Capítulo 4 Kane se apoyó en la cruz situada a varios metros detrás de Michael y miró hacia la ciudad preguntándose dónde se escondía Misery o si todavía estaba allí. Para ella existía todo un mundo que aterrorizar, pero también existía el karma, y su instinto que le decía que ella no podía haber ido muy lejos. Se la imaginaba caminando por la acera como un cadáver en descomposición, y sacudiéndose un escalofrío ante la imagen de la extraña niña friqui, decidió que la visión del cadáver era menos espeluznante. A lo largo de los siglos había sido testigo de momentos en los que vampiros adultos habían transformado en vampiros a los niños. Lo que muchos vampiros nunca comprendieron fue que los niños a menudo eran más viciosos que sus ‘padres' y por esto a veces terminaban muertos de la ma

