Yo. Le. Mato.
***
-¿¡Pero qué dados !? - me indigno mirándole sin poder creérmelo del todo.
Por debajo de la mesa él me aprieta con la mano el muslo como un signo de que le siga el rollo.
-¡Podrías haber sido más discreto! -Continúo quejándome.
-Oh, vamos, si mis padres ya están acostumbrados a ésto.-bufa él con una sonrisa torcida.
-j***r ... No tenías que decirlo.-sigo fingiendo tirándome del pelo.
-No te preocupes, Clara ... Es algo natural ...- me tranquiliza la madre.
-No, nada, ya le asesinaré en secreto, no te preocupes.-digo riendo.
-Pero recuerda una cosa: haz que parezca un accidente.-me dice el padre de Manuel.
Al oír eso, el gorila mira incrédulo a su progenitor mientras yo estallo en carcajadas.
-Se ve cuanto me quieres, eh.-bufa él con ironía.
-¿Qué? Si te va a asesinar, por lo menos que lo haga bien.-dice Richard con tono de obviedad.
Mientras yo intento recuperar la respiración después de las carcajadas, María mira a Manuel de una forma que le pondría los pelos de punta a cualquiera.
-Bueno ... María ... ¿Qué tal en clase? -Pregunta ahora la madre del gorila.
-Ah, al salir la loca con problemas psicóticos me pidió que te cortase un mechón de pelo para clonarte.-dice indiferente la rubia metiéndose el tenedor en la boca.
-Dale uno del perro del vecino para que sea feliz.-dice Manuel desinteresado, como si ya estuviese acostumbrado.
-Ella es perra, así que le viene perfecto.-suelto sin pensar mas bien para mí misma.
-¿What? -Pregunta Manu sin poderse creer lo que he dicho.
-Nada ...- digo conteniendo la risa.
(...)
-¿Te llevo a casa? -Pregunta mi "novio" cogiendo unas llaves de la mesa de la entrada.
-No hace falta, además, si mi hermano te ve, te asesina en el acto.-digo riendo.
-Vale, adiós.-se despide dándome un beso de despedida.
-Adiós.-me despido con una sonrisa cuando nos separamos.
Bajo por el ascensor hasta el vestíbulo, pero, al llegar abajo, me encuentro el coche de Marco y, al reconocerlo, me subo en el asiento del copiloto.
-Hola.-dice alguien con voz áspera.
-¿Q...?-pregunto extrañada.
-Chst.-espeta poniéndome un dedo en la boca para que me calle.
-Disfruta... El destino no está muy lejos...-dice otro desde el asiento de atrás junto a mi oreja arrancando el coche.
Decido no ponerme a sortear patadas por si tienen cloroformo listo para usar.
Porque inconsciente no me apetece estar, que digamos.
(...)
-No.
-Sí.
-No.
-Que sí.
-Que no, j***r.
-Te aseguro yo que sí.
-Lo sé yo mejor que tú.
Estoy manteniendo una muy, pero que muy productiva conversación con Eva, que, junto a Carlos, son los que me han secuestrado en la puerta de casa de Manu.
-No, yo sé que sí.
-¡Que no me gustan los sándwiches de pepinillo y anchoa, Eva!-espeto cansada, recolocando las piernas que tengo cruzadas por el modo de sentarme.
-Oye, si jugamos a prueba o verdad, elegid preguntas decentes.-pide riendo Carlos.
-Emmm... Vale...-dice mi amiga girando la botella.-Carlos... ¿Prueba o verdad?
-Verdad.-responde el chico recolocándose.
-Déjame a mí...-le pido a Eva.-¿Qué pasó entre Manuel y tú?-pregunto ahora mirando en dirección a mi amigo.
-¿Q...Qué?-pregunta Carlos, desprevenido.
-Qué. Pasó. Entre. Manu. Y. Tú.-le repito haciendo grandes pausas entre palabra y palabra.
-Nada.-dice despreocupadamente.
-Manuel me ha dicho que tiene motivos para molestarte, ¿cuáles son?
-¿Él te ha contado algo más?
-No, no ha querido.-respondo, pudiendo ver como a Carlos se le enciende una chispa en los ojos nada más oírlo.
-Yo no debería ser quien te lo cuente, además, no es nada grave, no te preocupes.
-Si tú lo dices...-comienzo a decir levantandome y sacudiendome con las manos la tela del mono.-Me voy que Marco me va a matar.-me despido yendo a la parada del autobús.
(...)
-¿Porqué has tardado tanto?-pregunta mi hermano cuando pongo un pie en la entrada.
-Eva y Carlos me han secuestrado.
-¿Para qué, exactamente?
-Para hacer el imbécil, ¿algo más?-pregunto un poco cortante.
-¿Peña te ha tocado? Como te haya hecho algo juro que le pego un...-comienza a decir entre dientes bajando la vista.
-Solo me ha tocado con mi permiso.-defiendo al chico.
-¿Qué? Clara, no me digas que has empezado a salir con ese imbécil.
-No, y de todos modos, no veo nada de malo en salir con él.
¿¡YO HE DICHO ESO!?
Joder...
Voy a dejar de echarme el azucar que me da Marco, eh.
Me paso la mano por el pelo, tirando de las raíces, y, seguidamente empiezo a subir las escaleras a grandes zancadas, llegando en pocos pasos a mi habitación.
Al terminar de cambiarme, me pongo a pensar en todo lo que se me ocurre mientras camino con un nerviosismo notable por mi cuarto.
La cena ha transcurrido perfectamente, siempre había un tema de conversación sobre la mesa, me he llegado a reir a carcajadas con el padre de Manuel, que, en personalidad, se parece mucho a su hijo.
Pero, lo que no para de ocupar espacio en mi mente era que, aunque me queráis matar por admitirlo ...
El beso de Manuel me ha gustado.
Tanto que repetiría sin dudarlo.