Capítulo 11: El Equilibrio Trabajo-Amor Cada mañana, cuando cruzo la puerta de la oficina, siento que entro en un juego de malabares. Por un lado, está mi trabajo: correos, informes, reuniones, todo lo que he hecho durante cuatro años como asistente de Miguel. Por otro, está él: el hombre que me besa en secreto, que duerme en mi cama, que me hace reír en su mansión como si fuéramos una pareja normal. Mantener esos dos mundos separados es como caminar en una cuerda floja, y aunque lo intento, hay momentos en que siento que voy a caer. Esta semana, después de pasar la noche en su casa, el equilibrio se siente más frágil que nunca. Llegué a la oficina con el recuerdo de su abrazo todavía en la piel. La noche en su mansión fue como un sueño: su cocina, sus besos, la forma en que me hizo sent

