Capítulo 2. NUEVAS EXPERIENCIAS.

1135 Words
La chica me observa divertida porque no despego mis atrevidos ojos de su busto, sinceramente parezco un adolescente frente a su primera experiencia s****l. Sus labios curvados y el palpitar del pulso en su cuello me corroboran que debe estar completamente lubricada en el lugar que no veo y que considerando el sube y baja de su pecho desea que explore, mi cuerpo igual que mis cuerdas vocales se niega a cooperar y ya mi vergüenza llega a proporciones elípticas. Esta mujer quiere lo mismo que yo y sin embargo me siento paralizado y no puedo ejecutar ningún tipo de práctica. Respiro, trato de relajarme, me separo de su cuerpo en un movimiento no tan sutil y caigo sentado en la cama, tomo mi cabeza entre las manos y de nuevo me encuentro presa del pánico, hiperventilo; ya que los recuerdos se agolpan en mi mente como los flashes de siempre. Tal vez es muy pronto, me digo a mi mismo, han pasado dos largos años donde lo único que he hecho es recordar malos momentos, extrañar y sufrir por mis amores perdidos,  creo que ya es hora de que viva un poco ¿no? ¿Por qué no puedo tener sexo con esta chica?  ¿Por qué no me puedo sentir liberado? ¡Necesito tener sexo! porque en este momento se acaba de convertir en una necesidad ya que mi escroto se tensa y duele… La morena se acerca y está desnuda por completo, mi corazón comenzó una carrera a todo galope y el pantalón se hace angosto al albergar mi hombría que por los ojos de ella debe ser bastante notorio, toda ella es belleza y sensualidad, debe contar con unos treinta años de edad y sus medidas deben ser de esas de ¿Qué les decía? ¡ups! Creo que ya mi cerebro dejo de trabajar  también. Arrodillada y mirándome desde abajo, esta morena sabe lo que necesito y no me refiero a un oral, aunque ¡me encantaría! Me refiero a que conoce como me siento y sabe resolver problemas. Retira mis zapatos y lame saboreando mis labios, me encuentro en algún lugar desconocido entre la sobreexcitación y el éxtasis, mi cuerpo sufre espasmos que aunque agresivos; se tornan placenteros, pasa suavemente sus pelmas acariciando mis muslos sobre la tela  del pantalón, el cual creo que va a romperse por la  fuerza con la que mi m*****o pugna por liberarse del estrangulado encierro. —¿Mejor? – sus hermosos ojos se encuentran brillantes y acabo de darme cuenta que tienen un color ámbar casi amarillo, el cual se oscurece por la dilatación de la pupila. Me encuentro absorto en ellos sin embargo al asentir afirmativamente en respuesta a su pregunta, observo que sus muslos se encuentran apretados y  húmedos por su fluido corporal que al aspirar a conciencia me percato que huele delicioso y sin pensar relamo mis labios, ella no se contiene y los ataca como una fiera y yo recibo sus labios, ahora mas relajado, su lengua me invade y mis sentidos se alteran, intenta abrir el pantalón y me recuesto en la cama para facilitarle el trabajo y de manera experta lo baja y el asombro en sus ojos me enorgullece al posarlos en  mi pequeño Nap que  alegre y erguido escapa de du cautiverio pronuncia una palabrota en español que entiendo perfectamente y repta sobre mi y posa su bello sexo sobre el mío humedeciéndolo con sus jugos que hacen de mi boca un mar, quiero probarla pero ella tiene otros planes y sube mis manos sobre mi cabeza para frotarse con mi pequeño y liberarse. Tengo el pantalón a nivel de mis rodillas y las manos apresadas con las de ella: así que me dejo hacer. Tiembla y su cuerpo se convulsiona en un orgasmo bastante agresivo, yo me encuentro entre asombrado y extasiado de solo ver el espectáculo que es su cuerpo recibiendo todo ese placer, me mira con ojos nublados y sonríe pasando la lengua por sus gruesos labios que deseo morder, pero parece que ella manda sin embargo, en un movimiento que no se esperaba me giro con ella un poco torpe por el amarre de las rodillas pero logré hacerlo y la besé urgido y demandante, acariciando su cuerpo a mi antojo y deleitándome con sus movimientos ondulantes y sensualmente sutiles, bajo con la boca abierta dejando besos húmedos por su cuello, clavícula y pecho hasta llegar a mi destino que son esos hermosos senos coronados con una delicia color chocolate, lamo, chupo y muerdo dándole el placer que desea y ella me regresa el favor con gritos e incoherencias que llegan a mis oídos como la más sutil melodía, bajo por su torso mordisqueando toda su piel, hasta su abdomen; se arquea en respuesta suplicando la saque su suplicio pero, no quiero aún porque me estoy deleitando con su olor y su sabor a piel nueva, a sudor de sexo y voy a disfrutarlo en grande ¡ya no tengo presión, ya estoy liberado de la vergüenza! Ahora estoy disfrutando de esta nueva  experiencia,  se retuerce entre mis brazos y mi boca no deja de explorar  cada centímetro de  piel canela que abre mi apetito como un hambriento. Llego a su pubis y soplo, su cadera viaja hacia arriba e intenta separar las piernas, se lo impido y lloriquea pidiendo ser penetrada. Junto sus muslos y absorbo el liquido delicioso que se asoma, paso la lengua para que grite y  al hacerlo la introduzco sin entrar a su cavidad solo saboreo sus labios mojados. A este punto ya esta lista para el próximo orgasmo, sin retirar la lengua me deshago del pantalón y en el proceso saco la cajita con condones enfundándome uno, y de una sola estocada y abriendo rápidamente sus larguísimas piernas me adentro en ella quien al instante llega de nuevo a ese lugar donde la felicidad es infinita. —¡Oh, Dios, más por favor! – convulsiona de nuevo, tira de mi cabello y cierro los ojos para retener mi orgasmo, quiero más. —Todo tuyo preciosa – susurro en su oído sin dejar de embestirla. Cierro los ojos, la sensación es hilarante, infinita. Su piel se tiñe de rosa y sus facciones cambian a una expresión de placer casi infame. A esta mujer le gusta el sexo. Ahora mis movimientos son más rápidos y certeros, pide más y lo entrego. Grita y muerde mi hombro, aprieta de tal manera mi m*****o con sus paredes vaginales que me es imposible retener por más tiempo mi orgasmo —¡Ooooh! – grita cuando mi hombría adopta un tamaño inmenso. —¡Córrete cielo que no resisto más! – y nos dejamos ir juntos en un placer infinito entre gruñidos y gemidos llenos de un éxtasis sin precedente.
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