
-¿Que hacías todas esas noches en el bosque? -sus ojos me miran profundamente como siempre, manteniendo una expresión totalmente neutral-. ¿Como es que no experimentas emociones comunes como la felicidad y la tristeza? -su expresión no cambia. Su actitud me desespera-. ¿Por qué siempre desapareces como si nunca hubieras estado presente siquiera? -suelta un suspiro y mira hacia el suelo para luego retomar el contacto visual, esta vez mostrando menos indiferencia se acerca a mi hasta quedar a unos centímetros de mi rostro una vez más -. Necesito que me respondas, Alaia -digo casi en una súplica, necesito saber que no me estoy volviendo loco, que todo lo que sucede cuando ella está presente es real.
-Yo sólo necesito que me folles -murmura casi sobre mis labios sin dejar de verme ni por un segundo.

