2° Mercenario

2595 Words
Bruno  Estoy camuflado con la oscuridad, nadie se percata de mi presencia. Estoy en la platabanda de un edificio, nadie podrá tener pruebas de que llegué a entrar a este edificio ya que literalmente llegué saltando a su platabanda. Pedí una reservación en un hotel que está unos dos kilómetros de aquí, las cámaras de ese edificio me graban como entro a mi habitación, pero en ningún momento filma cuando salgo, y es que no hay cámaras en el exterior de las ventanas. Con mi equipo de maniobras me traslado al edificio que está al frente, y como si fuera Spider-man me traslado de edificio en edificio hasta que llego a donde estoy ahora. Soy muy sigiloso, he aprendido a caminar con botas sin hacer algún tipo de sonido, y en la práctica he aprendido que los caminos fáciles te llevan a ser descubierto rápido, es por eso que me tomó mi tiempo para hacer las cosas sin levantar ni una pizca de sospecha de que yo esté involucrado en alguno de mis ataques, como lo es ahora. Ya son las dos de la madrugada, no hay casi gente en las calles ya que apenas es martes. En ese preciso momento va saliendo Giovani Novikova junto a su séquito de guardaespaldas, que lamentándolo mucho hoy perderán sus trabajos, incluso me atrevo a decir que hasta sus vidas van a perder. Él es uno de los narcotraficantes que están siendo una soberana molestia para mi cliente. Ese es el motivo de mi presencia, se me ordenó aniquilarlo, y eso es lo que haré. Afortunado, tendrás una muerte rápida, casi que sin dolor, cuando en realidad mereces una muerte atroz por todas las personas que has asesinado y torturado para aumentar tu negocio; pero en fin, ese no es mi problema, mi misión es acabar con su vida. Tomo mi rifle, apunto al cerebro de ese infeliz y antes de que alguno de sus guardaespaldas se de cuenta del punto rojo que está en la frente de su jefe, aprieto el gatillo y le vuelo los sesos en menos de un segundo. De inmediato todos sus hombres se apresuran a asegurar el perímetro y mirar a su alrededor para encontrar el culpable del disparo, pero son muy lentos, ya para eso yo estaba volando por los aires para devolverme a mi habitación de hotel. Apenas llego guardo las cosas en mi maleta, me desnudo y sin más me sumerjo en la tina para contener la respiración, eso para mi se ha convertido en un ritual, es una forma de darme un auto consuelo por lo que hice, mientras que unos se auto flagelan para castigarse por sus pecados, yo aguanto la respiración al punto de casi desmayarme para castigarme por lo que hice. Yo no entrené con tanta vehemencia para solo ser un asesino asalariado, me entrené para defender mi nación, para proteger a mi gente y si debía matar a alguien, sería para acabar con quienes ponen en peligro la seguridad de gente inocente, y en el peor de los casos para defender a mi nación en una guerra, pero en ese caso no sería para defender a Rusia, sino a mi patria, Francia. Flash back Era un día soleado, Mi uniforme de gala militar me hacía lucir… Decente… —Brandom Durand. Escucho mi nombre y me dirijo a la tarima para recibir mi condecoración. Hoy soy nombrado capitán. Desde que me gradué de la academia militar mi participación en el ejército ha sido muy activa, pertenezco a la unidad de fuerzas especiales, he defendido a mi nación en muchísimas misiones, en muchas de ellas salí herido, pero el dolor de mis heridas me dieron más orgullo patriótico del que ya tengo. Hoy recibo una de las recompensas que me merezco por defender a mi nación. 6 meses después. En muchas de nuestras misiones está el apoyar a otros países aliados que están pasando por problemas políticos. Pero hoy es un poco diferente, estamos en Siria, la situación aquí es tensa y mi equipo no está para luchar a favor de algún bando, solo estamos para mantener la seguridad de una delegación de la ONU. En esa misión la conocí a ella, Clara, una médico militar que estaba sirviendo en Siria desde hace unos cuantos años. Apenas vi sus ojos castaños me enamoré de ella, pero al ver su esmero por tratar a las personas más desfavorecidas del lugar, al punto de arriesgar su rango, su esencia se tatuó en mi alma. Cuando regresé a Francia no dude ni un instante en pedir mis vacaciones para volver a Siria pero esta vez para pedirle que saliera conmigo. Valla que fui afortunado cuando ella pidió volver a servir en Francia para así poder formalizar una relación. Esa mujer de ojos castaños, cabello n***o y piel blanca como porcelana se apoderó de mis sentidos como si me hubiera amarrado con un hechizo. ****** —¡Tolmiros!, aquí está mi campeón, de verdad que fuiste implacable. Al día siguiente de haber asesinado al narcotraficante me reuní con mi cliente. Un empresario de los grandes de Rusia, el señor Sokolov. Ninguno de mis clientes sabe el nombre que usó en este país, Bruno, y mucho menos mi verdadero nombre, Brandom. Ellos me conocen como Tolmiros, que significa audaz en griego. —Como le aseguré, ninguno de sus hombres va a dar conmigo, y en consecuencia, nunca podrán acusarlo de la muerte de ese hombre. —¡Sabía que podía confiar en ti!, ¡Ey!, sírvanle un trago a mi campeón. —Con todo respeto señor, me temo que tendré que rechazarlo, en estos momentos tengo mucha prisa, me gustaría que finiquitemos el pago de una vez para poder retirarme. Sokolov me vio con una sonrisa hilarante, luego sacó un sobre y lo lanzó a la pequeña mesa de centro que nos separaba, de inmediato la tomé y abrí el contenido, al ver lo que estaba dentro no pude evitar colocar una cara de confusión. —¿Confundido?, no deberías, ese bastardo está involucrado en muchos conflictos bélicos. Era la foto de un Senador de Rusia, además de los movimientos de unas transacciones donde se veían claramente como este Senador transfirió una jugosa cantidad de dinero a un hombre, que por supuesto reconocía, era uno de los bastardo de quien estoy tras su pisada por ser uno de los culpables de la muerte de mi familia. En ese documento se veía que la fecha de la transacción coincide con el día del asesinato. —¿Por qué el Senador tendría que pagar para matar a un simple médico militar? ¿Y por qué tanto dinero? —Hijo, ¿En verdad crees que todo fue para matar a tu esposa?, no hijo, tu esposa de seguro fue una de las muchas personas que tenían que aniquilar, sabrá Dios en qué asunto estaba envuelta que tú desconocías. Pero si el Senador está involucrado en esto, ten la seguridad que estás detrás de un monstruo de siete cabezas… y hasta ahora solo has estado detrás de sus pisadas, ni siquiera has conseguido aproximarte a ellos. Él tenía razón, tengo más de cinco años buscando pistas para descubrir quién es el culpable de la muerte de mi familia, y cada vez que estoy seguro que voy atrapar al culpable, me doy cuenta que todo era una trampa, y nada de lo que había investigado tenía sentido, siempre caía en el mismo lugar como si estuviera caminando en círculos. Los culpables no eran unos amateurs, era algo mucho más grande de lo que creo, pero eso no me va a detener de seguir buscando al culpable, los encontraré cueste lo que cueste. Me levanté de mi asiento y guardé el sobre en mi chaqueta. —Gracias por la información. —¿Eso es todo?, ¿Cómo quieres que te pague el resto? —Déjalo como un favor que me debes para el futuro. —¡¿Otro?!, Tolmiros ¿Tienes idea de cuantos favores te debo? No le respondí, solo le di una media sonrisa, me despedí de él con un saludo militar y me largue de ahí. Tengo tres formas para cobrar por mis servicios. Dinero, información y favores. Si la persona me ofrece una información que para mí será importante, reduzco la cantidad que me tiene que pagar, pero en algunos casos, como lo es Sokolov, mis clientes tienen cosas que el futuro me servirá, es por eso que lo dejo como un favor que me tienen que hacer cuando yo lo necesite. Sokolov era uno de mis mejores clientes, siempre estaba solicitando mis servicios y al ser un cliente recurrente y con un gran acceso a información el es una de las pocas personas que saben de mi vida pasada, que soy un francés acusado injustamente de traicionar a su país en busca de los bastardos que mataron a mi familia. Trato de encajar la nueva pieza del rompecabezas que me dieron. ¿Por qué el Senador estaba involucrado en este asunto?, Si en verdad mi esposa no fue la única en ser eliminada ¿Qué estaba haciendo ella para que la tuvieran que aniquilar? ¿Será que estaba en una misión en cubierto?, imposible, Clara era un médico militar, no estaba involucrada en asuntos más internos de la seguridad nacional. —¿Bruno? Una voz familiar me sacó de mis pensamientos. —¿Maya? Era ella, solo que lucia muy diferente, tenía una cola de caballo, unos jeans ajustador, con una blusa manga larga tejida color amarillo, además que traía unos lentes enormes. Era una imagen muy diferente de la noche anterior, pero sí que lucía igual de hermosa. —Si, soy yo, qué bueno verte. —Lo mismo digo… Vaya, de verdad me costó un poco reconocerte, te ves diferente de aquella noche. —Es que el hechizo era hasta las doce. Ambos nos reímos por su chiste. —No, no, no digas eso, te ves igual de hermosa, solo que es una belleza diferente. —Gracias —Maya me miró con sus hermosos ojos esmeraldas llenos de brillo, mordía su labio inferior como si estuviera tratando de armarse de valor para hablar–. heee… ¿Será que…?, ¿Estas… humm? —¿Quieres que vayamos por un chocolate caliente?, no se tu, pero necesito algo caliente. Ella abrió totalmente sus ojos y de inmediato soltó su bella sonrisa. —¡Claro!, me encantaría. Fuimos por un chocolate caliente y una torta de zanahoria, Maya me contó de su día en la universidad y cosas triviales, de nuestros gustos. Entre ambos hubo varios contactos físicos. Todo iba muy bien, hasta que comenzó a hacerme preguntas personales. —Dime Bruno, ¿De qué país eres? —¿Por qué no crees que soy ruso? —Tu acento te delata, hablas muy bien el idioma, pero el acento es algo que nunca podremos eliminar del todo. —Veamos, trata de adivinar de dónde vengo. —Huummm, ¿Italia?... ¿Francia? —Bingo. —¡Con qué francés! Y que te trajo a Rusia. ¿Cuál es tu historia? Esta es una de las razones por las cuales no creó amistad con nadie, para no tener que responder preguntas como está. Ahora que lo pienso, no se porque estoy aquí con ella, yo no soy así, cada vez que se presenta la oportunidad de estar con una mujer, mi tiempo de conquista y llevarla a la cama es de HORAS, ese día que la conocí era la única oportunidad que tenía para acostarme con ella, después de eso me olvido de la chica si no se dio nada, para evitar momentos como este, pero no, le propuse venir a tomar chocolate, ¿Qué me pasa? —Trabajo, se me presentó una oportunidad de empleo muy buena y fue imposible rechazarla. —¿En serio? ¿Dónde trabajas? Demonios, piensa, piensa. —Trabajo directamente con el empresario Sokolov, ¿Lo conoces? —¿Quien no conoce al dueño de la cadena SK? —Cierto, él es muy conocido. —Yyyy… ¿Viniste solo?… o … ¿Viniste con tu esposa? Sus manos y su expresión en su rostro evidenció su nerviosismo al formular la pregunta, se veía increíblemente tierna. —Vine solo, soy soltero. Ella sin poder controlarse, aguantó una sonrisa de victoria mordiéndose los labios y mirando a los lados… ¿Cómo puede ser tan hermosa? Sin pensarlo, me incliné hacia ella dejando pocos centímetros entre nuestros rostros. Podía sentir su respiración. —¿Y tú?... ¿Eres soltera? o ¿Ya tienes novio? Su rostro se puso rojo y sus ojos no sabían si ver a los míos o a mis labios, estaba nerviosa, esta segurísimo que iba a responder tartamudeando, pero esta fascinante mujer me sorprendió con un beso. Esta vez era yo el que estaba sorprendido, no solo porque ella me haya besado, sino porque se sentía tan electrificante, era un beso simple, pero me estaba quitando todo el oxígeno. Ella se alejó de mí y solo pude ver sus hipnotizantes ojos esmeralda. —Lo siento, no pude evitarlo. Maya iba a mirar a otro lado, pero no se lo permite, la tome por su mejilla y la traje hacia mi para seguir probando esos magnéticos besos que esta adorable mujer me estaba dando. Esta vez el beso no fue nada casto, fue apasionado, lleno de energía, sus labios eran dulces, podía sentir el sabor a chocolate. No se cuanto tiempo paso, pero lo único que me importaba era que nuestras lenguas estaban conociéndose de forma muy dinámica. Hasta que ella me alejó para poder recuperar un poco el oxígeno. —Estamos en un lugar público. Me dijo entre jadeos. —¿Quieres ir a un lugar más privado? —Me parece bien. La tomé de la mano y salimos del local, pero en ese momento ella recibió una llamada. —Lo siento, me acaban de llamar del trabajo, es algo urgente… me tengo que ir. —¿En serio?, qué pena, tranquila ve. Con ojos tristes me respondió. —Tienes mi número, cuando quieras llámame y así marcamos un lugar para vernos, ¿Te parece? —Claro, es más, déjame llamarte .—Saqué el teléfono y le marqué—. Ese es mi número, guárdalo y llámame cuando termines, ¿Te puedo pasar buscando? —Me encantaría. Maya se acercó a mí, se alzó de puntillas y me dio un beso que por supuesto le correspondí. —Nos vemos. —Nos vemos. Vi a Maya marcharse y en el momento que me di la vuelta escuche como una camioneta frenó bruscamente y seguido de eso, vinieron los gritos de Maya. Apenas voltee vi claramente como unos hombres vestidos de n***o estaba obligando a Maya a entrar en una Vans negra, hasta que uno de ellos le colocó un trapo blanco en la cara haciendo que ella se desmallara para así introducirla en la camioneta. Sin dudarlo dos veces corrí a su dirección pero cuando conseguí llegar a ellos ya estaban arrancando. Habían secuestrado a Maya, y dudo que en Rusia sea común que secuestren a profesoras universitarias. Así que mi lógica me decía que se la llevaron por mí. Quizás en mi trabajo de ayer dejé alguna huella que me apunta como sospechoso y la estaban usando como carnada. —¡Carajo! Es lo único que pude decir. No podía permitir que a Maya le pasara algo malo por mi culpa, ella es inocente de todos los pecados que he cometido. ¡Tengo!… ¡Tengo!... Tengo que salvarla.
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