Capitulo 1 – Regreso a “Casa”
22 de diciembre
Los nervios me consumen como hacia mucho tiempo que no lo hacían mientras que espero mi vuelo en el muy transitado aeropuerto John F. Kennedy de la gigantesca ciudad de Nueva York mejor conocida como la jungla de asfalto donde los sueños se hacen, tal y como dice aquella famosa canción de Alicia Keys…
No es fácil regresar a la que fue mi casa después de tanto tiempo, pero aquí estoy con el corazón latiendo a mil y con muchas ganas de ver a mi familia después de tanto tiempo —Pasajera Génesis Alcalá por favor de presentarse en la compuerta 81— me llaman por el altavoz tanto en español como en ingles mientras que estoy esperando por mi vuelo. Observo la hora en mi celular y no comprendo que sucede, falta más media hora para que salga mi vuelo y hasta donde yo sé, todo está en orden. Tomo mi bolsa, mi maleta de mano, y voy hacia el mostrador donde están los auxiliares de vuelo, y pacientemente para que me atiendan y después de que ellos me digan que me puedo acercar, lo hago —hola, me han llamado por el altavoz — Le explico al hombre de cabello n***o y ojos haciendo juego que está del otro lado.
—¿Usted es Génesis Alcalá? — me pregunta amablemente.
—Sí, soy yo ¿ocurre algo? — cuestiono un poco preocupada.
Él me sonríe de manera cordial —su pasaje ha sido ascendido a primera clase, ¿me podría enseñar su identificación para darle su nuevo pasaje? — me informa y no quiero pensar que ha sido quien yo creo que fue…
—Sí, aquí tiene— respondo y le entrego mi pasaporte.
El hombre lo revisa, me mira, y sonríe —muchas gracias, aquí tiene, podrá abordar en cuestión de minutos— me informa mientras me entrega mi nuevo pasaje.
—Gracias— Me limito a decir y me doy la vuelta para seguir esperando en otro sitio. Apoyo mi espalda sobre una de las tantas columnas que hay en este aeropuerto, busco mi celular dentro de mi bolso, y al ver su mensaje todas mis sospechas llegan a su fin.
//No podía permitir que la mujer más importante de mi vida viajara más de ocho horas en clase turista. Disfruta de las fiestas con tu familia, espero tu regreso mi amor. Te amo, Sergio. //
Sonrió como una tonta al leer su mensaje, e inevitablemente observo el anillo de diamantes que me ha dado anoche cuando me pidió que fuera su esposa, y es que aún no me lo creo…
//Yo también te amo, gracias por todo esto y por entender que debía regresar a ver a mi familia. Te extrañare cada día. //
Envió el mensaje e ineludiblemente los nervios se vuelven a apoderar de mí, más de diez años sin regresar a mi hogar, el mismo tiempo que llevo lejos de mi adorada Barcelona. Simplemente con pensar que volveré a pisar mi playa favorita, que volveré a mi antigua habitación, que voy a ver a mis compañeros de la escuela, y que finalmente voy a conocer a mis dos sobrinos, me hace sentir que este viaje será aún más emocionante de lo que ya era.
[…]
Ni la comodidad de los asientos de primera fila ni el exquisito champagne de cortesía hicieron que pudiera dormir. El insomnio, los nervios y la emoción se apoderaron de mi durante todo el vuelo haciendo que ni siquiera pudiera relajarme un poco y no creo que al pasar aquellas puertas de cristal esta sensación mejore.
—Bienvenida a Barcelona — Me dice el hombre que acaba de revisar mis maletas en aduana.
—Gracias— respondo amablemente y continuo mi camino hacia la salida.
Mi corazón late con tanta fuerza que apenas puedo respirar con normalidad. No sé cómo les diré a mis padres que me casaré y que ya no hay posibilidades de que vuelva a vivir aquí. Mi mente es un caos, pero no quiero que esto me quite la alegría que siento en estos momentos cuando al atravesar las puertas veo a mis padres esperándome con una enorme sonrisa tatuada en sus rostros y una pancarta bastante grande que dice “Bienvenida Hija.”
Les sonrió, voy a su encuentro rápidamente y cuando finalmente los tengo enfrente los abrazó a los dos a la vez como puedo, pero con la fuerza necesaria para que sepan que los he echado mucho de menos.
—¡Hija! — exclama mi madre y me abraza a solas con tanta fuerza que apenas puedo respirar.
—Mami, como te he extrañado. — digo ya con lágrimas en mis ojos y la suelto para verle mejor.
—Y yo a ti, pero mírate que preciosa estas. — Me dice acariciando mi cabello.
—Tú no te quedas atrás, te ves guapísima. — Le digo y acomodo mi cabello un poco mejor. —¿Y Rodrigo? — Pregunto mirando a mi alrededor.
—Tuvo que quedarse con Celina en la casa porque los gemelos estaban enfermos, pero de seguro los verás mañana. — Explica mi padre y luego se me queda mirando de una manera un poco extraña. —¿Y ese anillo? — Me pregunta sujetando mi mano.
Les sonrió —Anoche Sergio me ha propuesto casamiento y le he dicho que sí. — Les confieso sin rodeos, y claramente no esperaban esta noticia.
—¡No! — Exclama mi madre entre risas y vuelve a abrazarme —¡Felicidades! — Dice finalmente haciendo que sienta un poco de alivio.
—Gracias má— Digo mientras nos soltamos de este nuevo abrazo.
—Pero vaya... vaya… mi niña comprometida, al parecer mis dos hijos se han comprometido. — Comenta mi padre y me lo quedo mirando sin entender de lo que está hablando.
—Pa, ¿de qué hablas? Rodrigo hace como dos años que está casado. — Comento entre risas.
Mi madre niega con la cabeza de inmediato —No cariño, tu padre se refiere a su hijo adoptivo. — Explica y una sensación extraña me recorre por dentro.
—¿Hablas de Leo? ¿Aún siguen en contacto con él? — Pregunto haciendo memoria de la relación tan estrecha que mi padre y Leo tenían.
—Si hija, nos ha invitado a su fiesta de compromiso mañana, supongo que él no tendrá problemas en que tu vengas también. — Me explica y no sé ni que decirle.
—Supongo que no, pero ¿vamos a casa mejor y hablamos en el camino? — Propongo y comienzo a caminar con mis maletas hacia la salida del aeropuerto mientras ellos me siguen.
—¿Vas a ir?, ¿no? — insiste mi madre —A Leonardo seguramente le encantara verte. — Continúa diciendo.
—Sí, no veo porque no— es lo único que se me ocurre responderle en estos instantes.
«¿Cómo les explico que aquel último día de clases del liceo deje a Leo por irme a perseguir mis sueños a New York? ¿Cómo les explico que le he roto el corazón y que también he roto con el pacto que teníamos los dos?» Ellos ni siquiera sabían de qué Leo y yo fuimos novios, mucho menos de que lo deje ser el primer hombre en mi vida.
«Si tan solo lo supieran…»