Dalia (POV)
- Manuel quiero pedirte un favor- le dije mientras posaba mi mano sobre su rodilla, y recorría su muslo hacia su entrepierna.
Mis ojos lo observaban atentamente, y parecía que decían más que mis palabras, no terminé mi petición cuando él se abalanzó sobre mí, tomando mis labios por sorpresa. Mi primer beso, su lengua pedía acceso y se lo dí, no sabía que hacer, fué instinto, arropar su lengua con mis labios y mi lengua jugando con la suya. Él era hábil, ya me tenía casi recostada en el sillón, sus manos ya habían pasado la barrera de mi blusa y estaban desabrochando mi brassier. En un instante tenía mi pezón entre sus dedos, no sé cómo pero mis manos estaban acariciando su espalda, hombros y cuello, acercándolo más a mí. Una sensación en mi vientre y mi parte íntima comenzó a surgir, como una necesidad, ansiedad o vacío, pero no sabía de qué.
Comenzó a desvestirme, pero lo detuve, lo empuje, me puse de pié y le tomé la mano y lo llevé a mi recámara. La fiesta había sido en mi casa, así que estaba en mi territorio, tomaría todas las ventajas posibles.
Decidí irme desvistiendo yo misma, buscando generar esa tensión ante la espera y excitación al vernos. Él no era un Adonis, pero tenía lo suyo, y cuando llegó a sus pantalones, se los quitó con todo y boxers, y vaya que sí, hace honor a su reputación, era grueso, venoso y largo, casi llegaba a su ombligo, su m*****o estaba listo, su glande brillante y esperando atención. Cuando observó mi desnudes su lengua lamió sus labios, me acosté en la cama e inmediatamente se posó sobre mí, abrió mis piernas y comenzó a penetrarme, suavemente. El dolor era indescriptible, pero no podía parar, tenía esa necesidad, eso pedía mi interior, estar llena, ya no sentía ese vacío.
-Dalia estás estrecha- dijo entre gemidos- me harás terminar rápido-
No supe que decir, estaba concentrada en controlar el dolor, apretando mis piernas alrededor de su cintura y con mis manos apretando sus hombros. En un momento él salió de mí apretando su m*****o, y dando un masaje soltó un gemido ahogado y sentí un líquido caliente y espeso sobre mí vientre, y luego él cayó a un lado mío. Y mi ser se quedó expectante, pues mi ansiedad aún estaba latente..