis ojos caen sobre una chica, sus ojos grises me dejan hipnotizado y en cuestión de segundos me encuentro frente a ella.
La escaneo con disimulo, su cabello es blanco como la nieve, peculiar, sin duda, su rostro es delicado y hermoso, su piel es blanca, sus labios finos.
Y ni hablar de su cuerpo.
Es una belleza.
Miro atentamente su reacción y ella sólo baja la mirada a sus manos, avergonzada. Tomo su barbilla entre mis manos sintiendo una extraña electricidad pasando por mi cuerpo. Levanto su barbilla haciendo que me mire a los ojos y curvo una ligera sonrisa.
-Mate-susurro embobado.
Ella me mira un momento pero su acción me deja paralizado.
Quita bruscamente mi mano y sale corriendo del salón. Sin pensarlo mucho la sigo. No necesito mucho esfuerzo claro.
Al llegar a la salida la tomo del brazo haciendo que se gire en mi dirección.
-¿A donde crees que vas?-pregunto en voz baja.
-A mi casa-musita avergonzada.
Sonrió divertido y pongo mis manos a sus costados, examinando su bello rostro.
-¿Quien te dijo que te podías ir?
Pregunto y ella abre la boca sorprendida.
-Apartate-dice con seguridad.
La miro atentamente notando su rostro tenso.
Curvo una sonrisa divertida al ver su reacción. No es lo que esperaba, pero creo que puedo manejarlo.
-¿Porque debería?-pregunto y ella suelta un bufido.
-Apartate-vuelve a decir "amenzadoramente" -sino quieres quedarte
sin descendencia.-dice alzando sus rodillas y apuntando hacia mi entrepierna.
Oh no.
Alzo mis manos en son de paz y ella se aparta de mi lado para empezar a caminar a la entrada.
-Hey hey hey ¿a donde vas?
Pregunto.
-A clases-responde como si fuera obvio.
-Oh no, eso si que no.-digo tomándola del brazo.
-¿Que te pasa? sueltame.-responde con molestia.
-No, espera... Tu, eres mi mate.-digo y noto lo estúpido que sonó eso.
¿Pero que me pasaba con esta chica?
¿Estaba perdiendo mis encantos?
-Fíjate que no me había
dado cuenta-responde sarcástica.
-Enserio...-empiezo pero... ¿Cual es su nombre?
Que desastre soy, ni siquiera el nombre de mi mate recuerdo, Nate ayuda.
No te lo ha dicho idiota.
Que gran ayuda.
-Ava-escucho que dice.
La miro y veo cómo alza las cejas.
Voy a responderle pero alguien habla haciéndome cerrar los ojos.
¿¡porque mundo cruel!?
-¡Naty!-chilla Tasha.
Sin previo aviso se lanza encima de mi y me besa apasionadamente.
¿¡Que diablos!?
Me separo de ella de inmediato y veo la reacción de Ava.
Ella sólo aprieta los labios y baja la cabeza.
No no no... ¡Es que nada podía salirme bien!
Eso te pasa por guarro.
Gracias amigo. La ayuda siempre es buena.
-¿Que pasa guapo?¡Tu siempre estás dispuesto!-chilla Tasha interponiendose en mi camino.
La quito de enfrente y veo cómo Ava ya no está.
Miro en todas las direcciones notando como se sube a un auto.
Corro detrás de ella pero ya es tarde.
Se fue.
Y yo no pude explicarle nada.
Buen comienzo.
¡Soy un completo idiota!
Que bueno que lo reconoces.
Me giro hacia Tasha con la expresión más fría que puedo mostrar y ella retrocede asustada.
-¿Naty...?
Pregunta dudosa.
-¡Y una mierda! Esa que estaba aquí era mi mate Tasha, y se ha ido.-espeto cabreado. Ella se encoje en su lugar pero no puede importarme menos.-Desaparece de mi vista y avisa a la clase de esgrima que no tendremos clases hoy-ordeno cerrando los ojos con impotencia.
Tengo que buscar a mi mate, mi luna.
No quiero que piense mal de mi, quiero que este conmigo.
Me dirijo a mi auto y emprendo camino a la empresa de mi padre.
Minutos después estaciono el auto y entro caminando en dirección a su oficina.
-¿Me llamabas padre?-pregunto entrando sin tocar.
El quita su vista de los papeles y asiente.
-Quería hablar contigo porque quiero dejarte a cargo de esta empresa Nathanael.
Abro la boca sorprendido y me siento frente a él.
-¿Que? ¿Estas seguro?-pregunto y el asiente.
-Necesito unas vacaciones, y tú trabajo, así que aquí lo tienes-dice divertido.
-No necesito trabajo-aclaro pero el se encoje de hombros.
-Quiero viajar con tu madre, así que te encargarás a partir de la próxima semana-explica tranquilamente.
Asiento rendido y el curva una sonrisa.
Su humor me está poniendo nervioso, y eso es... Muy difícil.
-¿Que planeas?-pregunto conociéndolo.
-Tengo un trabajo especial para Yaenis, luego hablaremos-dice
Ruedo los ojos y el teléfono suena haciendo que desvíe su mirada.
Me levanto dando por finalizada la conversación.
¡Mas trabajo para mí!