Deseo 9: Publicar un libro.

1345 Words
Desperté enredada con las piernas de Ron, sin contar que también me tenia atrapada entre sus brazos, nunca había dormido tan bien, sonreí al verlo ahí junto a mí. Simplemente increíble, todo con él tenia un encanto propio y una sensación bonita. Me brindaba paz, armonía y amor claramente, algo que no tuve en ninguna otra relación, tampoco es como que hubiese tenido muchas, solo tuve a Eric… y todo con él no fue exactamente bueno. Esperaba que no regresará, había sido traumante sucedido anoche, fue capaz de golpearme, sentí miedo y mucha impotencia, gracias al cielo Ron estuvo aquí a tiempo. Me levante de la cama y fui a la cocina, prepare el desayuno y se lo lleve a la cama a Ron, quien estaba despertándose recién, me sonrió grande y no pude evitar sonreír también. —¿Servicio a la cama? ¿Qué es esto? ¿Un hotel cinco estrellas? —divirtió y cuando le puse la mesita pequeña en su regazo, lo golpeé con una almohada, se rio y comimos juntos. Después de desayunar pasamos toda la mañana acostados viendo una de las series favoritas de Ron, Suits o su traducción al español, la ley de los audaces. Era bastante entretenida y todo el tema de abogados me recordó a Sam y su problema con ese policía corrupto, por lo que se me ocurrió una idea para ayudarla. Tome mi teléfono y la llame para contárselo, primero renegó y dijo que era muy arriesgado, pero terminó aceptando. Ron debía presentar unos reportes para su revista por lo que se marchó, yo tome una larga ducha y luego de vestirme, tome mi auto y pase por el despacho de Sam, la recogí y nos fuimos a un café, planearíamos todo para hacer caer al corrupto. —¿Qué es lo que haremos? —me pregunta, luego de sentarnos en una mesa y pedir un café. —Dijiste que necesitabas contratar a alguien que fingiera ser testigo del policía, ¿no? —inquirí y ella asintió. —, ¿Ya lo citaste? ¿Le dijiste que viniera a este café? —Si, hice todo tal como me lo pediste—respondió. —Bien, le dirás que soy a quien le pagará por fingir ser su testigo, mientras sin que lo sepa, grabaremos todo—Conte, ella asintió. Estaba nerviosa y podía verlo porque se agarraba las mangas de su blazer con inquietud. Un uniformado apareció, camino con desdén hasta nuestra mesa apenas vio y reconoció a Sam, tomo asiento y trague saliva, antes de que él llegará había puesto mi teléfono en silencio y lo camuflaje en el florero que servía de centro de mesa, ya se encontraba grabando. Suspiré con suficiencia y le hice un asentimiento a Sam. —Policía Taylor, le presento a una amiga de mi entera confianza, que nos ayudara con su caso. —anuncio Sam, él policía asintió satisfecho, me dio su mano y se la estreche. —Un gusto, Lucy, Lucy Blue—me presente. —El gusto es mío, Taylor Ball —respondió. —, ¿Y bien? ¿Cuánto me cobraras? —Primero quisiera que me hablara de lo que sucedió y así poder fingir mejor mi mentira— respondí sonando convincente. —Me encanta, tiene que ser muy convincente. ¿Dónde la conseguiste, Sam? ¡Me gusta! —respondió alardeando, fingimos reírnos y comenzó lo que nos interesaba. —, Estaba saliendo de la estación de policía, cuando por la radio dijeron que una persona de color estaba robando una joyería, cuando llegue lo vi, así que le dispare sin pensarlo, se estaba escapando y si no hacia algo, huiría. Claro que no era el protocolo a seguir, puesto que él no estaba armado. Por lo que tu dirás que estuviste ahí y el chico estaba armado y se resistió al arresto. Sentí rabia e impotencia, era un maldito racista, ¿Cómo podía querer librarse de eso? ¡Debía pagar! No era nada justo, ahora entendía a Sam y su dilema con el caso, fingí una sonrisa y estas dispuesta a hacerlo. —Cuente con eso señor Ball—respondí segura, asintió satisfecho. —Perfecto, ¿Eso seria todo? Tengo guardia, debo irme—pregunto y Sam le dijo que si, que conmigo seria suficiente para comprobar su inocencia. El tipo en cuestión se marchó y cuando estuvo lo suficientemente lejos, saque mi teléfono del florero y guarde la grabación, al verse su cara y escucharse su voz, era admisible para la corte, además, que le serviría a Sam para librar a su despacho de ese horrible caso. —¡Eres genial! ¡Gracias, gracias, Lu! Me salvaste—respondió feliz, le sonreí y pedimos algo de comer. Al salir de la cafetería, deje a Sam en su despacho, le enviaría el video a la contraparte, así podrían ganarle el juicio al policía y hacer justicia para su hijo que se encontraba en el hospital por el disparo que recibió. Decidida y con todas las ganas de cumplir otro de mis deseos, fui a la editorial Brown, había alargado mucho esto y era hora de que fuera real. Deje mi auto en el estacionamiento y subí al ascensor, al llegar pase por la oficina de Robert y lo salude, me anuncie con el señor Brown y entre a su oficina. —Oh, Lucy eres tú, ¿Cómo has estado? —saludó preguntando, me invito a tomar asiento y eso hice. —Buenas tardes, señor Brown. Muy bien, no quiero hacerle perder tiempo, así que he venido a entregarle mi manuscrito— respondo un poco tajante, no podía creer que estaba aquí. —¡Vaya! Eso es una excelente noticia, Lucy. —respondió con alegría, esperaba y fuera sincero. —, Yo mismo me encargare de los detalles finales de tu historia, quiero que sea un best seller. —Le agradezco mucho, señor Brown. Me esforcé mucho en darle un toque especial y un final digno—respondí, le entregué el manuscrito en físico y digital. —Muy bien Lucy, trabajare en ello y te prometo que lo lanzaremos lo antes posible—respondió, asentí satisfecha —, Necesito que firmes este contrato, puedes leerlo si gustas y también me gustaría que le agregáramos una biografía tuya. —De acuerdo—respondo aceptando el contrato, lo leo con atención, todo parece en orden, conservo mis derechos de autor, las regalías serán el 50% de las ventas totales, firmo sin pensarlo dos veces y luego de decirle que me tomaría el tiempo para escribir la mini biografía, me retire, había cumplido otro deseo, nos habían tomado un par de fotografías con la firma y todo el rollo. Por lo que se las envié a Ron, para su reportaje. … Semanas después. Samantha había logrado entregar al idiota policía, la contraparte había ganado el juicio y estaban muy agradecidos con ella. Su jefe estaba feliz de que ella los salvara de firmar con semejante corrupto, puesto que al salir a la luz la noticia había manchado a la firma que lo representara. Por otra parte, ya había sido publicado mi libro, se encontraba en cada librería y estantería posible, iba a firmas y convenciones donde hablaba de él, me tomaba fotos con algunas personas que me habían leído y les gusto, “en busca de un infinito” era viral, muchos decían que el producto de la fama de mi libro era mi historia de s******o, quise creer que no era así, pero, aunque doliese mucho, tenían razón. Todas las entrevistas que me hacían no paraban de hacerme preguntas sobre lo sucedido esa noche y el que me había llevado a tomar la decisión. Poco hacían énfasis en mi libro, cosa que dolía y decían que mi libro seria un best seller, cuando muriese, seria recordada como la autora que se quito la vida. No podía ser feliz por completo, nadie podría entender lo que sentía, lo que pasaba por mi mente sobre el éxito de mi historia, no importaba el cómo, solo que llego a muchas personas.
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