Capitulo VIII

1205 Words
Ignacio Duque 11 de febrero de 2009, 2: 00 pm. -¿No hay un avance? - me levanto de la mesa. -Al parecer no, sólo se mantiene en el mismo grado… Ella debe de seguir aquí en la clínica – reajusta sus anteojos. Estoy en la sala de reuniones sentado en la mesa redonda con mi grupo de investigaciones clínicas, al parecer se ha obtenido como resultado de los varios exámenes que se la han hecho a Samanta, su estado de salud sigue estando delicado, pero no ha empeorado, lo que se deduce que debe de seguir en cuidados intensivos. -¿Qué hay de los fármacos? – pregunto. -Pues, los betabloqueadores están actuando efectivamente, los demás medicamentos actúan de forma algo nula – la analista expone los exámenes en la mesa – según las pruebas, algunos de los medicamentos no llega ni a desinflamar el corazón, como había mencionado. -Entonces, en fin la paciente no debe de abandonar la clínica – deduzco. -Exactamente. -Lleguen a realizar más exámenes… No quiero falsos resultados, ya saben que su estado se está degradando, si no hay signos de mejora, lo más probable es que llegué a retroceder, las miocardiopatías actúan así, su músculo cardiaco está sensible, si llega a ver una recaída no llegaría a soportarla. -Como ordene señor – dice mi asistente. -El síndrome es muy poco estudiado, por eso aumenta la cantidad de muertos en Latinoamérica – dice mi compañero especialista en cardiología – algunos mueren de una tensión el pecho muy aguda, aunque, no se veía síntomas notables en el cuerpo, mayormente lo comparaban con un ataque cardiaco o presión arterial. -Es lo que ocurre con la paciente – dice mi asistente – no se ve un síntoma notable, como tal no se percibe. -Hay que seguir esperando que reacción toma, pero se le introducirá otros medicamentos, ahora es impredecible el rumbo que va a tomar – agrego. -Creo que con un trasplante de corazón todo se arreglaría – agrega otro cardiólogo en la reunión. -Ya sabemos cuándo se requiere de un trasplante, de acuerdo a los códigos… Su corazón aún tiene solución, pero tú idea es muy buena, pero también es un gran riesgo a la paciente, debido a que no todos los trasplantes son exitosos y en la condición que está mucho menos. -Bueno, entonces esperemos, pero tengamos fe en ella, tiene salvatoria – me levanto de la mesa – se termina la reunión. Los demás se fueron a hacia sus respectivos puestos, confío en ellos y espero que todo salga bien como yo espero. Pero la verdad que esto no me parece buenas noticias, aunque, me sigue preocupando el bienestar de Samanta, pero la he notado mejor. Sin embargo, los exámenes dicen lo contrario y no quisiera arriesgarme a una posible recaída mucho más peor. Concluí que debí de irme a realizarle otro chequeo a Samanta, podría presentar síntomas a largo plazo, estaré más al tanto de ella, puede haber un paso en falso. Camino por los pasillos, todo se ve normal y eficiente, las enfermeras van y viene por los pacientes que están de emergencias, la recepcionista como siempre distraída en el celular, los doctores en sus respectivos consultorios, ciertas personas esperando en la sala de espera… Un día típico es hoy, pero por Samanta no me siento tranquilo, la enfermedad de ella es fuerte, con recaídas más probables y que quizás ella no sobreviva. -Hola, buenos días – entro a la habitación de Samanta. -Buenos días – me responde. -¿Cómo te sientes? - me acerco a ella. -Pues, me siento con el pecho comprimido – ella señala su pecho. -Es razonable – respondo – siéntate para chequearte. Usé el estetoscopio para escuchar su corazón y percibí que sus latidos estaban menos de lo normal, debe de estar inflamándose y por eso ella sufre de ello. -Vamos a usar otros fármacos, tú corazón se está recreciendo… Podrías sufrir de un ataque de insuficiencia cardiaca o quizás otras patologías. -Lo que sea necesario doctor – se resigna. -Dime de otra forma, recuerda que somos novios – se meta las manos en los bolsillos de la bata. -¿Novios? – ella me sonríe. -Sí, ¿No lo sabías? – usa la ironía. -Me puedo sentir algo mal, pero con lo que me estás diciendo he cambiado de humor, no lo puedo creer, supongo que lo emocional domina lo físico – se pone una mano en la cara. -Entonces, si estoy contigo… ¿Te sientes bien? – amplia más su sonrisa. -No debí de decírtelo, ahora llegue en aumentar tú ego – se ríe de sí misma. -Ah, cógelo suave… Estás delicada – me sugiere. -Sí, está bien – me acuesto en la cama. -Bueno, tengo cosas por hacer, si pudiese me quedaría más tiempo por aquí. -No te preocupes, te entiendo. -La verdad es que tenía que viajar… Pero no me ido por tú estado de salud. -¿A dónde ibas? -A Inglaterra donde me están esperando, hay nuevos casos que surgieron y quieren que investiguen con ellos, al parecer necesitan de mí. -Puedes irte, ¿Por qué no dejas esto a alguien más? Te necesitan en Inglaterra. -Bueno, tú me necesitas más que ellos – se sienta a mi lado – tengo un equipo de especialistas especial para ti, no quiero que haiga un paso en falso, tú corazón está muy delicado… Que si llegases a sufrir de una recaída, no lo soportarías y mucho menos el órgano. Observé que la preocupe bastante, pero tenía que informarle su estado de salud. -¿Ves alguna salvación? -Sí, el tratamiento y los cuidados que recibes llegaras a mejorarte – se dirige hacia la puerta – te dejo, estaré muy pendiente de ti. -Está bien, gracias – se abraza a sí mismo. -¿Cómo ahora me llamarás? – me paro en el umbral de la puerta, esperando por su respuesta entusiasmadamente. -Pues, “corazón” no estaría mal – su voz es tierna. -Bueno, me gusta cómo suena – me colocó una mano en el pecho. -No paras de hacer bromas – le sonrío – tengo ganas de reírme, pero me estoy controlando. -Después te reirás de mí con ganas – le guiño un ojo. Salgo de la habitación y retuve las lágrimas de la preocupación, sí, me estoy dejando llevar por mis emociones, he presenciado casos en donde los pacientes no sobreviven al síndrome, pero seguiré trabajando por ella hasta que se recupere, sin descanso si es necesario, pero no la quiero perder como fue la primera vez… En esta ocasión será para siempre si llega a pasar, pero nunca estaré listo para esa partida como cuando éramos más jóvenes. Por eso, quiero hacerla feliz, aprovechar el tiempo y la instancia de cuando estamos juntos, ahora de que por lo menos la tengo muy cerca, quisiera tenerla aún más. Me dirijo a mi consultorio, quizás tenga información relevante de la enfermedad en ciertos archivos y atiendo a los pacientes que tengo por chequear. Además, mis compromisos en el extranjero serán atendidos después, hasta que ella no muestre una mejoría, no estaré tranquilo hasta que por lo momentos, movería cielo, tierra y mar para que eso pasará…
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