—No puedo creer que te dijo que sí tan pronto —señaló Fabiola que, de nuevo, coincidía conmigo en la sala de maestros después de la escuela. —¿Pronto? Han pasado cinco años desde la primera vez que se lo propuse, y se negó tantas veces que de pronto siento que fueron más de cinco años. Eso era cierto. No se lo había propuesto una vez, habían sido varias y todas las rechazó, y además de ello estaban todas esas insinuaciones que fingió no ver para no tener que rechazarme otra vez. FLASHBACK —Deberíamos casarnos después de la graduación —dijo Amanda, de la nada, mientras yo cocinaba la cena para los dos. —¿Qué demonios? —pregunté asombrado. Ella se había negado tantas veces en el pasado que yo había dejado de proponerme, incluso me había resignado a que no pasaría a pesar que de pr

