Un encuentro

1621 Words
La semana se pasó deprisa y solo me quedaban un par de trabajos para cerrar el ciclo de estudio, esos últimos días siempre son una locura, corres con mil actividades, sacas cuentas de los porcentajes, Lou y yo vivimos asustadas porque nuestras notas no pueden bajar del promedio o perderemos la beca y esa, no es una opción para ninguna de las dos. Llevaba exactamente 5 días sin ver y menos hablar con Steve, no fue difícil acostumbrarme a su ausencia, luego del fiasco del café y de oír como me sugería que me tomara un "tiempo" para pensar. Esos dichosos tiempos que la gente inventa para, sin remordimientos, dormir con otros o  no dar explicaciones de sus actos. También llevaba días sin ver a Cristian, mi ciclo del sueño había cambiado y vivía despierta prácticamente hasta las 3:00 am, para caer en coma somnífero, a partir de esa hora, sin lograr esperar hasta las 5:00 am, y poder espiarlo a lo lejos. Y, eso sí me estaba taladrando el estómago, solo deseaba saber de él, necesitaba inexplicablemente solo su presencia en mi vida. Irónicamente, la presencia de un desconocido. La cena fue lenta el último día de clases, me sentía prácticamente relajada luego de la última entrega, y tenía la paciencia suficiente para oír a mamá alardeando sobre su nueva amiga y  ver a papá blanqueando los ojos, sabíamos que se avecinaban un sin fin de recetas compartidas por la amistad y asados sociales; para luego darse cuenta que no era quien ella pensaba y terminar desechando todo impulso de mejores amigas, con rechazos constantes a las invitaciones de la fulana. -Saldré un momento mamá, Lou pasará a entregarme un documento. No oí respuesta negativa, tampoco la esperé. Tomé las llaves, el teléfono y un chicle del bolso y salí. Mientras Lou aparecía, en la espera que se hizo larga, verifique que mis padres no salieran y lo suficientemente oculta, encendí un cigarrillo, esos que a mis veintidós años eran aún prohibidos pero que a mí me aligeraban la presión y era justo lo que me faltaba en este momento para disfrutar a cabalidad, terminar el semestre con un promedio impecable. -No te hace justicia ese cigarro. Le oí demasiado cerca, como para evitar dar un brinco y dejar caer de mi mano el medio cigarro. -Una mujer hermosa, definitivamente se opaca con ese mal gusto. Busque sus ojos, lograba encontrarlos con facilidad por la manera en que los conocía. Al verlo de frente a mí, simplemente no podía hablar, me enmudecí y no sé si fue el efecto de sus ojos azabache o el olor de su cuerpo, o simplemente la combinación de toda la perfección que iniciaba en su cabello alborotado por el viento y recorría su cuerpo hasta esas perfectas piernas modeladas por su bicicleta. Pero lo tenia enfrente de mi y todo lo que soñé hacerle, simplemente se frenó. - ¿Perdón? - Refute tratando de sonar enojada.   - Ahora fingirás que no me conoces, luego de espiarme a diario. Lo sabe, por Dios, ahora si que me muera, ya no queda mucho por vivir.  Mi rostro se encendió instantáneamente con un rosa en mis mejillas, no podía creer que él lo supiera, peor aún, que pareciera disfrutarlo. - No sé de qué me hablas- Dije tratando de sonar lo menos nerviosa que pude. - ¡Mujer hermosa!  te sienta bien estar sonrojada, muy bien. Y como sacándome de mi sueño, oí al fondo de mi novela perfecta, de mi escena de amor tan esperada y anhelada, como siempre con su huracán tropical, a Lou gritando. - ¡MARRRRRRRRR! ¡RAPIDO NO TENGO TODA LA NOCHE! Sin dejar de verlo a los ojos, le hice una seña con la mano, intentando pedirle que esperara o explicándole que debía irme, sonreía tan tontamente que no era capaz de detenerme y casi tropecé al empezar a caminar hacia la loca que gritaba en el auto. Asintió con su cabeza. - Anda, te buscan… Será otro día, mujer hermosa, estaré esperando el encuentro. Y como si fuera irreal, dio media vuelta y se marchó ... Lou me exprimió la información en el auto, suplico un poco más de tiempo a su novio con tal de no omitir detalles sobre lo sucedido, pero fue tan efímero, que realmente no sabia que más decirle. -Es un avance amiga, ¿no crees? Aún no paraba de sonreír -Si lo es, no puedo negarlo Lou, pero también confieso que me da un poco de miedo enfrentarme a lo esto. - ¿A qué te refieres? Si esto es lo que más has anhelado, aunque seas hipócrita y digas que no. Le sonreí hipócritamente, como ella misma lo señalaba. Se marcho y entre a casa, no sin antes mirar a los lados, por si mi querida ilusión, quería hacer una nueva aparición en mi noche. Entre a mi casa y mi mamá estaba al teléfono con su nueva adquisición de amiga, papá concentrado en las películas de suspenso y acción que amaba. Caminé hasta mi cuarto sin que me notaran y ya en mi cama, escuché sonar mi teléfono, a regañadientes por tener que levantarme de nuevo, lo tomé para contestarlo, era un numero privado. -Hola Mar… Su voz triste me punzó el estómago. -Stev, es bueno oírte. ¿llegaste tan pronto? -No, aún estoy aquí, lejos de ti. ¿Cómo has estado? - su voz se quebró nuevamente- sin mí. -Te extraño, no puedo negarlo, eres muy importante en mi vida y ciertamente me haces mucha falta. Sabia que estaba mintiendo, que no era cierto, lo tengo claro, pero me duele hacerle daño, darle la espalda a su amor, cuando ha dado tanto en todo este tiempo por mí. No es justo desde ningún punto de vista. -No lo dices enserio, lo sé -Aunque su voz, sonaba ahora, un poco mas entusiasta. -No pienses eso, es lógico que pasemos por etapas, de eso se trata, me sorprende que no lo comprendas, teniendo en cuenta que dices ser el maduro de la relación. Escuche como reía y eso me aligero un poco el peso de su dolor. -Mar, es que no es una etapa, lo que esta pasando. Es simplemente que no amas lo que soy o lo que tienes conmigo, o sencillamente no me amas a mí. Tenia tanta razón, y si él mismo lo señalaba, por que me costaba tanto afirmarlo, si ya prácticamente esta resuelto todo. -No Steve, créeme que estás equivocado, las cosas no son así. Tal vez estoy un poco preocupada por que mi promedio ha bajado. -Mar son unas décimas, ni siquiera dejas de estar en 4. -Pero, si sigo así, pronto estaré en 3.8 y llegaré a 3. Después de eso, ya no me sentiré bien conmigo misma. Me sentiré… -Mediocre -interrumpió- lo entiendo. Entonces por que no me dejas ayudarte un poco más. -Si me ayudas más, ya te deberé el alma y algo más. -Me vas pagando Mar, de la manera en que sabes hacerlo. Reímos al tiempo. Un silencio cubrió nuestra velada telefónica. - ¿Estas con alguien más? -No, estoy en mi cuarto, sola. -No, me refiero a que, si ¿Tienes algo con alguien más? - ¿Cómo un amante? - contesté riéndome. -No es gracioso Mar. -Tú lo preguntaste -Responde entonces Nuevamente tuve la oportunidad de ser totalmente sincera y confesar lo que estaba pasando en mi vida, nuevamente lo dejé pasar, porque era más fácil fingir que todo está bien, mientras dolía. -No hay nadie, no dejé de amarte, no he cambiado. Solo que la vida pasa y las relaciones avanzan. Ahora viajas más que antes, te la pasas en congresos y reuniones, de pronto no notas todo eso, pero también estas lleno de complicaciones y a veces es difícil comprenderte. Suciamente acabe por culparlo de nuestro distanciamiento, cuando tenia claro cual era la verdadera razón de todo esto. -Creo… que tienes razón. No lo vi así y lo lamento. -No debes hacerlo, es normal, tienes ocupaciones, pero eso no debe ser la razón para acabar con todo, hemos construido momentos y una relación solida que podemos recuperar. Eso haremos Steve. Juntos, cuando regreses. -Te prometo que aligeraré lo que más pueda el trabajo aquí, para aprovechar que estas en receso de la universidad y compartir más contigo. Sonaba tan emocionado, como si recuperará la alegría, y yo tenia el control de eso. Un hombre de 35 años, era manejado por los caprichos de una niña de 22, que babeaba por un jovencito de su edad. Que malcriada podría ser. -Bueno, lo ves, ahora esta todo resuelto y no hay más de que preocuparte. Estamos bien, todo va bien y no tienes que dejar de lado tus ocupaciones, puedes equilibrar el tiempo. - O, puedes venir a verme, ya sabes que adoro que lo hagas. ¿Qué dices? Viajar a su lado siempre ha sido maravilloso, nunca ha escatimado en gastos y ciertamente es un gran placer. Aprendo, conozco, y disfruto, además que tenerlo así de traje y tan serio en sus conferencias, le da cierto aire sensual, que me encanta. -Puedo hablarlo con tu padre, si eso te preocupa. Lo único que me preocupaba, era el tiempo que dejaría de ver a Cris, más ahora que habíamos avanzado tanto, bueno, un poco más que solo desearlo en secreto. -Si, háblalo con él. Si acepta, mañana mismo estaré a tu lado. -Así será mi Mar. Y, ¿puedes… -Llevar la lencería blanca- Interrumpí- solo si lo pides con amor. -¿Podrías por favor, por mí, traer esa lencería que sabes que amo y que te queda tan perfecta? -No sé como negarme ante eso.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD