"¿Qué? ¿Espera? ¿Así que ya terminamos por hoy?", se quejó Tracy.
"Nos hemos divertido mucho en un día."
"Oh", dijo Seay en voz baja.
Mamá lo miró sorprendida. Pero no necesariamente decepcionada.
"No sabemos cuándo volverá papá", aclaró mamá. "Necesitamos despejarnos".
—Sí, señora —murmuró Seay, y dio un mordisco a su sándwich.
Masticaba y masticaba. Mamá había recalentado mal el filete de cerdo. Mamá estaría muy decepcionada. Y masticaba y masticaba.
Terminaron de almorzar. Luego, Tracy y Seay recogieron los platos mientras mamá se llevaba las pastillas a su habitación. Los niños no intentaron seguirla. Fueron y se turnaron para ducharse. Mamá ni siquiera tuvo que insistirles. Ninguno prefería ducharse juntos a ducharse solos, ni siquiera estando drogados, quizás especialmente dro
