Alejandro estaba feliz de tener a Lucero con él, tenían sexo en cada esquina de aquella habitación, hasta dejarla con las piernas adormecidas, el día de la cita en la embajada llego, Alejandro pago para que la orientaran de que tenía que contestar, ella memorizó todo, están en espera de que la llamen, ella está tronándose los dedos, Alejandro la tranquiliza y le besa sus manos, cosa que ella se asombra. Cuando dijeron su nombre, le toco entrar sola, miro aquel americano sentado dentro de la pequeña habitación y fue en ese momento que los nervios la empezaban a traicionar, tenía ganas de salir corriendo, pero soporto la presión. Después de un buen rato dentro de aquella habitación por fin Alejandro la ve salir, miro la expresión de ella, pensó lo peor, ella tenía sus ánimos por los suelos,

