Eva Todo esto creo que me está afectando más de lo normal, pero bueno no puedo rendirme —¡Eva!, es tu turno. —Levanto mi mirada, y doy un suspiro grande, aunque ya llevo más de dos semanas bailando, aún no me acostumbro a las miradas de todo esos hombres sobre mi. —Ya voy, ¡George!, ¿Hoy vino?. —El niega, con esta es la tercera noche en que Leo no ha venido a verme, no se porque me afecta tanto, tal vez no signifique nada para él, pero no dejo de extrañarlo y verlo en primera fila viéndome solo a mi, y yo por supuesto dedicándole mi baile. —No se preocupe señorita Eva, él vendrá pronto, mire aquí está como siempre el ramo que le envía como todas las noches. —Es cierto, no entiendo porque mi angustia, él dijo que se iría por una semana y apenas lleva tres días y ya lo extraño, cada mome

