Cuando Ezekiel lo recostó delicadamente sobre la cama, luego se alzó alejándose para quitarle el resto de sus prendas hasta dejarle completamente desnudo. El príncipe Dorian le observó alzando una ceja ante los movimientos lentos con los cuales les desvistió.
—¿A qué viene esta repentina delicadeza? —indagó con curiosidad.
—Solo quiero ser atento en tu primera vez —explicó Ezekiel y se agachó ante el omega dominante.
Levantándose sobre sus codos, Dorian abrió sus piernas sin timidez alguna y observó al falso alfa entre ellas. Pasando de su m*****o semi erguido.
—No quiero que seas delicado conmigo, solo tómame como harías con cualquier persona —ordenó.
—Pero no eres cualquier persona.
—¿Por qué? ¿Porque soy un príncipe?
—Sí, y porque también eres el hombre más hermoso, decidido y ho
