*HABLA, ALEJANDRO* Después de escuchar al doctor, decirnos el estado de mi capataz, realmente está chingado el problema, ella me queda viendo con sus ojitos de limpia mundo, que me la pone dura de inmediato, trato de disimular las ganas que ella me provoca, así que le dije que pagaría tres días de su estadía en la clínica y después de que habláramos y si logramos llegar a un acuerdo mutuo, donde ella se beneficiará y podrá darle el tratamiento a su padre. Yo asumiría toda la responsabilidad sobre ellos. El doctor le dio permiso para que esta a solas con su padre. —Papá, que tristeza me da verte así, quiero verte sano y trabajar como siempre, no en esta cama entubado e inconsciente, quiero oír tu risa y elogiarme cuando hago las cosas bien, por favor no me vayas a dejar. La escucho llora

