Todos ven lo que aparentas ser, pero pocos llegan a adivinar quién eres en verdad. Nicolás Maquiavelo sabía bien esto. ¿Quién realmente te conoce en la vida? Una, dos, quizá tres personas. Me di cuenta de que las apariencias sí engañan, pero no porque te vistas como un vagabundo o hables diferente. No siempre la apariencia externa refleja la verdadera esencia. A veces, quien mejor viste, quien sonríe con mayor dulzura, quien habla con palabras suaves y se presenta como amigo... es el que tiene el puñal más afilado para clavártelo por la espalda. Yo me conformo con que, en el mejor de los casos, solo una o dos personas conozcan mi verdadera esencia... tal vez. No puedo negar que, aunque quisiera, sigo siendo de esas personas que juzgan un libro por su portada. La sorpresa fue mayúscula c

