Problema 3

1422 Words
Travis —Vamos hombre, estoy seguro que lo que dijo Patrick solo fue para joderte —Dylan trataba de calmarme; sin embargo, lo único que lograba tranquilizarle en este momento era el vodka. —Lo sé, pero no puedo dejar de pensar en eso ¿qué tal si es verdad lo de esa maldita cláusula? —Llevé mi vaso a mis labios y lo bebí de un trago. —No tengo informes a cerca de esa cláusula, Industrias Haider está libre, por ahora. Las palabras de Dylan no me tranquilizaban en lo absoluto, necesitaba algo más fuerte para calmarme, pero ¿qué? Entonces la camarera de hace un momento pasó a mi lado y me guiñó el ojo. Había encontrado la solución perfecta. [...] —Has estado maravilloso Travis —ella gemía en mi oreja y el sudor de su cuello resbala por mis labios. No podía creer que aquella chica que me había ofrecido una copa de champagne terminaría teniendo sexo conmigo en la bodega del yate. Sus piernas se envolvían alrededor de mi cintura mientras sus manos se aferraban a mi cuerpo; la bajé rápidamente mientras comenzaba a arreglar mi camisa y mi corbata, no pretendía levantar sospechas de lo que había sucedido hace un momento. —Estuvo increíble —dijo entre jadeos. —Espero que se repita, guapo. —Será un placer, preciosa —di un último beso en sus labios para después irme. Había sido demasiado fácil. Subí hasta la cubierta para regresar a la fiesta, ya había tardado lo suficiente, además quería regresar a casa lo más pronto posible. —Deberías ser más discreto —su inconfundible voz hizo que una sonrisa apareciera en mis labios automáticamente. —¿Acaso estás celosa? —levanté una ceja provocando que ella riera. —Para nada, ¿por qué estaría celosa por Travis Haider? —me acerqué a ella peligrosamente hasta que nuestros rostros quedaron frente a frente. —Cierto ¿por qué lo estarías? —dije para después dejar un beso en la comisura de sus labios —hola Danna. —Travis —correspondió a mi saludo —supongo que estabas tan ansioso que no pudiste esperar como para hacerlo en la bodega ¿cierto? —No me puedes culpar, esa camarera tenía unos senos grandes —me excusé. —¿Más grandes que los míos? —Danna llevó una de mis manos a sus senos y no dudé en apretarlo provocando un gemido de su parte. —Las tuyas no tienen comparación, preciosa —susurré en su oreja. —¿Tienes energía para otra ronda? —esa simple sugerencia provocó que olvidara de lo que había sucedido hace un momento en la bodega y el fuego en mí se encendiera. —Siempre tengo energía para ti. [...] En ese mismo instante ambos salimos de la fiesta para dirigirnos a una de las suites de unos de los hoteles más prestigiosos de todo Beverly Hills, después de toda esa suite me pertenecía así que podría disponer de ella como quisiera. —¿Por qué no vamos a tu departamento Travis? —Danna hizo un mohín. —Conoces las reglas Danna —respondí cunado dejé de besarla —sabes que no llevo a nadie a mi departamento. Ella volvió a besarme y mientras mis manos recorrían su cuerpo mientras ella se dedicaba a devorar mi boca, mis manos acunaron su trasero provocando un leve estremecimiento por parte de ella. —¿Escuchaste que Patrick está por casarse? —preguntó entre suspiros. —Yo estuve ahí —respondí mientras besaba su cuello —pobre idiota, mi más sentido pésame a su novia - ambos reímos —Patrick es un imbécil. —Claro, nadie se compara al gran Travis Haider —me aparté un poco para mirarla. —Exacto. —No puedes ser menos engreído —bromeó. —¿Qué te puedo decir? Es parte de mi encanto —me posicioné sobre ella para después deshacerme de su entallado vestido —menos charla más acción —sus manos se enredaban en mi cabello para aferrarse más a mí. —¿Qué opinas de la cláusula? ¿Crees que sea verdad? —Lo dudo  —respondí sin dejar mi tarea de hace un momento —y aunque fuera cierto sabes que jamás me comprometería con alguien. —Lo sé. Danna había sido mi amiga desde hace años, ambos teníamos una especie de relación de amigos con derechos; ella al igual que yo odiaba los compromisos y eso facilitó nuestra relación, ambos decidimos que lo único que habría entre nosotros sería una amistad y sexo, solo eso. Los sentimientos nunca se vieron involucrados, ella sabía que yo no era la clase de hombre cursi que deseaba formalizar una relación. Sin embargo, si la cláusula de la que hablaba Patrick fuera verdad, no dudaría en elegir a Danna como mi futura compañera, después de todo ella era igual que yo. Mientras ella disfrutaba de mis caricias Danna acercó sus labios a mis oídos. —Si la cláusula fuera cierta yo podría ayudarte —gimió. —¿Estás siendo voluntaria? —dije sin dejar de besarla. —¿Quién mejor para entenderte? Después de todo ambos somos iguales —sonreí. —En eso tienes razón —acaricié su labio inferior —lo pensaré —fue entonces cuando me deshice de su vestido. [...] A la mañana siguiente no me sorprendió no encontrar a Danna en la cama, ella no era de esas mujeres que se quedaban después del sexo. Me duché y me vestí, necesitaba llegar a mi departamento para cambiarme para después ir al aeropuerto. Ya había trabajado lo suficiente esta semana así que un pequeño viaje no me vendría mal y las playas de Australia me parecían un lugar excelente para poder descansar. —¡Travis! —me sorprendió escuchar a Danna cuando creí que ya se había marchado —¡tienes que ver esto! Salí de la habitación para encontrarme con Danna, ella me extendió su iPad justo en la sección de escándalos de una página web, la tomé y comencé a leer el título del artículo: LA MODELO ITALIANA MARTINA PARISSI ESPERA UN HIJO, ELLA ASEGURA QUE EL PADRE ES EL HEREDERO DE LAS INDUSTRIAS HAIDER. TRAVIS HAIDER. Pude sentir como la fuerza abandonaba mi cuerpo al leer aquél título, esto no puede ser posible. Conocí a Martina en un viaje que tuve en Las Vegas, durante las semanas que estuve ahí la pasamos bien juntos; sin embargo, puedo asegurar que ella está mintiendo. Leí todo el contenido de la nota. «La modelo italiana asegura que, si el padre de su hijo se niega a responder, procederá de forma legal. Actualmente ya existe un citatorio para que el joven empresario asista al tribunal del estado de Nevada para hacer el reconocimiento de paternidad. De lo contrario se le impondrá una demanda.» Mierda. —¡Maldita sea! ¡Mil veces maldita! —siseé, lo único que me faltaba. —¿Es tuyo? —Danna me miraba preocupada y a la vez curiosa. —Por supuesto que no, no soy un imbécil que se deja atrapar con un hijo. Conozco ese truco muy bien —tomé el iPad entre mis manos y no dudé en lanzarla al basurero. A lo largo de mi carrera y de mi vida, por así decirlo, existieron diversas mujeres que vinieron a mi casa para decirme que tenía un hijo, pero yo sabía que no era verdad. Siempre tomaba mis precauciones antes de follar con alguien; sin embargo, esta era la primera vez que alguien procedía legalmente. Seguramente esa zorra trataba de ganar dinero y fama gracias a mí, pero yo la haría caer en su propia mentira. —Tengo que irme —y antes de que Danna respondiera salí del lugar. Saqué mi iPhone y marqué el número de la única persona que sabía que podría ayudarme. —¿Viste la noticia? —solté en cuanto tomó la llamada. —Eh... sí ¿felicidades? —pasé mi mano por mi cabello de manera frustrada. —Deja de bromear idiota —Dylan soltó una carcajada, parece que estaba disfrutando de esto. —Necesito de tu ayuda. —¿Qué necesitas? —Ponte en contacto con la página web que publicó la nota y has lo que sea necesario para que se deshagan de ella —ordené. Dylan era el encargado de relaciones públicas de Industrias Haider, por lo tanto, contaba que él lograra convencer al editor de quitar esa nota antes de que mi padre se enterara de esto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD