Recordando tus caricias

Capitulo 3: Expectativas

Narrador

La vida de Dalia pasaba aparentemente como la de cualquier universitaria, entre estudios, tareas, amigos, deporte y alguna que otra fiesta.

Después de su primera experiencia, que la había dejado no del todo satisfecha, ya que sabía que había sensaciones que faltaba por descubrir; tenía una pregunta más por resolver ¿sexo y amor pueden ir de la mano? ¿cómo sería esa experiencia?

Sabía que el amor no lo iba a encontrar en el circulo en el que se encontraba. Ella estudiaba ingeniería, rodeada de imbéciles en materia de relaciones amorosas, pues seguía invitando a su casa a sus amigos (sólo varones) para platicar y compartir unos tragos (a veces botellas), ella sabía tomar, nunca perdió el control, nada que ver con algunos de sus amigos que más de una vez su perdida de control los hizo externar sus experiencias sexuales, por lo tanto ellos no eran considerados materia disponible para sus propósitos sexuales y amorosos. Aunque de vez en cuando obtenía uno que otro tip, muchas anécdotas interesantes, y era posible que algún día tomara alguno de ellos en cuenta para satisfacer sus necesidades.

Para entonces Manuel había salido de su radar, boda en proceso, a la cual no estaba invitada y tampoco era algo que quería, después de aquella vez, dejaron de frecuentarse, así que había aprendido que el sexo complicaba las cosas, pues ya no era lo mismo y menos frente a la novia de su amigo. Aunque él la buscó, varias veces, al parecer no había sentido lo mismo con nadie más, ni con su novia, pero Dalia sabía que esa relación no iba a durar, sólo era deseo y capricho que al consumirse se acabaría el interés.

Así que comenzó a ir al gimnasio, conoció a Alejandro, estudiante de arquitectura, alto, moreno, esbelto, músculos marcados, olor delicioso, maderoso con un toque de cítricos. Los encuentros eran solamente saludos, miradas, roces pudorosos y accidentales, pero que denotaban tensión s****l. Pero nunca pasó de ahí, y Dalia comenzaba a desesperarse. Así que tomó acción decidida y directa pidió salir con él, sabía que sus miradas y encuentros no eran casualidad. Sin embargo con un poco de tristeza en su cara Alejandro expresó tener novia aunque aceptaba salir con ella. Dalia no estaba dispuesta a repetir ese error, así que lo dejó por la paz.

Decepcionada con un poco dañada su dignidad, se alejó.

Pero no iba a detenerse, ahora el mundo está a un solo click de comunicación. Ahora intentaría buscar a alguien en una pecera más grande: el mundo cibernético. Todo aquel que estuviera conectado, tendría la posibilidad de compartir la expectativa amorosa y s****l de Dalia.