Capitulo 3

1913 Words
Nahuel. —¿Te costó adaptarte al pueblo?. —No, la verdad que nos re gustó, y digo nos, porque si a ellos no les hubiera gustado no podría haberlo visto lindo. —la miro asintiendo, estamos sentados, con el fuego esperando se hagan brazas y la carne salada y esperando—. Es muy hermoso todo este lugar, me gusta bastante. —Amo mi pueblo. —miro a los nenes jugar con una pelota y no puedo evitar sonreír—. No podría jamás irme de este lugar, el aire, la gente, los animales, las piedras... —vuelvo a verla—. Todo de mi pueblo amo. —Sabes, cuando hablan asi le ruego tanto a Dios que todo se acomode y poder criar a mis hijos aca. —¿Esta difícil tu situación?. —mira a otro lado con la mirada perdida—. No va a llegar aca Sonia. —vuelve a verme—. Él no sabe dónde estás y no tiene cómo ubicarte, hacen las cosas bien, te sacan y no hay rastro de ti, no tienes que tener miedo. —Es que hay veces que siento que viene... Que me va agarrar de atrás. —comienza a llorar, se tapa la boca viendo a los nenes, me acerco agachándome delante de ella y agarrando sus rodillas—. Quiero que mis hijos crezcan aca, y espero se olviden de él. —Tienes que trabajar duro, pero vas a lograrlo, vas a lograr que no lo recuerden, que no estén asustados, vas a lograr criar hombres de honor, que van a respetar a las mujeres y a todos. —Si, si... —se seca las lágrimas asintiendo—. Tienes razón, voy a hacer todo... Y no lo que pueda, lo mejor para ellos. —Asi se habla. —me inclino hacia adelante dándole un abrazo, la paro asi puedo agarrarla bien, me aprieta con fuerza y mis papás llegan—. Ahi llegaron. —Si, gracias Nahuel. —Buenas, ¿llegamos en mal momento?. —No mami, estábamos hablando no mas. —le doy un beso porque dormí donde Likan anoche—. Pa, hasta que llegas. —¿Todavía no pones la carne?. —No, dame. —me trajo mi juego de cuchillo y tenedor parrillero—. Ahora si, a meter la carne, ahi viene el tio. —Le voy a decir que armemos las cosas. —los nenes vienen a jugar con los de Sonia, mi mamá y mi tia entran a la casa—. ¿Hijo, qué fue lo que pasó cuando llegamos?. —Nada. —¿Nada?. —¿Qué pasó?. —Estaban abrazados y Sonia llorando. —¿Y por qué crees que puede llegar a llorar?. —¿Pasó algo con el ex?. —No, sino que tiene miedo de todo la pobre... Asi que comenzó a llorar y no supe qué hacer mas que abrazarla. —Ella te gusta hijo. —Si, me gusta. —desparramo la brazas por debajo asi queda parejo—. Pero no importa. —¿Tu diciendo no importa?, ¿escucho bien Leo?. —Es que no entienden. —Habla. —Son unos idiotas. —No Nahuel, dale, habla. —mi tio se pone a mi lado de brazos cruzados y serio, nada de sonrisa ni nada, serio—. Habla de lo que sientes, porque esta vez se siente diferente Nahuel. —Si, es que yo... —me rasco la cabeza porque no sé qué decir—. Comencé a ir al mercado a ver a mamá y la comencé a ver, iba a ver a la tia y la veía, y ya no fui a verlas, fui a verla a ella, no me habla mucho asi que no puedo saber si ella al menos esta algo interesada. —Pues yo creo que debes intentar, pídele el numero no sé, invítalos a salir, si te dice que no, no es el fin del mundo. —Es que no sé si es correcto por lo que ella viene escapando. —Ya pasó hace meses hijo, esta aca hace casi un año, mas los meses que fueron escapando. —Bueno, tengo que intentarlo la verdad... No es lindo por lo que vino. —No, no es nada lindo ni menos el miedo que cargan, asi que piénsalo bien, ella es mamá, si vas a encararla y querer algo con ella asume la responsabilidad. —lo miro a mi tio fijo por lo que dice—. No seas un maricon de mierda, muestra los huevos que cargas sino busca a otra que este sola. —Si tio. —salen las tres hablando sin parar y con fuentes con algo y gaseosa. —Nahuel, ya descubrí el misterio de la torta. —¿Cuál fue?. —viene a mi lado dándome un vaso con gaseosa. —Tu mamá con tu tia le habían dicho a Lucia que hagan una torta para Emma. —me mira con esos ojos azules que parece que me van a meter dentro de ella—. Y cuando Lucia le dijo que los invité le pidieron que la haga de dos pisos, como pegaba por la diferencia de tamaños y todavía no las terminaba de decorar lo pudo hacer. —¡Que buenoooo!. —sin darme cuenta la envuelvo abrazándola, ella no se aleja gracias a Dios porque me muero de la vergüenza, sino que también pasa su brazo por mi cintura—. Vamos a comer mas. —Hijoooo. —Si mami, mañana vengo y como mas. —Bueno, los nenes no te toman sopa pero le das un kilo de torta y se la comen. —Asi como lo ves, este pibe es loco por lo dulce. —Mal, siempre anda con golosinas en la camioneta, asi que ojo con los nenes porque les va a traficar cuando no veas. —Mírate, no me traigas golosinas Nahuel, no quiero que vivan en el odontólogo. —Uy, yo tengo que ir. —mi papá habla con miedo donde le tiene pánico al dentista, yo también en realidad. —¿Qué tiene que hacerse?. —Voy por silla. —le hablo al oído, asiente sonriendo. —Estoy haciéndome un tratamiento de muelas, me las estoy sacando y me pongo implantes que se hacen con cirugía. —Ay, ¿duele?. —No, es incómodo al comienzo. —Eso porque estas muelacho. —mi tio se rie donde mi papá le tira una patada, acomodo una silla para Sonia y mi silla a su lado. —¿Pero tenia dolor?. —Si, tenia muchísimo dolor, me hicieron conductos y varios tratamientos para no retirar piezas pero no quedó de otra. —voy a la parrilla sabiendo que con mis hermanos vamos a tener muchas visitas al odontólogo para no terminar asi—. Y después cuando te ponen los otros es como que no fueras tu. —Es que no lo son amor. —Es verdad... Ahora me saco todo de este lado y después los de adelante, porque me ofrecieron sacarme todos y ponerlos todosde una, pero no quise, me dio miedo. —Pero re bien te lo bancas Loe. —Es que tengo que hacerlo sino la voy a pasar mal. —¿Y papá que tiene todas sus piezas re bien?. —Yyyy, otros genes. —Mamá no nos pasó sus genes malos nene. —vuelvo a sentarme sonriendo porque Sonia los mira seria—. Deja de hablar mal de mamá. —Nada que ver idiota. —Es lo que dijiste. —No dije eso, dije que papá es un indio puro... —mi mamá se cruza de piernas alzando el vaso viéndome con una sonrisa porque comienzan con sus tonteras—. No es mestizo como nosotros. —Que culpa tuvo de enamorarse de una blanca. —FEDERICO CIERRA LA BOCA. —A ver a ver... —me inclino hacia Sonia sonriendo. —Estos pelean por todo. —Ah, entiendo. —Bueno che, basta que siempre lo mismo ustedes dos, ah Jaz. —mi tia Anto les corta la charla asi no mas—. Vamos por la picada porque a eso le falta un monton. —Esperen. —alzo los brazos porque Sonia esta incomoda—. Sonia no entiende nada, y cambiemos de tema por favor. —Bueno. —mi papá se cruza de brazos viéndolo a mi tio. —Mi papá con mis tíos viven peleando asi que esto es normal. —¿Cuántos hermanos son?. —Somos ocho, pero mi hermana mas grande falleció hace muchos años. —mi tio Fede habla—. Asi que somos seis hombres y una mujer. —Supuestamente es mujer. —Uy este. —mi tio se para dándole un sopapo. —¿Eres defensor de los pobres ahora?. —Despues andas ahi, mi bebé... Mi bebé. —Y mas vale, no esta aca por eso lo digo. —Sino quedas sin pelos papá. —mi mamá con mi tia vienen con bandejas. —Disculpen la pregunta, pero vi que estuvieron acomodando la casa de aca al lado. —Ah si, —mi tio vuelve a su lugar calmado donde mi tia lo mira seria—. En unos días llega una chica y tenemos que hacer arreglos. —¿Qué día llega?, asi le preparo alguna cocina para recibirla. —El martes llega. —Genial, asi preparo algo rico y con los nenes le llevamos. —Que buena honda Sonia. —MAMIIIIII. —Ian viene con las manos adelante de sus piernas—. PIS PIS. —Vamos. —Miramos al chiquito Sonia. —Gracias, vengo enseguida. —va corriendo con Ian a la casa, en eso la veo en la ventana viendo para aca. —Queo aba fa ol. —Ven. —pongo la mano abajo de la barbilla de Emma y le doy con cuidado, Lane con los chicos toman también. —Mmm. —Un poco mas. —le doy mas sonriendo porque me mira. —¿Cuánto falta para comer Nahuel?. —Un poco mas, juegan y ahi comemos. —Ah bueno, tengo hambre. —Aca Lane, hay picadita hija. —Ambe sho. —Esperemos a tu mami porque no sé que te da. —Sonia viene enseguida, Ian corriendo buscando para tomar. —No sabia si darle algo, mis primos no le dan cualquier cosa a sus nenes. —Ah, jamón y queso... Y cantimpalo que les re gusta. —¿Les gustan las pizzas con cantimpalo?. —Pregúntale a Ian. —armo unos pancitos con bastante picada y lo miro a Ian. —Ian te hago una pregunta. —Si. —me siento sonriendo porque viene frente a mi con su pancito. —¿Te gusta la pizza con cantimpalo?. —Si si si... Me gusta mucho mucho. —Podemos hacer con mamá entonces. —Si mami, invita a todos. —mueve los brazos haciendo el grande. —Primero invitamos a Nahuel porque capas no le gustan nuestras pizzas. —Van a gustar Nahuel. —Bueno, me invitan y vengo. —Si, invitamos. —Mmmm. —Emma come con muchas ganas de la picada paradito al lado de su hermano mayor. —Muy rico, a ver. —Ian se inclina pasándole la mano por la barbilla—. Listo. —Acias. —Nahuel toma. —Sonia me da un buen pan lleno de cosas. —Uh gracias, que rico. . .
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD