Los impulsos solo son aquellas acciones que nuestro interior pide sacar a la luz, esas que sin importar las barreras que nos detienen, siguen saliendo a la superficie.
P.C
Ava
El intenso sentimiento que empieza a martillar en mi pecho me descoloca, la desesperación empieza a hacer que algo dentro de mi se mueva incómoda. Siempre fui una persona de pocas palabras, tranquila, pero en estos momentos me cuestionaba sinceramente que quería.
Si besarlo o alejarlo.
Yo estoy muy a gusto aquí.
Trato de no rodar los ojos e intento crear distancia entre nosotros, una que el se encargó de romper.
—Apartate—digo con firmeza.
Que no siento claro. Lo que necesito ¡Es que se aleje! y deje de torturarme con su aroma.
El curva una sonrisa y sus ojos verdes brillan divertidos.
El ambiente que lo rodea es enigmático y misterioso.
Por lo que he escuchado, nadie sabe mucho de él Alpha, más que su familia y amigos, tampoco ha tenido muchas novias... Por lo que se.
—¿Porque debería?—pregunta y yo bufo.
—Apartate—vuelvo a decir para ser ignorada olímpicamente—sino quieres quedarte sin descendencia.—amenazo alzando mi rodilla.
El alza las manos en son de paz y yo le pasó por un lado.
—Hey hey hey ¿a donde vas?
Pregunta.
—A clases—respondo con obviedad.
—Oh no, eso si que no.—menciona tomandome del brazo.
—¿Que te pasa? sueltame.—digo exasperada.
—No, espera... Tu, eres mi mate.—dice en un susurro.
—Fíjate que no me había
dado cuenta—respondo sarcástica.
—Enserio...—dice mirando a otro lado.
Oh claro, no sabe mi nombre.
—Ava—lo ayudo.
El vuelve sus ojos hacia mi y abre la boca para hablar pero alguien se le adelanta.
—¡Naty!—chilla una chica castaña llegando a nuestro lado.
Sin previo aviso se lanza a sus brazos y estampa sus labios con los de el.
Oh no, creo que me equivoqué.
Me paralizo en mi sitio y mi loba intenta salir.
Avi, quieta. No puedes.
¡Dejame ponerle las garras encima!
Aprieto los labios sin embargo veo como el la separa de golpe.
—¿Que pasa guapo? Tu siempre estás dispuesto—menciona tomando su rostro.
Es mi oportunidad perfecta para escapar...
Pego la carrera y veo cómo Emelin, que estuvo afuera todo este tiempo, me espera afuera de su auto.
Ella se monta viendo mis intenciones y lo enciende ayudándome a escapar.
¡Oh! ¡Como la amo!
Entro rápidamente y cierro la puerta.
—¡Arranca arranca!—grito al ver al Alpha corriendo hacia nosotras.
Suelto un suspiro de alivio al dejarlo atrás.
—¿Que fue eso?—pregunta acelerada.
—Una de las tantas conquistas del Alpha—me encojo de hombros.
Mi amiga me mira preocupada y yo solo miro por la ventana.
Que cosa tan... Peculiar.
(...)
Llegamos a mi casa y yo bajo del auto en silencio.
Siento una opresión en mi pecho indescriptible, como si algo faltara, y yo se que es eso, sin embargo, lo mejor será resignarme, y no salir herida.
Ese es el plan.
Escucho la puerta del piloto ser cerrada con fuerza y luego los pasos de Emelin siguiendome.
Abro la puerta de mi casa y entro dejándola abierta para Eme.
Camino con pereza hasta la puerta de mi habitación, la abro tranquilamente y doy unos cuantos pasos hasta estar acostada en mi camita.
Cierro los ojos en busca de paz pero estos se llenan de lágrimas.
¿En que momento paso todo esto?
Yo no quería hallar a mi mate. Eso solo empeoraría mi situación.
Y lo hizo. Ahora yo soy... La mate del alpha. Si acaso el me acepta.
Siento un peso caer a mi lado y siento un dedo pinchando mi mejilla.
Suspiro y abro mis ojos encontrandome con la mirada color café de Emelin.
—No le prestes atención Ava, aún es muy pronto para saber lo que piensa. Dale tiempo y la
oportunidad.—aconseja con dulzura.
Asiento en acuerdo y ella suspira.
—Ahora ¿que te parece si vemos “She was pretty"? —sonrio al escucharla y asiento.
Mi serie coreana favorita y una de mis personas favoritas.
Perfecta medicina.
(...)
Despierto viendo todo oscuro, tallo mis ojos notando un peso a mi lado. Niego con la cabeza divertida al ver que nos quedamos dormidas.
El reloj marca las 8 pm.
Creo que fueron muchos capítulos por hoy.
Me levanto lentamente atando mi cabello en una coleta alta y salgo dd la habitación, cerrando con sumo cuidado la puerta detrás de mí, no quiero despertar a la bestia.
Camino en dirección a la cocina donde puedo escuchar las voces de mi madre y hermano.
Arrugo la nariz al escuchar a Spencer susurrar preocupado.
Aquí hay gato encerrado...
—Mama, yo conseguiré otro trabajo, no quiero que te excedas—dice con preocupación.
¿otro trabajo?
Creí que el de mi madre y su trabajo de medio tiempo era suficiente.
—No hijo, no dejarás tus estudios por ayudarme, yo puedo conseguir otro trabajo, estaré bien—responde mi madre con firmeza.
Oh no, eso si que no.
¿Que planeas?
—Yo puedo conseguir un empleo—menciono saliendo de mi escondite en la puerta de la cocina haciendo que ambos salten en su sitio.
—¡Ay niña! No vuelvas a hacer eso.
Regaña la doña mirándome de brazos cruzados. Mi hermano dirige su mirada hacia mi y niega con la cabeza.
—No no no, no dejaré que trabajes mientras yo puedo hacerlo—niega.
Bufo y me acerco a el.
—Spencer, conseguire un trabajo de medio tiempo, puedo ayudarlos y no descuidare mis estudios, sabes que soy muy dedicada—lo miro suplicante.
El me mira dudoso pero se que si convenzo a Spencer, convenzo a mi madre.
Desde que tenía diez años y Spencer dieciséis, el se convirtió como el padre que no tuve, aunque fuera mi hermano el siempre cuido de mi, ahora yo podía ayudarlo, y lo haría sin dudarlo.
—Esta bien, pero sólo eso—dice atrayéndome a el en un abrazo.
Correspondo con fuerza y una sonrisa se forma en mis labios.
—Mañana iré a buscar un empleo. después del Instituto—aclaro al ver el reproche en su mirada.
—Bien, ahora sientate para la cena—dice mi madre con una sonrisa.
(...)
Luego de pasar la mayor parte del día recibiendo malas miradas e incluso insultos de la población femenina del Instituto, salgo de mi última clase cuidando de no toparme con cierto individuo que se hace llamar mi mate.
¿Aun no sabes su nombre?
Eres más torpe de lo que pensé.
ah, eso... pues, digamos que no tenía muchas ganas de conocerlo.
Camino en dirección al baño dado que necesitaba lavarme la cara y peinarme ya que no podía ir a conseguir un empleo con la cara de loca que tenía.
Al llegar mojo mis manos y las paso por mi cara relajandome.
Que día tan duro.
Ahora solo quería irme a casa y no escuchar más a las lobas que reclamaban al alpha.
Escucho como abren la puerta y me giro a ver quien es.
Tres chicas con ropa sumamente reveladora entran al baño.
Veo como una de ellas sonríe y cierra la puerta a sus espaldas.
—Creo que nos divertiremos con ella.
Dice la rubia para después acercarse a mi.
Oh no, creo que estoy en problemas.
Estamos amiga, estamos.
¡Ayuda!
(...)
Luego de que las tres chicas me golpearan hasta el cansancio, una de ellas saca una navaja de su bolso y se acerca a mi con una sonrisa malévola.
Empieza a pasarla por mis brazos y al escuchar un ruido se detiene de golpe.
Estoy muy débil para moverme pero veo ella le hace señas a sus amigas para que salgan de allí.
Miro como las tres salen del baño rápidamente dándome una última mirada.
Intento levantarme pero mi cuerpo no cede, la pérdida de sangre empieza a pasarme factura y rápidamente caigo en la inconsciencia.