Llegaste a mí. Un Ángel en mi Infierno III

Capítulo 3. SATISFACCIONES.

Despierto dolorido y con una sensación de ganador en mis huesos prácticamente rotos a causa de la batalla campal que tuve con cierta morena preciosa de la cual no se su nombre. Giro y tropiezo con su cuerpo que descansa relajado y extasiado entre las sabanas ¡la hicimos buena! ¿Eh, amigo mío?  Busco mi teléfono que marca las cuatro y treinta ¡Dios! No he dormido nada, con razón el dolor corporal.

Se gira y atrapa mi pequeño, tomo aire y gruñe al sentir que crece despertando casi inmediatamente en su mano — ¡Mmmmm, esto! – señaló con su otra mano mi m*****o — ¡Me encanta! – apretó y mi cadera se mece hacia adelante.

—A mi me encantas tú – la abracé tomándola por sorpresa y gritó carcajeándose.

Pasamos toda la mañana en el hotelito, desayunamos como cerdos y en la cama, luego de tener  tres sesiones de sexo más, intercambiamos números y nos facilitamos información básica, como nombres, edad,  direcciones y lugares de trabajo. Así como información familiar entre otros. Entonces me enteré que su nombre es Jackie Blossom , tiene treinta años y un niño de tres. Vive sola y su padre murió lamentablemente en un accidente de auto. Su madre tiene pareja y una hija con el caballero. Es dueña de tres peluquerías y no  le gusta conducir.

Salimos del hotel y la llevé a su casa, su hijo Frankie se encuentra esta semana con su padre, por eso ella ha salido y divertido un poco según, de otra manera no lo hace. Me invitó a pasar pero decliné la invitación ya que debo ir por las niñas para viajar de nuevo a Phoenix. Nos despedimos prometiendo llamarnos pero no creo que sea buena idea aunque me gustó no solo el sexo, sino también la compañía.

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Ya en casa, mis padres aún viajan y el área de la piscina se encuentra atestada de chicos. Paso de largo porque  mi Sol de Verano llegó dormida y mi Alma se encuentra exhausta. El helicóptero se averió y hubo que esperar porque el jet, estaba en mantenimiento. Al ingresar a la casa lo primero que escucho es la risa de la chica que me acelera las pulsaciones y logra que mi cabeza de vueltas.

—¡Kaaathhh! – grita Alma Nathalia soltando mi mano para correr a echarse a los brazos de la misma. Mi pecho arde.

—¡Hola cariño! Ven – la sube a sus hombros y mis manos sudan. Mi Sol despierta de golpe e hice malabares para que no cayera de mis brazos.

—¡Noooo Ama eche míaaaa, mía, mía papiii! – pataleo de tal manera que me vi obligado a soltarla.

—¡Hola hermosura! – la besó y acurrucó en su pecho, el cual tenia casi fuera del top ¡y yo de viejo verde, fijándome!

Tomé la escalera y corrí con el bolso, para que no se le ocurriera tratar de abrazarme o algo así, dudo que lo soporte.

—¡Hermanitoooo! Vamos abajo que tenemos fiesta – grita Sreven emocionado — ¡Mamá y papá me permitieron hacerla! ¿Nos acompañas? – son las seis de la tarde, creo que puedo bajar un rato.

—¡Hola enano! Bajo en un rato, necesito ducharme – asintió feliz.

Sonrei con todos los dientes ¡lo amo! Es mi hermanito, hasta que le habla a Kathryna al oído  tomandola por la cintura, ella sonrió encantada y pasó la mano por su rostro en un gesto que se me antojó muy intimo. Mi sonrisa se borro y mi pecho ardió de manera diferente. Celos. No lleva otro nombre, me gusta esa chica y no me puedo acercar. Giré y me encerré en la habitación, arranqué mi ropa furioso e ingresé al baño a ver si el agua fría calmaba mi humor. Erré. Al salir, continúo con el mismo mal humor. Sin embargo bajo vestido con una camiseta y en bermudas para que no piense mi hermano que soy un amargado. Es extraño que Ethan no se encuentre. Lo llamo y responde al tercer repique.

—¡Aquí el ser más angelical de todo el condado de Phoenix! – bufo y no contengo la carcajada.

—¿Tu angelical? Yo soy el ángel  aquí ¿recuerdas? – le suelto con doble intención.

—¡Siiii, claaaarooo! ¿Y cierta morena de ojos miel, te hace mas ángel, hermanito? – esta vez me carcajeo con ganas y de verdad.

—Yo era el Ángel ¡ella no! – y rie a carcajada suelta —¿Dónde estás que  no te veo cuidando los chicos? – interrogo con fastidio.

—¡Eh, lo siento! Hoy te toca porque me encuentro en una fiesta para bebés junto a Ephran. Y estoy viendo prospectos geniales para padres solteros – pongo los ojos en blanco, este tio además de borracho es un mujeriego.

—¡Oh, vaya! Bueno esta bien diviértete  y me cuentas – veo otra llamada y es mi madre — Te dejo, debo contestarle a tu madre – se escucho un silbido y un ¡suerte con eso! — ¿Madre? – contesté mirando a la pelirroja abrazar a Steven y mi sangre hierve.

—¡Hola bebé! ¿Ya estás en casa? ¿Cómo están mis niñas? – pregunta interesada.

—Si mami, ellas se encuentran jugando. Están bellas y bien pero, aquí los chicos tienen una celebración ¿diste permiso? – me puse consentido.

—¡Si bebe! – me restregué la cara al ver que Kathryna es cargada por un chico — Necesito que los cuides – hago un mohín de desagrado.

—¡Pero maaa! Ellos están bien – escuché a mi padre decir algo y ella protestar.

—¡Cuídalos mi príncipe por favor! Solo cuento contigo - ¡ok! Cuando me dispara ese tipo de suplica, lo cual sabe que me desarma, no puedo negarme y cada vez me siento más malcriado. Ya se de donde les nace a mis hijas.

—Sabes que haria lo que fuera por ti – dije sin dejar de mirar la pequeña arpía que sabe lo molesto que estoy y sin embargo no deja de abrazar a los chicos con los que comparte estudios.

—¡Lo sé cielo! Por eso te amo tanto – la estocada final ¡ja! Sabe como manipularme y mis hijas salen a ella. Debo ser más firme y revelarme pero… ¡bah, no me importa! Que hagan conmigo lo que deseen, total: les pertenezco.

—Y yo más mamita, dale besos a papá - digo en el tono aniñado que siempre utilizo con ella.

—¡Claro bebé! Creo que esta noche haré más que eso - ¿Qué? No puedo creer que ella haya dicho eso, el solo pensar en mis padres siendo más emotivos entre si de lo necesario ¡me revuelve el estómago!

—¡Mamáaaaaa! Me dañaste la noche – la carcajada de mi padre se escuchó a lo lejos, acompañada de la de mi novia eterna. Eso me sacó una sonrisa bobalicona y me hace tener más ganas de vivir.

Es una sensación de querer más y más en todo momento a mi familia y la ansiedad de desear estar juntos de nuevo.