Capítulo 2

2499 Words
Dejando el palacio cristal, tras haberle hecho una larga visita a su hermano menor, Dorian recorría el jardín que unía ambos palacios con lentitud, tomándose su tiempo para apreciar el silencio y admirar el hermoso paisaje de las coloridas flores pintadas con el anaranjado color del atardecer. Era una hermosa vista que, muy pronto, no podría apreciar debido a las lluvias que llegarían a su isla por la temporada de invierno. Y a pesar de ello, aunque pareciera que el omega dominante se encontraba apreciando todo, la verdad era que su mente se encontraba a miles de kilómetros en ese momento, con su lobo extrañamente inquieto en su interior. En un principio, Dorian pensó que esa extraña inquietud que apareció últimamente en su lobo fue debido a que, con el tema de la planeación de su cumpleaños y su trabajo como príncipe heredero, no tuvo tiempo disponible para visitar a Nevian, lo cual comenzó a colocarlo inquieto ante esa venita de sobreprotección que desarrolló con su hermano menor desde el accidente. Pero, a pesar de que le había visitado unas largas horas, llegando incluso a cambiar junto a él y recorrer el jardín de Nevian, aun así, cuando dejó el palacio de su hermano, su lobo siguió sintiéndose algo extraño e inquieto. Observando una banca desocupada que miraba justo hacia el atardecer, por donde el sol se estaba ocultando entre las montañas, Dorian se acercó y tomó asiento en este. Tomando una profunda respiración, relajó su cuerpo y elevó todos sus sentidos, en un intento de averiguar qué era lo que estaba mal con ellos, ¿qué era lo que inquietaba a su lobo? Si sacaba cuentas del momento en exacto en que había comenzado dicho cambio en este, Dorian señalaría sin dudarlo su pequeña travesura, la cual terminó con un agradable viaje a la ciudad con su identidad oculta, en donde descubrió todas las maravillas con las que contaban los humanos. Y sí, era cierto que como manada, gracias a su conexión con la manada Von Kleist, contaban con ciertas comodidades tecnológicas que otras manadas ni siquiera sabían de su existencia aún. Tales cosas como, los paneles solares, los teléfonos celulares, la electricidad, y su arquitectura eran un lujo con los cuales no muchos contaban debido a su horrible distancia con los humanos tras la decisión de sus antepasados por separar ambas especies para preservar a los hombres lobos. Y aun así, a pesar de la tecnología con la que contaban, todo lo suyo no era nada a comparación con todo lo que tenían los humanos. Cuyos avances en diferentes áreas, incluso terminaron beneficiando a su hermanito Nevian, ya que, si no hubiera tenido esa escapada, no habría descubierto el sistema braille, el cual permitía que personas ciegas o con dificultad visual pudieran leer y escribir. Fue gracias a ello que pudo volver una segunda vez y conseguir algunas cosas por el bien de su hermano, pero lamentablemente, antes de que pudiera tener otra escapada, su trabajo como príncipe heredero y sus propios padres le prohibieron el paso, sin darle la oportunidad de volver a dicho lugar. —Y fue entonces... Que te comenzaste a sentir inquieto —reconoció. Alzando su mano derecha, el omega dominante la apoyó en su pecho y se observó a sí mismo con el ceño fruncido. —¿Es por eso que estás actuando tan extraño últimamente? ¿Es debido a que extrañas los ice americano? ¿Las cafeteras? ¿Las atracciones de allá? ¿O toda su tecnología novedosa? Por supuesto, a pesar de sus preguntas, Dorian no obtuvo respuesta alguna de su lobo más que un simple movimiento de orejas, pero solo eso fue necesario para el omega dominante. Claramente, había algo en la ciudad llena de humanos que había capturado la atención de su animal sin que se diera cuenta, y al alejarse por tanto tiempo, comenzó a colocarle inquieto. —Bueno, considerando que cuando estábamos por allá podíamos hacer lo que quisiéramos sin una mirada sobre nuestro trasero, te comprendo totalmente. Sin contar que nos faltaron varias cosas para probar, desde comida, electrónicos, atracciones, etc. Seguramente eso es lo que te tiene así, ¿no? Inclinando su cabeza hacia atrás, el príncipe Dorian dejó escapar un largo suspiro y cruzó sus brazos. A pesar de que ya había descubierto la razón del extraño descubrimiento de su animal, la verdad es que no logró gran cosa con ello, ya que no tenía excusa alguna para volver a la ciudad. Con todos los libros de braille que le había regalado a su hermano, más unos audios libros, no podría usarlo de excusa para volver. —A menos que... Tocando el bolsillo de su pantalón, una sonrisa se estiró entre esos labios rosa pálido con forma de corazón al recordar la video cámara que Rhys le regaló para su cumpleaños. La conversación que tuvo aquel día con el príncipe Caspian había sido algo irritante ante su tono de sabelotodo, pero la información que compartió sí fue de importancia. La compañía con la cual Caspian había firmado, estaría compartiendo con él tecnología en diferentes áreas que lo ayudarían a mejorar aún más la calidad de vida de su manada, incluyendo por supuesto, la salud. Tal vez, si abogaba por ese lado, tenía una muy pequeñita posibilidad de convencer a sus padres que le dejen viajar a la ciudad para hacer un trato con los humanos, donde podrían obtener más beneficios para los miembros de su manada. Por supuesto, abogando también mejorar la calidad de conexión para poder hablar con Rhys cada vez que quisieran hacerlo. —Bueno, intentándolo no pierdo nada más que recibir un rechazo. Con la decisión ya tomada, el príncipe Dorian se levantó de la banca y cambió de dirección hacia el palacio real, en donde esperaba que sus padres pudieran concederle una reunión. Al llegar al palacio, tras presentarse, el príncipe Dorian tuvo que esperar unos minutos a que sus padres terminaran con una reunión antes de poder hablar con ellos. En cualquier otro momento, el omega dominante simplemente se habría dado media vuelta y habría aparecido en otro momento, sin estar dispuesto a quedarse esperando, pero... Como deseaba pedirle algo, tener un poco de paciencia no le mataría. Para cuando el guardia real finalmente le permitió entrar, Dorian fue guiado por uno de los tantos empleados que trabajaban en el palacio central hasta el lugar donde el alfa rey y la reina luna se encontraban. Deteniéndose ante la sala de estar personal de su madre, los guardias que custodiaban las puertas de cristal le abrieron, e hicieron una reverencia completa hacia el príncipe heredero. —Buen trabajo. Con esas palabras, el omega dominante se internó en la habitación de un solo piso, compuesta por altas paredes que estaba rodeada de grandes ventanales, permitiéndole así que la poca luz del atardecer que quedaba, se colara en el interior, reflejándose en el brillante piso. Observando a su alrededor, buscando a sus padres, Dorian inmediatamente los encontró sentados cómodamente en el juego de sofás en una esquina, luciendo totalmente relajados en lo que disfrutaban de unos pequeños aperitivos en un dulce juego tonto de alimentarse entre ellos. La imagen en realidad era digna de enmarcar, ambos bien vestidos sentados cómodamente frente a una pequeña mesa repleta de distintos aperitivos, reflejando su intenso amor que, hasta ese día, seguía siendo tan intenso y leal como el día en que se conocieron. Incluso el contraste entre ellos lo volvía una pareja atractiva y perfecta, ya que mientras su padre era de cabello castaño cálido y ojos café claro, su madre era toda rubia y de ojos azules. Y gracias a que ella era una omega dominante, tanto Dorian como Nevian nacieron con sus rasgos físicos siendo una exacta copia de ella. Sin dudarlo, Dorian se acercó a ellos interrumpiendo su momento amoroso y tomó asiento en el sillón individual. —Buenas tardes, madre, padre. Espero que hayan tenido una tarde tan estresante como mi día —saludó con tono alegre. —Tan encantador como siempre —sonrió su padre, ofreciéndole un pastelito. —Creo que nuestro día ha sido mucho más estresante que el tuyo, considerando que despejaste tu tarde para visitar a tu hermano —comentó su madre. —Gracias a que ciertas dos personas se les ocurrió utilizar mi cumpleaños como una excusa para buscarme pareja, tuve unos ocupados días ayudando con la planeación de dicho evento, lo que me alejó por unos largos días de Nevian —comentó observando a ambos. Removiéndose un poco en sus asientos, la pareja se sentó más en el borde del sofá, enderezando su espalda. Al menos, su rostro expresaba algo de culpa. —Fue mi error, no calculé realmente cuántas invitaciones enviamos —aceptó el alfa. —También tuve culpa por no organizar bien nuestro tiempo, si lo hubiera hecho no habrías tenido que ayudarnos y todo hubiese resultado en una sorpresa —aceptó la omega dominante mayor. Entonces, una gran sonrisa se estiró en el rostro de su madre y el interés brilló en sus ojos azules. —Como tal, deberías de darnos una buena noticia y decirnos si el esfuerzo de los tres valió la pena —comentó casualmente. —Por supuesto que valió la pena. Fue una fiesta maravillosa e hicimos contactos con otras manadas cercanas, retomando incluso algunas que alejamos en el pasado —indicó. Ignorando abiertamente la expresión de sus padres, Dorian tomó otro aperitivo de la pequeña mesa de centro y le sonrió a ambos en lo que disfrutaba del dulce. —Por favor, sabes perfectamente a lo que nos referimos —bufó su padre—. No seas malvado y dinos si algún alfa logró llamar tu atención. —O cualquier persona, en este momento ya no somos tan exigentes como en un principio —añadió su madre. —Créanme, si alguien hubiera logrado realmente llamar mi atención, serían los primeros en enterarse. —¿Realmente nos dirías inmediatamente? —preguntó Aran. —Yo no, pero sí su pequeña informante —aclaró—. Es bastante obvio que le pidieron a Sadie que les informara sobre cada persona a la que le prestara atención. Aunque fue una buena elección, ya que es la única que pasa todo el tiempo conmigo, debieron de haber considerado que ella es pésima para ocultarme cosas. Soltando un profundo suspiro, la reina luna observó a su esposo con pesar. —Te dije que se iba a dar cuenta. —Bueno, era nuestra mejor opción. Si hubiéramos puesto a un guardia que lo siguiera y vigilara, lo habría descubierto más temprano que tarde y lo peor es que hubiese terminado enojado con nosotros. Y un Dorian enojado no es agradable, tiene un humor peor al tuyo, amor —expresó el alfa rey. Luciendo ligeramente indignada, Leatrice presionó sus labios y observó a su hijo. —Se supone que los hijos solo sacan lo mejor de sus padres, ¿por qué tú no lo hiciste? —Seguramente por eso me presenté como un omega dominante al igual que tú —argumentó con una dulce sonrisa. —Tiene un punto ahí, para ser un omega dominante necesita carácter —asintió su padre. —Aran, será mejor que cierres la boca, ya me estás molestando —ordenó la reina luna, observando a su esposo con cierta irritación. Sonriendo dulce, el alfa corrió aquellos mechones rubios de su amada y luego empujó un aperitivo a su boca. —No te enojes, amor, sabes que te amo —expresó y se acercó para besarle. —Por favor, muestras de amor dentro de la habitación —pidió el príncipe Dorian con tono quejoso. —Pajarito —suspiró su madre y le observó curiosa—. ¿Por qué has venido entonces? —El príncipe Caspian me dio información interesante al momento de entregarme la video cámara —anunció sonriente—. ¿A caso sabían ustedes que no hace mucho firmó contrato con una empresa humana que le está ayudando con su tecnología? —Creo que de momento estamos bien con la tecnología que tenemos en este instante, todos tienen una vida cómoda —expresó su padre. —¿Y si les dijera que la empresa con la cual Caspian firmó contrato, es tan diversa que nos puede ayudar a tener una mejor conexión y señal para hablar y ver a Rhys cuando queramos, hasta tener cierta tecnología que ayuda en la salud? —cuestionó—. Algo como, el equipamiento que los médicos no estuvieron pidiendo tras volver al terminar sus estudios en la ciudad. Suspirando, la reina luna enderezó sus hombros y cruzó sus brazos sobre su pecho. —¿Qué es lo que quieres exactamente, Dorian? —Quiero que me dejen ir a la ciudad y hablar con esta empresa para ver qué es lo que nos puede ofrecer para nuestra isla —explicó yendo directo al punto—. Siento que sus productos podrían ayudar no solamente a los miembros de nuestra manada, sino que también a Nevian. Por lo que vi, en la ciudad es más común que entre los hombres lobos que una persona no pueda ver, llegando incluso algunos a nacer con esa condición. —Aunque es bueno que estés pensando tanto en la manada como en tu hermano, no debes de descuidarte a ti mismo, cariño —indicó su madre, relajando su postura. —Es cierto, ya tienes ventéis años, sabes que mientras más tiempo pases solo y sin un ancla, más peligroso será para ti —apoyó su padre—. Creo que primero deberíamos de concentrarnos en que encuentres alguien adecuado para ti, y luego pensemos en los demás. —Mi lobo se encuentra en perfectas condiciones, puedo hacer esto —aseguró Dorian. Contemplando la determinación en aquellos resplandecientes ojos celeste, la reina luna lo pensó un momento y luego tomó la mano de su esposo. Admirando como sus padres hablaban entre ellos atreves de su enlace mental gracias a su lazo, Dorian esperó lo más paciente que pudo para obtener la respuesta que esperaba. —Bien, lo haremos de la siguiente forma —anunció el alfa. —Te dejaremos ir a la ciudad para hablar con esta empresa, pero queremos estar informados en todo momento, y lo más importante, es que el príncipe Caspian es quien debe de llevarte y hacer la conexión —ordenó su madre. —Puedo hacerlo —asintió, sonriente. —Pero hay una condición —interrumpió su madre. —Por supuesto que sí —pronunció entre dientes—. ¿Cuál? —Independientemente de cómo resulte tu viaje a la ciudad, ya sea que firmemos o no un contrato con dicha empresa, queremos que al volver, te concentres en buscar a una pareja adecuada para ti —explicó su padre. Sonriente ante la fácil condición, Dorian se levantó y estiró su camisa. —Creo entonces que debo comenzar a molestar al príncipe Caspian para que arregle todo —anunció—. Acepto su condición.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD