Viajando Juntos
- ¿Estás segura de que lo llevarás con nosotros? - le preguntó Alex a su hermana sentado junto a ella frente a una fogata.
Estaban en el bosque alejados del camino principal para descansar unas horas antes de continuar hacia la base. Maya se había acostado cerca de ellos, tapada con una manta y estaba durmiendo profundamente. Yaina dejó escapar la respiración contenida
- No hay alternativa-murmuró Yaina concentrando sus sentidos en el sonido de los caballos al pastar para tranquilizar sus pensamientos- Quedó en medio de una misión. Si llega a revelar que nos vio, estaremos en problemas.
-Pero llevarlo a la base es peor que solo dejarlo en la próxima posada. Maya puede hablar con él- le dijo Alex
-Maya puede justificar su presencia como caballero, pero nosotros cómo justificaremos nuestra presencia aquí. Un noble que trabaja como embajador de Odea en tierras extranjeras cuando deberías estar en la reunión de territorios en el palacio y yo tendría que estar en la capital, en casa.
-Podemos decir que nos escapamos unos días a divertirnos. Lo hemos dicho antes- Alex se rio.
Yaina lo miró con una mueca y rio divertida -Me preocupa esa imaginación que tienes-le dijo
-Oye- dijo Alex a la defensiva- si no fuera ingenioso y atractivo no podríamos hacer todo esto
-Lo sé- suspiró apoyando la cabeza en su hombro-Maya es la combatiente, tú la operación y yo la carnada
-Deja de decir eso- le regañó- me molesta cuando no valoras tus habilidades
-Sé lo que puedo hacer, pero no puedo hacerlo sin ustedes. Solo la magia no basta.
-Por eso estamos contigo y nuestra gente- la rodeó con un brazo acercándola más a él- No es tu culpa lo que él ha hecho- le dijo con cariño-Es un hombre ambicioso y deseoso de poder
-Sé que lo dices para tranquilizarme, pero sabes lo que pienso. Solo dame tiempo. Debemos concentrarnos en la misión.
-Debemos volver a la capital otra vez. Tendremos que regresar al juego. Si llevamos al príncipe con nosotros debes estar preparada para actuar. Si se mantiene con nosotros podrá ver a través de ti, ver quién eres hoy.
-El solo verá a la niña que iba a Yamain
-Yaina….-suspiró Alexander - acabas de volver a verlo y tus emociones están a flor de piel. Si yo puedo verlas, él también-
Alex vio su expresión y se arrepintió de sus palabras al verla morder su labio. Estaba asustada.
-¿Tan patética me ves?- le preguntó dolida.
-No, princesa - se apresuró a responder- Te conozco demasiado bien…Vi tu reacción cuando supiste quien era. Aún sientes cosas por él, eso es fácil de ver.
-Es extraño- murmuró- creí que no pasaría nada, pero verlo me hace sentir cosas que pensé había superado.
-No sé si puedas controlar tus emociones. Además, estaremos trabajando. Pasaremos de un situación a otra. Será agotador - Alex pasó la mano alisando su cabello- No es tonto, en algún momento podrá ver la verdad.
-Lo sé, pude ver como sospecha de Maya. Si nos expone estaremos en peligro.
-¿Entonces qué quieres hacer?- le preguntó- Si nos descubre... deberemos decirle la verdad. ¿Eso es lo que quieres? Que sepa lo que te pasó por su culpa
-Lo que soy fue mi decisión- exclamó- No porque él me rechazó
-¡Con mayor razón no lo quiero cerca de ti!- le dijo a su vez-Te está afectando- la aferró por los hombros para obligarla a mirarle y luego la abrazó- Tu misma decretaste que nadie que no perteneciera a la orden podía entrar a la base-le dijo
-Alex…-pidió escondiendo la cara en su pecho
-¿Y llevarlo a la base es mejor? -le preguntó confundido - Esta misión es nuestra, no de la orden. ¿Ves algún emblema? – se burló señalando su ropa - Lo estas llevando al centro de todo. No es una buena idea. Podría arruinar todo lo trabajado hasta ahora- la vio dudar- Aclara tus pensamientos mientras viajamos. Sabes que debemos seguir en el juego, aunque él esté frente a ti o ¿Es eso lo que quieres que vea? ¿La tú que hemos creado?
Alex pareció divertido al comprender- Oh, vaya- dijo acercándose a ella - Quieres que le duela un poco- Yaina no contestó- Es por eso por lo que quieres llevarlo. Quieres que se ponga celoso porque alguien más te tiene...
-Alex…- susurró avergonzada
-Te entiendo, hermanita, pero ¿Qué harás si no siente nada?
-Me quedaré tranquila y podré dejarlo ir
-Hay, princesa…- murmuró sobre su cabeza- Tendríamos que habernos encargado de él por lastimarte…Jaim siempre lo ha dicho. No te merece. Nadie rechaza a un Corelia. Hablaré con Maya para explicarle la situación- Yaina asintió
Desde que su padre había muerto, todos los hermanos de la casa Corelia se habían concentrado en sobrevivir y apoyar a Jaim, el hermano mayor, a hacerse cargo del ducado y a la vez fortalecer los contactos con otros nobles y reinos a medida que el Rey Sarlack se volvía más cruel y despiadado, oprimiendo a la gente y a aquellos que se oponían a su gobierno tal como lo había hecho con sus padres.
La joven de amplia sonrisa se había transformado en una joven introvertida cuyos pensamientos y emociones se enmascaraban según la ocasión como una maestra de la ilusión. Quien iba a decir que lady Derk, la hija menor del Duque Corelia se convertiría en la maestra de la Torre mágica y líder del escuadrón de avanzada para derrocar al Rey tirano en las sombras mientras actuaba como una dama tímida y mimada que disfrutaba el mundo social y las fiestas de té, pasando temporadas con su mejor amiga, la duquesa de Starcross o acompañando a su hermano en sus visitas oficiales como embajador y diplomático. Alex sonrió al pensar que todos esos banquetes, viajes y visitas siempre estaban asociados a misiones que los ayudaran a derrocar al rey, los nobles solo veían a jóvenes aristócratas educados, pero superficiales.
Si Kairon viera su verdadero rostro ¿Qué haría? Yaina había estado enamorada de él desde que era una niña pidiendo a padre ir de visita a Yamain o invitarlos al ducado para poder verlo durante años. Todos podían ver su amor infantil menos Kairon, quien parecía no notar sus esfuerzos y la trataba como otra hermana más hasta que perdieron contacto cuando murió el Duque. La imagen de la niña mimada adorada por su familia en el pasado era la que Yaina mantenía como máscara en público como adulta, pero algo le decía que su hermana quería que el amor de la niñez viera que no era esa niña tonta que lo perseguía ofreciéndole su afecto. Ya no...y eso implicaba mostrarle que no lo había esperado.