Capitulo 2 Recuerdo del dolor.

2471 Words
Hoy es lunes, primer día de la semana, o sea día de levantarse temprano e ir al jardín y al trabajo. A mí hijo le gusta levantarse temprano e ir al jardín, seguro lo heredó de su padre o de su abuela, porque yo soy todo lo contrario, me gusta dormir y levantarme tarde. No me presente todavía soy Candela Paz, y como se darán cuenta soy madre soltera de un hermoso niño de cuatro años, llamado Lautaro paz, lo tuve a los veintiún años, ya no tan adolescente, pero parece que hormonalmente sí. Como sucedió, pues llevaba dos años estudiando contaduría y Trabajando para pagar mis estudios. Me había ido a la provincia de mis abuelos maternos obviamente, porque no tengo papá, bueno sí tengo pero no sé quién es, me mudé con ellos para estudiar allí. A mis abuelos paternos nunca los conocí ni a mi padre, pues huyó bien se enteró que mí mamá estaba embarazada de mí. Mí mamá quedó embarazada en una época que te juzgaban y veían mal el ser madre soltera. Más en el pueblo donde ella vivía, la señalaron con el dedo y juzgaban por lo que había hecho. Mis abuelos al enterarse la echaron de su casa, pero se arrepintieron en el acto, la fueron a buscar y se perdonaron mutuamente. Pero para mí madre fue muy duro el prejuicio que el pueblo ejercía en ella, así que con el consentimiento de mis abuelos se fue a vivir con sus abuelos maternos. Allí crecí yo. En ese lugar se puso un tienda de ropa y pudo progresar y mantenerse a ella y a mi. Quién al llegar a la adolescencia, la ayudaba en la tienda en vacaciones y tiempos libres sin descuidar el colegio ni las notas. Cuando llegue a la adolescencia y tras terminar mis estudios secundarios, decidí estudiar contabilidad, me anoté en la facultad para iniciar la carrera. Pero antes de empezar el ciclo escolar mí madre me dio la maravillosa noticia de que estaba conociendo a alguien y se iba a casar. Explicándome que como yo ya era una adolescente y hacia mí vida podía darse el lujos de ahora, sí tener una pareja. Siendo que antes lo había reprimido por mí, debido a mí seguridad para cuidarme de cualquier degenerado. Yo siendo toda una adulta me enoje con ella demostrando así la desaprobación de su decisión, y el día después de la boda con un tal Raúl, me fui a vivir con mis abuelos, empezando la facultad allí. Tras un año de estudio y que se me pasara el enojo de su traición, porque según yo, estábamos de maravilla las dos solas, y mí mamá no necesitaba un hombre. Después de ese tiempo viaje a visitarla y hacer las paces. En mis vacaciones allí, conocí al tal Raúl y al pasar tiempo con él, me di cuenta que realmente quería a mí madre y era una buena persona. Estaba feliz por ella por conseguir un buen hombre. Pero no volví a vivir con ellos, ya tenía mí vida en casa de mis abuelos, estaba estudiando y tenía un trabajo, me había vuelto independiente. Fue hasta que empecé mi segundo año de carrera cuando conocí a alguien. Era alguien realmente hermoso, cabello castaño claro, ojos verdes un metro ochenta y dos, bien formado, en síntesis un dios griego, por lo menos para mí. Nuestra relación comenzó con amigos en común, él era dos años mayor que yo, le faltaba poco para terminar su carrera, nos hicimos muy buenos amigos, salíamos juntos nos divertíamos, yo sabía que él tenía novia, lo dejó claro cuando nos conocimos, pero poco a poco nos empezamos a enamorar, empezamos a sentir cosas el uno por el otro. Empezamos a salir, y una cosa llevó a la otra después de unos meses tuvimos nuestro primer encuentro íntimo, y luego otros. Fue entonces que le planteé la situación, que me sentía mal por engañar a su novia, él se sentía igual. Sé que actúe terrible, me culpé por mucho tiempo la decisión, pero me sentía completamente enamorada, y yo creí que él también. Después de hablar me confesó que él también me amaba e iba a dejar a su novia por mí, solo tenía que hablar con ella y arreglar las cosas. Y yo como una estúpida le creí. Hacía varias semanas que me venía sintiendo mal, náuseas y vómitos, mí abuela me encontró vomitando un día en su casa. Me hizo la pregunta más temida para mí. "¿Hija estás embarazada?" Yo negué obviamente, no podía estarlo, no estaba casada, no había terminado mis estudios, pero me consolaba que tenía a alguien que se iba hacer cargo de mí y de mí hijo. Ese día compré una prueba de embarazo, tras varios minutos en el baño esperando la respuesta, salió positivo. Me sentí mal por muchas cosas inconclusas, pero feliz porque mí hijo era fruto de nuestro amor. La prueba me la había hecho un sábado, él se había ido a visitar a su familia y terminar con su novia, para poder estar conmigo, y empezar nuestra vida juntos sin tapujos. Llegó el lunes, no le había dicho a nadie que estaba embarazada, ni a nuestros amigos, quería que él sea el primero en saber. Pero ese lunes, estando llena de ilusiones, me rompieron el corazón, y lo peor era que ya no estaba sola. Ese lunes no lo había visto, después de ese fin de semana con sus padres en la ciudad donde vivían ellos. Esa mañana lo busqué pero no lo encontré por ningún lado. Al mediodía fui a la cafetería porque siempre a esa hora nos juntamos allí con nuestros amigos a almorzar. Ahí lo encontré, con Julia, una amiga en común, y otra chica que no había visto en mí vida y que no era de nuestro círculo de amigos, al principio pensé que era una nueva amiga de Julia. Pero a medida que me iba acercando me di cuenta que ella estaba muy cerca de él, y cuando él me vió se puso totalmente incómodo. Al llegar saludé con la mano y me senté al lado de Julia enfrente de ellos, sin decir una palabra. —Mira Cande, ella es la novia de Ethan —la presenta Julia con una sonrisa. Porque a pesar que ellos eran nuestros amigos, no habíamos formalizado frente de ellos, sospechaban pero nosotros negábamos, mentíamos diciendo que éramos sólo buenos amigos, porque queríamos hacer "las cosas bien". Que él termine con su novia y después contarle a todos lo nuestro. En ese instante mí corazón se paró, mí respiración se entrecorto y mis manos empezaron a sudar. Pero, por un instante pensé que no había tenido la oportunidad de hablar con ella. —Me traes un refresco amor —le dijo la chica dándole un beso en la boca. Él me mira de reojo apenado y se levanta a buscar lo que ella le pidió. No dijo una palabra, ni una. —Como te decía Julia, ¡nos vamos a casar! —grito emocionada mostrándonos el anillo de compromiso. Yo me quedé en shock porque no podía emitir palabra alguna, en ese momento sentí como mis tímpanos retumbaban. Y mi corazón se quebraba. —Felicidades —dijo Julia, y codeó mi brazo para que la felicité también. En ese instante solo pude murmurar automáticamente "felicidades". —Gracias chicas, obviamente van a estar invitadas a la boda porque las amigas de mí prometido son mis amigas también —dijo feliz Meli que así se llamaba la novia de mí novio, que loco. ¿No? En ese instante me pare inventando una excusa falsa para salir de allí, y poder llorar y desahogarme tranquilamente. Porque comprendí que fui una estúpida al dejarme engañar por un hombre. Ahora entendía a mí mamá. La pregunta del millón era. "¿Ahora que hacía?" Con un bebé en camino. Él ya había elegido no me quería, no quería amarrarlo con un embarazo, porque ya la había elegido a ella, no quería su lástima. Así que en ese instante, con el poco de cordura que me quedaba, llamé a mí madre y a Raúl, contándole todo lo que me pasaba, y pidiendo volver a vivir con ellos. Recibí todo el apoyo de ellos y ese día al llegar a las casa de mis abuelos, hice las maletas, haciéndoles prometer que si alguien preguntara por mí les digan que no sabían nada. No creía que tenía la desfachatez de preguntar, pero ante la caradurez de algunos una nunca sabe. Esa tarde después de sacar el pasaje, y tras renunciar a mí trabajo, volví a la casa de mí madre. Les mandé a mis amigos de la universidad mensajes despidiéndome. Diciéndoles que me cambiaba de universidad a otra provincia, no les dije la verdad, después de todo también eran amigos de él, y se les podía escapar lo de mí embarazo y dónde vivía. En mí embarazo trabajé con mí madre en su tienda, me permitía pagar mis gastos y las cosas necesarias para mí bebé, deje de estudiar ese año hasta el nacimiento de mí hijo. Tenía que ir a pedir el pase de la universidad, pero no quería que mis antiguos compañeros vieran mi estado por obvias razones. A los meses de dar a luz a mí hijo, volví a la universidad y busqué el pase, y ya instalada de nuevo en casa se mí madre pude retomar mis estudios. Recuperada totalmente empecé a trabajar, un niño no se mantiene solo, y con la ayuda de mi mamá y de Raúl, terminé los años que me quedaron de estudio, y me recibí de contadora. Hoy vivo sola con mí hijo, teniendo mí propio estudio contable, con mí socio, amigo y ex novio Gaspar. Porque sí le di otra oportunidad al amor. Llevando un tiempo de relación le pedí ser un poco más serios, fue honesto conmigo y me dijo lo que en realidad sentía. Resultó que Gaspar, no me quería a mí, sino a mí hijo, al enterarme me puse muy triste, porque él me gustaba de verdad. Combinando también que era un mujeriego, solo que por respeto a mí hijo y a mí amistad, nunca me engaño. Él quería ser un Alma libre. Así fue como mí hijo tenía un padre. Uno que no le había dado su e*****a, pero sí uno que lo quería de verdad, que lo había elegido. Y yo estaba sola. Pero feliz. Yo tras varios meses de seguir amando a Gaspar, me dí cuenta que nunca iba a ser correspondida. Y solo podía tener su amistad y un padre para mí hijo. Así que me resigne, y lo superé. Tomó tiempo, no lo voy a negar, pero lo hice. Ellos se adoptaron mutuamente, se eligieron, como padre e hijo. Después de recordar mí pasado debía levantarme, como dije había que trabajar y llevar al niño al jardín. Hoy me tocó a mí llevar a Kevin, el hijo de mí mejor amiga, Zoe, y a mí hijo Lautaro al jardín. Nos turnamos con Zoe, como ella se separó de su esposo, Nick, nos ayudamos mutuamente, siempre lo hicimos, ahora aún más. Me levanto con pereza y llamo a mí niño, que lo hace inmediatamente, mientras se viste voy al baño a asearme, y después preparó el desayuno. Viene Lauty, con sus juguetes en mano, sólo los deja cuando está en el jardín, estos son, el hombre araña y Thor, juguetes que les regaló Gaspar. Se sienta en la mesa y empieza a desayunar. Mientras juega y me cuenta como ellos luchan contra el mal. Terminando de desayunar guarda los juguetes en su habitación, así ir a buscar a Kevin por la casa para llevarlos al jardín. Una vez en el auto y abrochando el cinturón vamos a la casa de mí amiga que queda a unas casas de distancia. Estacionó y toco bocina para que salga mí amiga con Kevin. Una vez todos en el auto, conduzco hasta la escuela. Una vez llegado a destino, bajo, doy la vuelta para ayudarlos a bajar y darles de nuevo la recomendación de que se porten bien, les doy un beso a cada uno y espero a que ingresen. Conduzco hasta el trabajo. Cuando llego Gaspar ya estaba ahí. Y el estudio abierto. Abríamos un día cada uno. —Hola —saludó a Gaspar —,que tal tu finde. —Hola, todo bien. Fui a pescar con unos amigos. —Wau, que vida amigo. ¿Me trajiste algún dorado, sábalo, bagre o mojarra? —No, solo pescamos un resfriado —largamos una carcajada —, pero quién me saca lo bailado me encanta pescar. Me desestresa. A propósito. ¿Cuándo me vas a dejar llevarlo a Lauty? _ ¿Y qué se enferme? No gracias, suficiente tengo con sus crisis asmáticas —resoplo. —¿Y cuando no haga tanto frío? —súplica —, él ruega que lo lleve. Porque no lo dejas. Largo un suspiro —Okey, cuando haya días más lindos, no tanto frío. —Eso —grita emocionado —, gracias —me abraza. —Pero si se llega a enfermar, vas a tener que cuidarlo vos de noche —lo amenazó y señalo con el dedo. —Lo prometo — levanta su mano. Mientras pasa el tiempo, y esperamos a un cliente tomamos un café. —¿Puedo ir a buscar a Lauty a la escuela? —No es necesario Gaspar. —Candela yo quiero hacerlo —dice molesto. —Te lo agradezco, pero no quiero que sacrifiques cosas por mí hijo, invita a comer a algunas de tus novias. —No sacrifico nada, si lo hago es porque quiero. Amo a ese nene como si fuera mío. Además me ayuda a tener conquistas —levanta las cejas. —¿Qué? —grito, le tiró con una lapicera —, ni se te ocurra usar a mí hijo para tus asquerosidades —señalo. —Tranquila —ríe —, él se beneficia también, le regalan cosas. Y es un filtro, si lo aceptan a él esa mujer tiene una oportunidad de salir conmigo. Si lo rechazan a él las descarto, después de todo primero soy un padre —larga una risita triunfante. —Gracias por quererlo como lo querés, pero podes elegir a cualquier mujer, sin necesidad que lo acepten a él — le digo obvia. En ese momento viene el cliente que estábamos esperando y lo atendemos. Llega la hora del almuerzo y Gaspar buscá a Lautaro y Kevin y los lleva a comer. Después los lleva a Kevin a la casa de sus abuelos hasta que Zoe lo vaya a buscar y Lauty a la casa de mí mamá, hasta que termine de trabajar y poder ir juntos a casa. _______________________________________________
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD