—¡Levántate! Nos vamos—Dorian agarró a Isabela por el brazo —¡¿Para dónde nos vamos Dorian?! —Isabela se levantó del piso llorando —Vamos para tu mansión, ahora vamos a vivir allí, todos juntos con tu madre, y mucho cuidado con mentir o hacer algo para que ella sospeche de mí, porque te juro que con las dos acabó ¿Me entendiste? —¡Eres un maldito miserable! —Isabela se lanzó sobre Dorian y comenzó a golpearlo, pero él, en medio de su burla, solamente le tomaba los brazos con fuerza y se los lastimaba. —Así luches, ya no tienes nada que hacer preciosa ¡Eres mía! —Isabela se dejó caer, en medio de su llanto, se sentía tan impotente y culpable. Finalmente, ella sin más sentimiento que la resignación, se levantó y caminó a su lado, él en ningún momento dejaba de amenazarla, lo peor es

