Un mes paso demasiado rápido, los días se me fueron entre buscar apartamento que sea cercanos a la casa de mis padres, pero acorde a las necesidades de Steve, sin limite de presupuesto y yo sola, por que Lou se enfermó de gripe horrible y tuvo que permanecer en mi casa, acostada en la que era mi habitación, mi madre bromeaba sobre que ahora, su hogar era un hospital, porque a papá también le dio ese malestar y ella los atendía todo el día de la manera más amorosa que he visto. Era típico en ella, darse a más no poder, por los demás.
Steve salía en las mañanas y regresaba a veces al almuerzo familiar, pero la mayoría de veces solo volvía hasta en la noche, donde nos veíamos un rato, antes que el sueño lo venciera. Yo lo atendía sirviéndole la cena y ayudando a organizar su ropa del día si
