Duele, pero se puede soportar, el tiempo todo lo cura, todo se olvida y con la misma distancia se hace magia entre dos corazones que fueron lastimados a morir, pero hay momentos en la vida que llegan a nosotros personas que saben sanar y todo se vuelve del revés y nuevamente ese corazón de piedra vuelve a latir en el medio del pecho haciéndose sonar con intensidad.
Una segunda oportunidad se debe de conceder a cualquiera, porque nadie dijo que un ser humano no debe cometer errores, fallar significa crecer, caer es levantarse después, y enamorarse para olvidar es igual que olvidar y volver a amar.
Él: un árabe duro y con un gran dolor que nadie conoce excepto él mismo, lo lastimaron a tal punto que no volvió a enamorarse de nadie más hasta que apareció ella.
Ella: una joven que luchó para sobrevivir y con un pasado peligroso, pero para ella los hombres son todos iguales, no hay ni uno que la haga cambiar de opinión hasta que conoció a él.
Una historia que nos dejará una gran enseñanza de vida. Un amor que romperá barreras y cruzará fronteras para hacernos entender que cualquiera puede arrepentirse y volver a comenzar.
Una estrategia que los llevará a enamorarse uno del otro, no hay seducción letal que la que lanza cupido con su flecha entre dos personas, y no hay hombre que se resista a la chica de los ojos verdes.
Todo depende de ella para cambiar al hombre de piedra, el que no tiene corazón y si lo hace bien le hará entender que no toda mujer merece su desprecio.
Un encuentro, una mirada y sobraron las palabras.
Todo estaba dicho, nada estaba hecho.
Historia de Adil y Dilay.
Obra completamente mía, está prohibido su copia o adaptación de ningún tipo.
Todos los personajes de esta historia son ficticios, cualquier parecido con una persona es pura coincidencia.
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